domingo, 29 de marzo de 2015

Palmera datilera, "Phoenix dactylifera"

Hoy hablaremos de palmeras, pues es su día más señalado en Iberia, esperamos que os guste la entrada.

Foto 1. Palmera de fuegos artificiales sobre el río Nilo en El Cairo.

Las palmeras son plantas leñosas, monocotiledóneas, con sólo crecimiento primario (en altura) en su tronco, salvo el drago y la yuca que si crecen en grosor de fuste. Existen más de 200 géneros y unas 2.700 especies descritas. Hoy trataremos una de las especies del género Phoenix L, que está compuesto por 11 especies distribuidas por las zonas subtropicales del Paleártico occidental, desde las Islas Canarias hasta el Próximo Oriente pasando por el norte de África.

En concreto vamos a hablar de la palmera datilera (Phoenix dactylifera). La literatura botánica suele comentar que las poblaciones ibéricas fueron traídas por los fenicios, sin embargo en el yacimiento de Cueva de los Tiestos (Jumilla) se han encontrado huesos de dátiles de 3.800 años de antiguedad, lo que invalidaría  su procedencia fenicia, ya que esta cultura aparece más tarde en la historia. En todo caso, al ser una especie de gran valor para su aprovechamiento humano, sí que se ha dado un gran trasiego de material genético desde diversos lugares del Mediterráneo y Oriente Medio, siempre con la intención de mejorar la especie. 


Foto 2. Palmeral en La Ribacica, Abanilla
Esta palmera puede alcanzar los 30 m de altura, aunque normalmente no sobrepasa los 25 m, y sus tallos suelen medir de 30 a 70 cm de diámetro. Las hojas se concentran en la porción apical de los tallos, son hojas pinnadas, verdosas o glaucas, de 200 a 300 cm, en ocasiones 400.


Foto 3 Palmeral de Orihuela.

La palmera datilera florece de marzo a mayo, y fructifica de septiembre a diciembre; su fruto son los conocidos dátiles (Foto 4), amarillentos, rojizos, anaranjados, negros o parduzcos, de carne dulce, fibrosa, de hasta 6 mm de espesor.

Foto 4. Dátiles madurando


Su hábitat son los terrenos más o menos húmedos, poco o nada rocosos, llanuras litorales, aluviones, ramblas, fondos de barrancos, etc., con clima cálido y con abundante insolación. No tolera las heladas recurrentes, sus frutos sólo maduran correctamente en las zonas más cálidas, por eso no suelen madurar de modo adecuado en la ribera norte del Mediterráneo.


Foto 5. Palmeras junto a la mar, Mojácar.

Ampliamente distribuida por el norte de África y Próximo Oriente, se cultiva en huertos y palmerales (Foto 6). Los individuos del sudeste ibérico parecen tener dos tipos de origen, o bien proceden de dátiles importados recientemente, con huesos largos y delgados, particularmente parecen traídos de Túnez o del Cercano Oriente (estos ejemplares presentan notables dificultades de polinización sin asistencia humana) o pertenecen al grupo de dátiles tradicionalmente cultivados en el sureste, caracterizados por presentar huesos gruesos, redondeados y poca carne, que son polinizados por insectos o por el viento con relativa facilidad, aunque los palmereros acostumbran también “machearlos” (fecundación en la que se sacuden las inflorescencias masculinas sobre los pies femeninos).


Foto 6. Palmeral en el río Todra, Marruecos

Para los antiguos egipcios su dios Hapi o Hep, padre de los dioses y dador de la vida, es representado con una palma en la mano. Ampliando y asimilando en parte estos atributos para la palmera, en las posteriores culturas mediterráneas la especie será símbolo solar, de la victoria, riqueza, y regeneración de la vida. Los egipcios van a representar la palmera en todas sus artes, pintura, escultura, arquitectura (Foto 7).


Foto 7. Columna de templo con capitel de palmera, Egipto.

