domingo, 26 de julio de 2015

Majuelo de Haza de San Luis, Riópar

No es demasiado habitual encontrar un arbusto de 10 metros de altura; pues bien, esto es lo que ocurre con un majuelo o espino albar (Crataegus monogyna) que hemos localizado en Albacete, en las inmediaciones de Riópar.

Foto 1. Vista sur del  Majuelo de  Haza de San Luis.

Situado en la Haza de San Luis, siendo una haza según el diccionario de la Real Academia de la Lengua una porción de tierra de labrantía o sembradura, destaca su monumental porte que cobija a su sombra, como vemos, un coche, y aún quedarían bajo sus 101 m2 de sombría área de copa espacio para aparcar al menos 9 más, aunque desde luego no sea lo más recomendable para el árbol, ya sabemos que no es bueno poner peso justo debajo de sus ramas, o lo que es lo mismo, encima de sus raíces, ya que se compacta el suelo y podemos dañarlas. Sobre todo, si el árbol no se ha desarrollado a la vez que se practicaba dicho uso.


Foto 2. Vista norte del  Majuelo de  Haza de San Luis.

El valle donde crece este árbol (Foto 4) es una zona con grandes recursos naturales, de hecho, está habitada ya desde la Edad del Bronce, cuando surge el poblado de Riópar Viejo, en el que han dejado sus huellas todas las culturas desde entonces hasta su progresivo abandono, que empieza a finales del siglo XVIII, debido a la creación de las Reales Fábricas en San Juan de Alcaraz, lugar al que se fueron trasladando los habitantes de Riópar y que adopta este nombre a principios de los 90 del siglo XX, dejando al antiguo como Riópar Viejo.


Foto 3. Riópar Viejo.

Estas fábricas surgen gracias a la iniciativa de un ingeniero vienés llamado Juan Jorge Graubner, que llega hasta aquí atraído por la noticia de la existencia de una mina de calamina, y se convierten en las primeras en España y las segundas en el mundo, puesto que en esta época sólo existían las de Goslar (Hannover). Su creación conlleva, como hemos dicho, muchos cambios en la zona, y aunque hayan desaparecido como tales, la tradición del bronce sigue ligada al municipio. Sin embargo, esto también tuvo su contra sobre los bosques, y desde que en el año 1781, tras muchas dificultades, se echó todo el agua del río Mundo por la presa de Laminador, causando el movimiento de la rueda y máquinas del martinete de cobre se inició una época en la que hubo una gran deforestación en los montes de los alrededores al objeto de surtir a las mismas del carbón vegetal necesario para su funcionamiento, puesto que el uso de carbón mineral no se generalizó hasta bien entrado entrado el siglo XVIII en Gran Bretaña, donde Abraham Darby fue pionero en su utilización,  comenzado a producir hierro en torno a 1711, por primera vez.

Foto 4. Valle de Riópar-río Mundo, desde encima del nacimiento de éste.

Y ya nos centramos en la descripción de este singular majuelo que nos acompaña en el día de hoy:

En el lado Sur sus ramas tocan con los chopos de una plantación maderera de Populus x canadensis (Foto 5). En el momento que se proceda a descepar la zona tras el corte  de esta plantación de chopos debería cuidarse de no subsolar en el entorno del majuelo para no dañar sus raíces y, por ende, a él. Pero hasta ahora existe una relativamente buena convivencia entre los chopos madereros y el espino, sin que haya excesiva competencia por los recursos.

Foto 5. Plantación de chopos madereros junto al espino albar.

El árbol es trifurcado desde la misma base y fabrica gran cantidad de madera de reacción a tensión para compensar los desequilibrios provocados por contingencias ambientales y humanas, pudiéndose observar como los cordones de leño vivo dibujan líneas paralelas entre sí y perpendiculares al suelo (Foto 6)


Foto 6. Vista de los brazos principales del árbol.