En Iberia la palmera datilera sería aceptada ya en el culto de las poblaciones prerromanas que poblaban nuestras tierras, que las incorporaron a sus ritos funerarios un milenio antes de que los fenicios llegaran a la península ibérica, como se ha comentado con anterioridad. Asimismo, hay varios ejemplos de cerámica ibérica ritual expuestos en el Museo Monográfico de la Alcudia, Elche. En concreto, vemos en la siguiente fotografía (Foto 8) la denominada "Procesión", en la que se observa una persona con hojas de palmera rizadas en la mano.

Foto 8. "Procesión". Siglos III o IV a.C.
Fuente: La antigua cultura mediterránea de la palmera

De Grecia se conservan muchos mitos alrededor de las palmeras, en concreto el más famoso es el del nacimiento de los gemelos Apolo y Artemisa entre una palmera y un olivo, considerados ambos en la antigua Grecia árboles luminosos y solares, símbolo del triunfo de la vida.

Foto 9. Leto dando a luz a Apolo y Artemisa
Fuente: Greek-gods.info
Las hojas de las palmeras datileras se usaron asimismo desde los tiempos más remotos en la celebración de la fiesta judía de los tabernáculos, coincidente en el tiempo con la época de recolección de las cosechas, dando así gracias por las mismas y en la que, durante siete días se habita en tiendas construidas con hojas de palmera y diversos ramajes, en memoria del tiempo en que habían vivido sin casa errantes en el desierto.

Foto 10. Judíos ortodoxos preparándose para la Fiesta de los Tabernáculos
Fuente: www.upi.com
En la tradición cristiana las palmeras tienen una función primordial el domingo de Ramos, ya que, según la tradición, se recibió a Jesucristo en Jerusalén como rey con cantos y vítores y alfombrando el suelo con palmas y mantos. Esta tradición se conserva celebrando procesiones en las que las hojas de las palmeras son las protagonistas, particularmente la palma blanca, que se obtiene por el encaperuzamiento de las palmeras, que impide que las palmas nuevas realicen la fotosíntesis, quedando del color amarillento que vemos en la Foto 12.

Foto 11. Procesión de domingo de Ramos
Fuente: http://www.parroquialavilavella.es
Se termina la labor con el trenzado de las palmas, artesanía pura, que consigue variados diseños, y cuya utilización como elemento ceremonial se constata ya, como hemos dicho, en los restos del poblado ibérico de Heliké, en La Alcudia, en los que se representa la palma rizada (Foto 8).

Foto 12. Detalle de palma trenzada.
Fuente: La Palma blanca, artesanía tradicional de Elche



sábado, 21 de marzo de 2015

Carrascal de Bajil

Estimados amigos, con motivo del Día Internacional de los Bosques (21 de marzo), nos hemos decidido a presentaros una de las formaciones forestales más singulares del sudeste ibérico, se trata del Carrascal de Bajil, una formación de carrascas o encinas (Quercus ilex subsp. ballota ) que aparece sobre una meseta con abundante litosuelo de Moratalla (Foto 1) a menos 3 km del límite con Albacete.

Foto 1. Carrascal de Bajil, obsérvese en primer plano el abundante litosuelo. 

Este encinar que ocupa una superfice de aproximadamente 441 hectáreas, ha llegado hasta nuestros días sin ser roturado gracias a que era de muy difícil aprovechamiento agrícola, ya que no podía ser labrado mediante tracción animal, pues no hay apenas suelo y las piedras son muy abundantes (Foto 2). El relieve está compuesto por calizas masivas casi en su totalidad (Foto 3), con algo de areniscas y margas en los bordes del bosque.

Foto 2. Superficie muy pedregosa del interior del carrascal
que han impedido la roturación del suelo mediante tracción animal.