Es posible comprobar las inadecuadas uniones que el árbol posee en ciertas zonas, como la cruz del brazo principal (Foto 7) donde se observa como la rama principal oeste no está adecuadamente unida al tronco, sino que un surco separa la albura de ambas, circunstancia que pone en claro riesgo de desgaje a dicha rama.


Foto 7. Unión  "defectuosa" de brazo principal.

Afortunadamente el árbol ha reaccionado colocando en perpendicular al suelo la parte apical de la rama principal comentada (Foto 8), para que las fuerzas que soporta la unión al tronco sean menores, reduciendo así el riesgo de desgarre por dicho lugar.

Foto 8. Rama principal corrigiendo su crecimiento para equilibrar mejor su peso.

Por lo demás, el árbol también ha colocado abundante madera de reacción a fuerzas de compresión, llegando a superar el soporte colocado el propio diámetro de la rama a la que apoya (Foto 9).

Foto 9. Rama principal inclinada con gran cantidad de madera en su base para soportar su peso. 

Por otro lado, el majuelo ha perdido su guía varias veces (Foto 10), reactivando otras ramas a tal efecto, sin embargo, dadas sus limitaciones biológicas, pues como sabemos es arbusto,  no puede crecer más en la vertical, de hecho , su copa está estabilizada en sus dimensiones actuales. 

Foto 10. Zona central del árbol, obsérvse la perdida de dominancia de la guía. 

Por lo demás, esta limitación de crecimiento al no ser una especie arbórea le resultará a todas luces muy poco beneficiosa para competir con la noguera que han plantado hace menos de tres años junto a su copa (Foto 11), la cual acabará deteriorando, por simple competencia a este magnífico espino albar.

Foto 11. Noguera plantada junto al majuelo, competirá con él en un futuro próximo. 

Acompañando también a nuestro majuelo en la ribera cercana del río de la Vega, nos encontramos zarzas (Rubus ulmifolius), carrizos (Phragmites australis), chopos (Populus nigra) y sauces de diversas especies, uno de ellos, una sarga blanca (Salix alba) de grandes dimensiones.

Foto 12. Zarza cercana al espino albar, formando parte de su entorno. 



FICHA BÁSICA


Especie
Crataegus monogyna
Nombre común
Majuelo, espino albar
Nombre propio
Majuelo de San Luis
Término municipal
Riópar
Provincia
Albacete
Altitud
934 m
Perímetro
1.15 m (Brazo mayor)
Altura
10  m
Superficie de Copa
101  m2
Edad aproximada
40 años
Estado de conservación
Bueno
Amenazas
Estatus legal
No
Plan de actuación definido
No



domingo, 19 de julio de 2015

Arce del Cantalar, Moratalla

Foto 1. Sierra de Villafuerte. Obsérvese el denso pinar y, en primer plano la repoblación con pinos
carrascos que, debido a la altitud, tienen un tono pardo-amarillento por el frío.

Bajo la cima de la Sierra de Villafuerte, en el Noroeste de la Región de Murcia, a 1.400 metros de altitud, nos encontramos el llamado Arce del Cantalar (Acer granatense), árbol monumental en esta región, donde no hay demasiados arces debido a su escasa pluviometría, y en la que vive refugiado en roquedos umbríos (Foto 2)  y  zonas más húmedas de Moratalla y Caravaca, en exposiciones norte a elevada altitud. 

Foto 2. Arce o parriza sobre roquedo en el cerro de Villafuerte. Al fondo el Calar de la Santa.

El árbol se encuentra inmerso en uno de los paisajes erosivos más espectaculares del sudeste ibérico, conformado por  pináculos de dolomías (Foto 3), roca con un gran porcentaje de carbonato magnésico, con gravas y arenas producto de su erosión que resultan ser un estresante soporte para la flora que crece sobre ellas, compuesta en gran parte por endemismos béticos: plantas exclusivas de dicho territorio, algunas de las cuales sólo se encuentran en la alta montaña de Orospeda

Foto 3. Paisaje de pináculos dolomíticos, originado por una la fuerte erosión del sustrato. 