La arboleda está compuesta de rebrotes surgidos de cepa, tras el intenso aprovechamiento al que fue sometido para extracción de leña y carbón hasta los años 60 del siglo XX. Los árboles más grandes se  ubican en las zonas menos rocosas donde hay mayor disponibilidad de suelo (Foto 3).


Foto 3. Carrascal de Bajil.  Obsérvese en parte inferior de la imagen 
el gran tamaño de las encinas ubicadas en zona con más suelo.

La dureza de la madera de las carrascas y su alto poder calorífico hace que se haya usado habitualmente como combustible, su leña y carbón son considerados de los mejores (Foto 4), en la zona donde había encinas era lo preferido para calentar la piedra caliza en los "caleros" y obtener la cal viva, así como para cocer el pan; la leña fina se usaba frecuentemente para encender la lumbre y también para elaborar el picón para los braseros.


Foto 4. Motoserrista obteniendo leña
de una carrasca seca.

Por otra parte, las hojas y ramas de estas carrascas se han usado para alimento del ganado, cabras especialmente, y el ramón procedente de podas o recolectado expresamente, ha sido aprovechado durante el invierno para cabras y ovejas, debido a las escasez de pasto, y porque además, es más blanda y digerible en esta época al “curarse” con las heladas. Los cerdos también han sido alimentados directamente en este bosque de las bellotas, según los comentarios que nos hizo un abuelo en una de nuestras visitas a esta arboleda.

El carrascal era un bosque que ocupaba una gran extensión en el sudeste ibérico, generalmente aparecía en zonas con precipitaciones superiores a los 400 mm anuales, por lo que, aunque ha sido eliminado en muchos lugares, en gran parte de Tudmiria no había carrascales antes de la impactante acción humana, ya que como es sabido amplias zonas del sudeste no alcanzan dicha precipitación. Por lo demás, el impacto antrópico viene sucediendo de de modo exponencial desde el principio del Holoceno (aproximadamente los últimos 11.000 años), pues la zona ha estado habitada desde tiempos inmemoriales, como lo prueba la presencia en el monte vecino de un poblado calcolítico y del famoso Dolmen de Bajil (Foto 5).

Foto 5. Dolmen de Bajil. Está orientado a Levante, 
para recibir el sol al mismo amanecer.

La riqueza florística de este bosque es muy elevada, presentando a veces especies muy vistosas (Foto 6), e incluso un estrato lianoide en los encinares más húmedos y de zonas más cálidas, que no sería el caso del que nos ocupa hoy.

Foto 6. Peonia o rosa albardera (Paeonia broteroi)
en el Carrascal de Bajil.

El Carrascal de Bajil posee en su seno una gran diversidad de flora con presencia de musgos y líquenes que viven en muchos casos sobre los troncos de las carrascas (Foto 7). Toda esta biota, junto con las umbrías  condiciones que se dan bajo las copas de los árboles permiten el desarrollo de un suelo con abundante materia orgánica que mejora en gran medida las condiciones iniciales dadas por la dura roca madre caliza. 


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Foto 7. Aspecto del interior del carrascal, obsérvese
la flora asociada a este ambiente nemoral.

Para visitar este bosque os invitamos a todos a realizar un pequeño recorrido circular desde el cortijo de Bajil. Podemos, a través de un sendero penetrar en la arboleda por su flanco sur y dirigirnos por el camino que recorre su interior (Foto 8) contemplando la rica naturaleza descrita.


Foto 8. Camino en el interior del carrascal.

Dicho camino termina por convertirse en un sendero que acaba por salir al cortijo del Rincón de los Huertos (Foto 9), desde el que volveremos hasta el punto de partida dirigiéndonos hacia el oeste y por el collado Blanco alcanzamos la cañada de Bajil por donde regresamos al cortijo homónimo del cual hemos partido.

Foto 9. Rincón de los Huertos desde el carrascal de Bajil.


domingo, 15 de marzo de 2015

Latonero del Campillo, Blanca

El "Latonero del Campillo" (Celtis Australis), situado en la población de Blanca, en pleno Valle de Ricote, es probablemente el almez de mayor cuerda de toda la Región de Murcia y uno de los 5 mayores por perímetro de tronco del sudeste ibérico.


Foto 1. Latonero y su entorno.

Situado junto a una casa y rodeado de un huerto de limoneros (Foto 1), ha sido regado junto a éstos  y otros cultivos que les precedieron.

Con una altura de 17,50 m y un área de proyección de copa de 260 m2 , sus ramas alcanzan la casa y ha servido como árbol de sombra para el descanso de sus moradores y el desempeño de las tareas agropecuarias. El árbol está estratégicamente situado al sur del edificio, por lo que proyecta sombra sobre él, permitiendo que en el estío la temperatura  no sea tan elevada intramuros y, por contra, al ser un árbol de hoja caduca la luz alcanza la casa en el invierno, realizando por tanto el latonero una excelente labor como regulador térmico de la edificación.

Foto 2. Porte y ubicación del  almez al sur de la casa.


Su perímetro de tronco es de 5,20 m es, como ya hemos dicho.Tiene el tronco hueco, con una hendidura por su centro perpendicular al suelo (Foto 3) y numerosas heridas fruto de las podas.

Foto 3. Vista norte del tronco, obsérvese la hendidura central.

El árbol ha sufrido desmoches sucesivos de las ramas principales, lo que ha provocado el ataque de hongos que han vaciado el tronco, y una estructura arbórea descompensada en la actualidad, ya que la copa se ha hecho demasiado grande (Foto 2) para la mala sustentación que pueden darle unas ramas principales nacidas como rebrotes de desmoches sucesivos. Si bien, al no ser el almez todavía viejo para la especie (pueden vivir en torno 5 siglos), está reaccionando colocando madera nueva de unión en la hendidura del tronco para que éste no se rompa en dos mitades  (Foto 4). 

Foto 4. Madera nueva colocada por el árbol para que el tronco no se abra en dos.

En cualquier caso, la copa parece haber dejado de crecer en altura, lo cual es beneficioso para que el efecto vela del viento al soplar sobre ésta no aumente. El problema es que las ramas principales actuales nacidas de los rebrotes por los desmoches crecen de modo paralelo y en grosor, por lo que terminarán empujándose unas a otras hasta hacer que la estructura arbórea colapse (Foto 5). Habría pues que realizar alguna poda de mantenimiento, pues una vez que se desmocha un árbol, luego no queda más remedio que seguir podando del modo más adecuado posible, para no empeorar la situación generada.



Foto 5. Ramas surgidas por desmoche de las principales, empujándose 
entre sí al crecer terminarán por colapsar (desgajarse).


Por lo demás, para terminar en lo que a la estructura arbórea se refiere, el almez está inclinado hacia el norte, como consecuencia de haber sufrido muerte de raíces tensoras del sur, al haberse colocado allí un gran montón de tierra que compactó e hizo morir dichas raíces por falta de acceso al oxígeno. Para compensarlo el árbol ha generado un rebrote nuevo desde la base que también terminará por empujar al tronco viejo (Foto 6).

Foto 6. Vista este del tronco y ramas principales, obsérvese la inclinación del árbol hacia el norte
y la aparición de un nuevo rebrote basal en lado izquierdo (sur) de la foto.


Seguimos con las raíces de este árbol singular. Visto desde el punto de vista evolutivo la raiz es un apéndice del organismo fotosintético, la copa , que sirve para aumentar el contacto con el medio terrestre (dar sujeción) y obtener el agua y las sales minerales, así como otros elementos que van a formar parte de las moléculas estructurales y metabólicas de los árboles. Son, por tanto, imprescindibles para que el almez se pueda mantener en buen estado. En la creencia huertana de que algunos árboles como el latonero son de raíces totipotentes, en el lado oeste le ubicaron un muro de hormigón que le afectó al sistema radicular de esa parte (Foto 7), pero lo ha superado.