Otra curiosidad botánica del entorno del majestuoso arce, es el escaso y endémico Narciso de Villafuerte (Narcissus nevandesis subsp. enemeritoi), del que restan menos de 200 ejemplares que viven dentro del mismo barranco donde está el arce y en las Fuentes Grandes, otro cauce 1 km al norte que da origen al arroyo Blanco.

Foto 4. Narciso de Villafuerte.

Situado el arce muy cerca del manantial del Cantalar, ya medraba de sus aguas antes de que el Vizconde de Frías, seducido por sus propiedades, solicitara la declaración de agua minero-medicinal, que le fue concedida el 15 de enero de 1891, eximiéndosele de la construcción de un balneario, obligación que conllevaba dicha clasificación, debido a la dificultad de acceso al manantial y por la baja temperatura del agua, alrededor de los 10ºC. Con ésta, hoy día, se embotella la marca Aguas de Cantalar.

Foto 5. Entorno del Arce de Cantalar, pueden observarse los nuevos arces hijos suyos.

Por sus dimensiones y su avanzada edad, unos 150 años, el Arce de Cantalar es un ejemplar singular que todavía posee vigor de crecimiento, pese al fuerte desmoche por terciado que sufrió por ultima vez hace unos 45 años, sus ramas surgidas por rebrote presenta bastante vitalidad. Si bien, en cualquier caso, el árbol tiene bastantes mermas estructurales consecuencia de dicha poda y de otras anteriores que han devengado en que su edad cronológica no se corresponda con su edad física, esta última a todas luces mucho mayor. 

Foto 6. Aspecto general del Arce de Cantalar.

El resultado de la tala de brazos principales es un árbol con estructura muy descompensada, al no ser ya natural ésta, que requeriría un manejo humano mediante podas adecuadas, para evitar la rotura de ramas (rebrotes) que ahora brotan de la cruz del tronco sin haber crecido de modo sincopado con él y, por tanto, descompensadas, sin mucha capacidad de anclar bien su base al tronco, por lo que al aumentar el tamaño de dichas ramas, terminan por partirse por su propio peso y el efecto vela ante el viento que las empuja más, cuanto más grandes se hacen.

Foto 7. Aspecto general del Arce de Cantalar.

Pese a todo el desajuste estructural comentado, el arce intenta equilibrar su geometría para no romperse, en la medida de sus parcas posibilidades (tras el desmoche),  es por ello que sus ramas principales originadas como rebrotes compensan hasta cierto punto su peso oponiéndose unas a otras al crecer (Foto 8).

Foto 8. Compensación geométrica entre ramas por oposición.

Por lo demás, la reacción de madera a tensión sobre la base del tronco en dirección este casi no puede darse, por estar la zona ocupada por grandes rocas junto al fuste (Foto 9), lo cual hace que la parriza tenga que reaccionar colando madera de compresión en lado oeste (Foto 8), para no derrumbarse en dicha dirección.  

Foto 9. Rocas junto al tronco en lado este del arce.

En cualquier caso, como no hay mal que por bien no venga, el estado de vejez inducida por las fuertes podas que  se practicaron sobre el árbol, provoca que ahora éste tenga oquedades en el tronco pudiendo ofrecer ciertos nichos para la fauna que quiera instalarse en él. Además, la disponibilidad, de madera vieja muerta permite a los hongos saprófitos utilizar dicho recurso. Si bien, todo esto habría sido más típico que apareciese sobre el árbol cuando este ya tuviese algunos siglos de edad.


FICHA BÁSICA


Especie
Acer granatense Boiss.
Nombre común
Arce, parriza
Nombre propio
Arce de Cantalar
Término municipal
Moratalla
Provincia
Murcia
Altitud
1.400 m
Perímetro
2,85 m.
Altura
10  m
Superficie de Copa
85 m2
Edad aproximada
150 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Si
Estatus legal
“Catálogo regional de flora silvestre protegida de la Región de Murcia (Anexo I del Decreto 50\2003 de 30 de mayo, BORM de 10 de junio de 2003)”, con la categoría de especie “En peligro de extinción”.
Plan de actuación definido
No


domingo, 12 de julio de 2015

Majuelo, espino albar "Crataegus monogyna Jacq."