Foto 7. Muro de hormigón ubicado afectando al sistema radicular.


Por último, estimamos que el latonero tiene una edad aproximada de 140 años, pudiéndose comprobar en algunas ramas cortadas anillos de crecimiento más o menos anchos (Foto 8), dependiendo sobre todo de las agresiones (desmoches) que el árbol ha sufrido, ya que al encontrarse en un regadío tradicional los anillos no indican años más o menos secos.

Foto 8. Sección de rama, obsérvese los anillos de crecimiento anual, 
así como también las galería de insectos perforadores.

En definitiva, este árbol necesita de unos trabajos realizados por especialistas adecuados (no de cualquier persona que sepa manejar una motosierra), para poder vivir un poco más. En cualquier caso esperemos que pese a todas las agresiones sufridas sea capaz todavía de acompañarnos algunos años.



miércoles, 11 de marzo de 2015

Enebro, "Juniperus oxycedrus" L.

Hoy vamos a conocer las características generales del enebro, cuyo nombre científico es Juniperus oxycedrus,  este vocablo proveniente del latin iuniperus, iiniperus (en latín vulgar) que significa enebro. El epíteto específico corresponde al termino griego oxykedros, enebro con hojas punzantes.


Foto 1. Juniperus oxycedrus badia, umbría de La Sagra, Granada
Especie de porte arbustivo, muy raramente árbol, de hoja perenne, que no suele sobrepasar los 4-5 m de altura; aunque la subespecie badia, puede llegar a los 15 metros, siendo por tanto ésta de porte arbóreo. Se trata de una especie dioica, es decir, que unos individuos producen solamente flores masculinas, y otros sólo flores femeninas, aunque no presenta diferencias morfológicas entre sexos. Muy ramoso, de porte irregular más o menos redondeado o cónico.

Foto 2. Enebro monumental en Cañada de la Cruz, Moratalla.
Al fondo La Sagra nevada.

El tronco de badia, de hasta 1 m de diámetro, suele ser recto o tortuoso. A veces los enebros de gran tamaño están ramificados desde la base. La corteza es fibrosa, pardo-grisácea, y se desprende en tiras estrechas. Las hojas aciculares, semirrígidas o rígidas, se disponen en las ramillas opuestas o verticiladas, y son generalmente pinchosas,  lo que evita su consumo por animales herbívoros en las primeras fases de su desarrollo.

Esta conífera presenta los conos masculinos ovoideos, globosos o alargados, amarillentos, y nacen solitarios en la axila de las hojas. Los conos femeninos o "frutos" en los enebros se llaman arcéstidas, son pardo-rojizos, carnosos, globosos u ovoides, y contienen generalmente 3 semillas.

Foto 3. Hábito arbustivo de Juniperus oxycedrus oxycedrus, enebro 

En el sudeste, su rango altitudinal va desde el nivel de mar, hasta aproximadamente 1.800 metros. Aunque soporta bien el frío, es menos tolerante que Juniperus communis (enebro rastrero). Puede vivir con precipitaciones de 200 mm anuales en zonas próximas al mar, donde la humedad ambiental compensa la carencia de precipitaciones en forma de lluvia; sin embargo, no soporta las sequías muy prolongadas. Vive sobre todo tipo de sustratos, aunque prefiere los suelos descarbonatados o silíceos.

Según vemos en las fotografías 4 y 5, los frutos del enebro rastrero son negro azulados y los del enebro pardo-rojizos, como ya hemos comentado, siendo ésta una de las características que nos hace distinguirlos, y además, regla no escrita en la que podemos asociar un color frío (negro azulado) con la resistencia del J. communis a las bajas temperaturas mientras que el J. oxycedrus crece mejor en ambientes más cálidos.

Foto 4. Detalle de los "frutos" de Juniperus communis, de color negro azulado

Podemos encontrar 3 subespecies de Juniperus oxycedrus (enebro o enebro de la miera), que se pueden diferenciar básicamente por hojas y arcéstidas ("frutos"):

  • J. oxycedrus subs oxycedrus, es la especie tipo, arbusto de hasta 4 m, con hojas y frutos pequeños, es la más abundante y se distribuye sobre terrenos secos muy diversos, desde el nivel del mar hasta la media montaña por toda la geografía del sudeste peninsular. Suele desarrollarse entre pinares, carrascales y matorrales.

Foto 5. "Frutos" (arcéstidas) de Juniperus oxycedrus oxycedrus, enebro

  • J. oxycedrus subsp. badia, con porte arbóreo, piramidal, hojas mayores que la especie tipo y arcéstidas más gruesas, es más rara que la anterior. Aparece por el Altiplano de Granada, Sierras de Segura-Cazorla y suroeste de Albacete, en Murcia sólo ha sido localizada en su extremo noroeste, cerca de la aldea de Cañada de la Cruz (Moratalla), y algún individuo en la Sierra de Villafuerte. En Los Vélez (Almería),  es posible que pueda aparecer algún individuo del que no tenemos noticia.


Foto 6. Juniperus oxycedrus badia, obsérvese el gran tamaño de sus "frutos"

  • J. oxycedrus subsp. macrocarpa, de grandes hojas y gálbulos, vive en dunas y arenales litorales y sublitorales en Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana y Andalucía, aunque está declarada extinta en la Región de Murcia.  En un estudio histórico del campo de Cartagena de Zamora & Grandal (1999), éstos concluyen: “Las playas y en particular La Manga, se encontraban cubiertas por un denso sabinar litoral, dominado por sabinas y enebros: Juniperus macrocarpa y Juniperus turbinata, posiblemente con presencia también de lentisco y pinos”. 

El enebro se ha utilizado por su leña y carbón y, mediante destilación seca de su madera, se ha obtenido la miera, una resina o brea oscura que ha sido empleada como repelente de reptiles y en uso veterinario, como antiséptico. Es planta consumida por el ganado. Aunque arde con relativa facilidad, afortunadamente rebrota bien incluso después de un incendio. La madera es de color rojizo y grano fino, resistente a la putrefacción; habiendo sido empleada en la fabricación de lápices. Como curiosidad, el enebro de montaña (Juniperus communis) es el utilizado para la fabricación de la ginebra.


Foto 7. Hábito arbustivo de Juniperus communis, enebro rastrero

Debido a la utilización masiva y a las roturaciones, los enebrales del sudeste ibérico han sido muy castigados. Las fuertes sequías de los últimos años, además, han provocando la merma de  poblaciones en algunas comarcas del sudeste ibérico, como el Altiplano de Murcia. Aún así, no es una especie con especiales problemas de conservación.

jueves, 5 de marzo de 2015

Fresno, "Fraxinus angustifolia"

En la entrada de hoy vamos a conocer las características del fresno (Fraxinus angustifolia), como en otras ocasiones primero os presentamos las generalidades de esta especie y en días posteriores visitaremos alguno de sus individuos más representativos. 

Foto 1. Fresno de los Tapones, en Cieza

En primer lugar os contamos que el vocablo Fraxinus se corresponde con el nombre que los latinos daban a este árbol, y angustifolia hace referencia a que su hoja es estrecha, como vemos en detalle en esta fotografía: 

Foto 2. Hojas y frutos de fresno

Es el fresno un árbol caducifolio, hermafrodita (que contiene flores con ambos sexos en cada ejemplar), puede alcanzar los 25 m de altura, de porte irregular, pero más o menos ovado. Tiene un tronco recto, grueso, que se ramifica muy pronto. Corteza muy agrietada longitudinal y transversalmente, reticulada y grisácea y ramas erecto-patentes, con  ramillas más jóvenes verdosas, glabras.