El majuelo o espino albar "Crataegus monogyna", cuyo nombre genérico viene del adjetivo griego krataios (fuerte, robusto) en alusión tanto a su dura madera como a su longevidad, debe el epíteto específico monogyna, a la única hoja carpelar que posee su pistilo.

Foto 1. Majuelo con porte arbustivo en flor.

Es el majuelo un arbusto o pequeño árbol caducifolio, hermafrodita, espinoso, que puede alcanzar los 10 metros de altura, con porte irregular más o menos oblongo, copa redondeada. 

El tronco, en ocasiones bien definido, un poco tortuoso, con corteza pardo-grisácea, muy agrietada en los ejemplares viejos, como el que vemos en la Foto 2, de unos 40 años de edad.

Foto 2. Espino albar singular, en Haza de San Luis, Ríopar

La ramas son extendidas, espinosas, siendo las más jóvenes de color pardo-amarillento o rojizas, glabras o algo vellosas, y con hojas alternas o agrupadas, con 3 a 7 lóbulos desiguales, con un peciolo generalmente glabro de 8 a 20 mm de largo.


Foto 3. Detalle de hojas y ramas.

Los brotes, tallos y hojas tiernas se utilizaban como verdura silvestre en distintas regiones. Normalmente se comían por el campo, quitando las espinas y pelándolos.

Florece de febrero a mayo en el sudeste ibérico aunque en las regiones más frías al norte de España sigue en flor hasta julio, siendo las mismas blancas, con 5 pétalos y numerosos estambres, con anteras de rosas a rojizas, muy utilizadas en diferentes fiestas, como vísperas de San Juan, Corpus, San Isidro, para adornar puertas y ventanas, altares o imágenes en procesiones, así como para perfumar las casas, puesto que  tienen un olor a miel que se detecta desde muy lejos.

Foto 4. Detalle de flores, con sus numerosos estambres.

El fruto, que aparece de agosto a octubre, es un pomo poco carnoso, ovoide, de unos 10-12 mm de largo, que en principio es verdoso y finalmente rojo, y contiene normalmente sólo una semilla en su interior.

Foto 5. Majuelas.

Estos frutos, llamados majuelas, tienen escaso valor nutritivo, pero han sido muy consumidos en épocas de escasez, era frecuente que los niños los tomaran también como golosina o entretenimiento, y en algunas regiones se llegaban a almacenar para su consumo como pasas o elaboración de mermeladas, y aunque actualmente su empleo en la alimentación humana es poco frecuente, éste parece que tiene un origen prehistórico, según prueban los hallazgos arqueológicos de semillas (Font Quer, 1961).

Foto 6. Detalle de las grandes y fuertes espinas.

Una de las características principales del espino albar son, claro está, sus espinas, que son usadas en la comarca de Sayago, Zamora, donde las llaman “sovinas”, como punzones para cerrar las tripas de los chorizos en la matanza y pincharlos antes de dejarlos curar. Estas espinas también hacen que sea utilizado en setos que ni hombres ni animales se atreven a cruzar, ya que los pinchazos con las mismas son muy dolorosos e incluso pueden llegar a producir infecciones.  

Son sus hábitats los bosques abiertos, matorrales y roquedos, sobre todo tipo de terrenos, desde el nivel del mar hasta los 2.200 m, en ambientes de semiárido a húmedo. En  clima seco-semiárido tiende a refugiarse en los bosques de ribera y otras zonas con compensación hídrica edáfica. En la Foto 7 lo vemos en la Sierra del Gavilán, en Caravaca, junto con Pinus pinaster.


Foto 7. Majuelos y pinos rodenos.

Se distribuye por toda la Región mediterránea, Europa centro-septentrional y, por Asia, hasta Siberia y el Himalaya. En la península ibérica se halla bien distribuido, como vemos en la Figura 1.


Figura 1. Distribución de Crataegus monogyna en la península ibérica.