Foto 3. Detalle de la corteza y ramas de fresno.

Sus hojas son opuestas, lanceoladas, y las flores aparecen agrupadas, nacen antes que las hojas, desde febrero a abril, y lo hacen apareciendo en pequeños racimos laterales opuestos. Por lo demás son muy pequeñas, de verdes a rojizas sin cáliz ni corola, formadas únicamente por los estambres y el ovario. 


Foto 4. Inflorescencia
El fruto es una sámara (Fotos 2 y 5) , éste es un tipo de fruto en el que se desarrolla un ala aplanada de tejido fibroso y papiráceo a partir de la pared del ovario, cuya forma favorece su dispersión por el viento. En la siguiente fotografía vemos detalle de hojas y frutos, en este caso muy atacadas por insectos fitófagos que no suelen provocar graves daños a los árboles que están sanos.

Foto 5. Hojas y frutos de fresno, con mordeduras de  fitófagos
Su área de distribución se centra en los países del entorno mediterráneo. En el sudeste ibérico, y debido a que requiere mucha humedad, se presenta en ciertas vaguadas umbrías y roquedos de Sierra de Segura, Altiplano de Granada, noroeste de Murcia, suroeste de Albacete y, aisladamente, en ríos y arroyos u otros humedales de aguas permanentes de Almería, Albacete y Murcia; no está presente en Alicante. Puede vivir desde el nivel del mar hasta unos 1.200 m de altitud.


Figura 1. Distribución general de Fraxinus angustifolia. Blanco et al, 1997

En ríos y arroyos sus raíces y troncos sujetan el terreno y los materiales arrastrados por la corriente, de ahí que un bosque de ribera compuesto entre otros árboles por fresnos, álamos (Populus alba), chopos (Populus nigra), o arbustos como los tarays (Tamarix sp.) reduce la fuerza del agua, evitando la pérdida de suelo y atenuando el efecto de las avenidas. 

Foto 6. Bosque de ribera
Muy utilizado por lo resistente y flexible de su madera, se usó profusamente en la fabricación de astiles y piezas de carretería, generalmente utilizada más para las ruedas, al ser suave y fácil de manejar, también para leña, carpintería, ebanistería, ramón (alimento) para el ganado, etc.


Foto 7: Carro de varas.
Fuente: Pueblana blog

El estado de conservación de la especie en nuestra zona es bastante precario, debido a la remoción humana constante en los cauces de los ríos. De hecho, casi todos los ejemplares mas notables están asociados a jardines y acequias, quedando tan solo algunas poblaciones e individuos muy localizados como representantes de las fresnedas de antaño.


domingo, 1 de marzo de 2015

Sabina de Huerta Espuña


Estimados amigos, hoy os hablaremos de una de las cinco sabinas moras o cipreses de Cartagena (Tetraclinis articulatamás significativas del sudeste ibérico, donde  son naturales desde hace más de 4.000 años, como ya dijimos en un post genérico de la especie publicado con anterioridad. 

Foto 1 . Sabina de Huerta Espuña en 1999

Esta sabina se sitúa en Sierra Espuña, sierra que, en un principio, a nivel de vegetación arbórea estuvo cubierta principalmente de pinares en su parte baja  y carrascales en la más alta, y poblada de animales algunos de ellos extintos hoy en nuestras tierras, osos, lobos, linces, ciervos, cabra montés o quebrantahuesos.

Estos montes fueron aprovechados para ganadería, tanto local como trashumante, se arrendaban por parte de los municipios dehesas para su aprovechamiento y parece que a principios del siglo XVI se cultivaba Prado Mayor, con lo que se empieza ya en esa época a roturar matorrales y bosques para abrir tierras para la agricultura. Es por esta fecha que se empiezan a construir los conocidos pozos de nieve, que han seguido en activo hasta el primer tercio del siglo XX.


Foto 2. Pozo de nieve en Sierra Espuña
Fuente: tiempo.com

A mediados del siglo XVIII los montes pasan a ser gestionados por la Marina, que demandaba grandes cantidades de madera para rearmarse, lo que, unido al aumento de los aprovechamientos por el crecimiento de la población,  hace que a principios del XIX la sierra  presente un alto grado de deforestación y erosión, que empeora gracias a la desamortización de Mendizábal, ya que al pasar a manos privadas y perder su carácter comunal se pierde el interés social de los bosques.

Un acontecimiento marca el fin de la deforestación a que se estaba sometiendo Sierra Espuña, y es que las riadas de finales del siglo XIX, que dejaron numerosas víctimas y daños materiales, provocan una gran alarma social, lo que hace que, en 1888 se cree la Comisión de Repoblación en la Cuenca del Segura con el objeto de luchar contra la deforestación y sus graves efectos, la pérdida de cubierta vegetal y la consiguiente erosión del terreno, que aumenta los riesgos de grandes avenidas.


Foto 3. Vivero a principios de Siglo XX, en las albitanas (bancales) al fondo
de la imagen fue plantada la Sabina Mora de Huerta Espuña.
Fuente: Región de Murcia Digital

Se inician en ese momento diversos trabajos hidrológico-forestales con el fin de restaurar la cubierta forestal de Sierra Espuña, al frente de los cuales quedan los ingenieros Ricardo Codorníu, José Musso y Juan Ángel de Madariaga. Se llevaron a cabo estudios sobre el clima, los suelos y la vegetación de la sierra, y se construyó una importante red de infraestructuras de apoyo a las labores, tales como caminos, sendas, puentes, diques o viveros, en uno de ellos, el de Huerta Espuña, fue plantado el árbol que visitamos hoy.

La Sabina Mora de Huerta Espuña es un árbol bifurcado a 0,9 metros (m) del suelo, sus dimensiones son excepcionales, con unos 2,30 m de perímetro de tronco y 20 de altura. Su copa está inclinada con respecto a la vertical, como consecuencia de que crece junto a un grupo de cipreses de Cartagena que fueron plantados a la misma vez, pero que presentan menores dimensiones. La edad del árbol es de unos 100 años, como gran parte de las repoblaciones de la sierra (Foto 4). 



Foto 4. Codorníu entre pinos en Sierra Espuña, durante las repoblaciones.
Fuente: Región de Murcia Digital
Se llega al árbol caminando desde la senda que parte de la Casa Forestal de Huerta Espuña en dirección a los antiguos viveros (Foto 3), justo en el último bancal de éstos, cerca del del río Espuña se encuentra el mismo. Esta ubicación le permite recibir agua freática del cauce, por lo que su crecimiento es más vigoroso, gracias a la mayor disponibilidad hídrica.

Foto 5. Aspecto del tronco de la sabina mora.

El árbol presenta ramas de cierto diámetro cortadas (Foto 5), en las cuales se observa cómo exuda resina de color blanquecino, denominada sandaraca, famosa resina empleada desde la Antigüedad en toda la cuenca mediterránea como medicamento (astrigente) y como sahumerio (incienso).

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Foto 6. Porte de la Sabina de Huerta Espuña.

Uno de los problemas principales que tiene esta sabina es la elevada densidad de la vegetación existente a su alrededor (Foto 6), circunstancia que no le permite crecer de modo adecuado por falta de espacio y que, además, la sitúa en un contexto de elevado riesgo de perecer en un incendio forestal, por lo que la Dirección General de Medio Ambiente procedió hace tres años a realizar un clareo progresivo en la masa forestal anexa.


Como siempre, queridos amigos, os rogamos os comportéis de modo adecuado si vais a visitar a este árbol, pues al ubicarse en un entorno boscoso no está muy acostumbrado a las visitas y podría resultar dañado en caso de que no seamos cuidadosos.