En cuanto a usos y tradiciones, el majuelo es muy utilizado como pie o patrón portainjertos, normalmente de otras rosáceas, como acerolos, manzanos, nísperos, membrilleros, perales o serbales, de hecho, ya en el siglo XII Ibn al-'Awwan describe esta capacidad, mencionando también su precoz floración y su longevidad.

Por otra parte, es una convicción extendida en algunas regiones de España que el espino albar es una planta benéfica, protectora de los rayos en las tormentas, por ejemplo, creencia que se basa en que Jesucristo fue coronado de espinas; de hecho, sus ramas se usan en algunos pueblos para elaborar dichas coronas en las procesiones de Semana Santa.

En otras zonas también se creía que tenía la propiedad de conservar la castidad, por lo que las madres colocaban ramos en las habitaciones de las hijas solteras (Obón & Rivera 1991)
Quizá esta última creencia, así como la suposición de que sus espinas provocan somnolencia (de hecho uno de los usos medicinales de este arbusto es como relajante) es la que ha llevado a especular con la posibilidad de que "La Bella Durmiente" debe su sueño a un pinchazo con una de ellas (Daniel Climent i Giner. Mètode 71, Otoño 2011.), ya que las ruecas y los husos son uno de los utensilios que habitualmente se han hecho con su madera, y están presentes en algunas de las versiones de este cuento de hadas.


Figura 2. La princesa durmiente. Víctor Vasnetsov.
Fuente: Wikipedia
La dureza y resistencia de su madera, asi como su peso, han hecho que sea utilizada en otros utensilios además de las ruecas, bastones para dirigir al ganado o varear los olivos, mangos de diversas herramientas, como hachas y azadas, e incluso cubiertos y espátulas de cocina.

En cuanto a su uso medicinal está muy extendido, si nos damos una vuelta por la web veremos muchos anuncios de herboristerías, como los que reflejamos en la Figura 3, en los que se vende para diversas dolencias. Estos usos están justificados por su composición química, y las indicaciones terapéuticas aprobadas por ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytotherapy) están referidas a la insuficiencia cardiaca grado II, alteraciones del ritmo cardiaco de causa nerviosa y como coadyuvante en tratamiento de alteraciones de la función cardiaca o circulatoria. Sin embargo, algunos especialistas la consideran no apta para automedicación, debido a la posibilidad de interacciones con ciertos fármacos no descritas hasta el momento, al poder provocar efectos sumativos sedantes perjudiciales como se ha visto en otras especies que actúan sobre el sistema nervioso.

Figura 3. Diversos remedios elaborados con espino blanco.
Fuente: Webs de referencia.


domingo, 5 de julio de 2015

Palmeras, Cabo de Gata.



llegando del mar
renace de isla en isla
la luz del alba
Félix Arce Momiji



Cielo azul claro.
Despeinada, alta y fina
Palmera al viento.



casi sin querer...
caminando alrededor
de un trozo de mar




al abrir los ojos
la nube es otra nube
el viento sólo viento
Félix Arce Momiji



Por las palmeras
cuando el sol se va...
la luna casi llena



El horizonte
Mantiene la distancia
Aunque me acerque


Esta semana de inicios de verano aceptamos la sugerencia de un amigo de este blog, Elías Dana, al cual pertenecen algunas de las fotografías que contemplamos hoy, de palmeras "Phoenix dactylifera", en Cabo de Gata y nos dejamos llevar por la simplicidad de las imágenes mezcladas con haikus, que hemos cogido prestados en la red. 

Acudimos a la wikipedia:
El haiku (俳句) o haikú es un tipo de poesía japonesa. Consiste en un poema breve, de diecisiete moras, formado generalmente por 3 versos de 5, 7 y 5 moras respectivamente. Esta métrica no es fija. Comúnmente se sustituyen las moras por sílabas cuando se componen en otras lenguas. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y la emoción que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza.

Os invitamos en esta entrada casi sin palabras a emocionaros, como el poeta, contemplando la naturaleza ...