domingo, 10 de diciembre de 2017

Fresneda del Capitán. Bullas

Una imagen invernal para empezar esta entrada que nos lleva a uno de los municipios "frescos" de la región de Murcia. No, no nos hemos equivocado; efectivamente, esta hoja escarchada de la Foto 1 no es de fresno "Fraxinus angustifolia", es de uno de los quejigos "Quercus faginea" que acompañan al grupo de fresnos que conoceremos hoy, y en los que ya no quedan hojas en el momento de las fotografías.

Foto 1. Hoja de quejigo escarchada por el frío de la mañana en el Estrecho del Capitán
Esta fresneda, un bosquete singular ya que no encontramos demasiadas arboledas de este tipo en el sudeste ibérico, y menos aún en la región de Murcia, se ubica en una vaguada donde hay presencia de agua freática, junto a un camino de herradura, y es que, como sabemos, estos árboles necesitan mucha humedad, y aquí se encuentran protegidos en una zona de umbría en la que han conseguido crecer y en la que hay rebrotes que, por ahora, garantizan su supervivencia. Se trata de un grupo de fresnos aislados de sus congéneres presentes en otros cauces ubicados a kilómetros de ellos, por lo que posiblemente quedó aislada hace siglos donde hoy está, y ahora es un vestigio de épocas pasadas más húmedas.

Foto 2. Fresneda del Capitán
En el entorno donde nos ubicamos también se localizan otros árboles caducifolios, tales como quejigos, según ya habíamos adelantado, olmos (Ulmus minor) , algún álamo (Populus alba) y los omnipresentes en casi todo el territorio murciano pinos carrascos (Pinus halepensis)No obstante, estos últimos avanzan peligrosamente hacia el lecho de la depresión, ocupado por los caducos, representando una seria amenaza al encontrarse en desventaja  estos últimos frente a los carrascos debido a la pertinaz sequía que aparece cada vez con mayor frecuencia.

Foto 3.  Regenerado de pinos ocupando la vaguada de la fresneda, conformada por sólo rebrotes.

Aparte de la competencia con los pinos que en este lugar están siendo ya favorecidos por el aumento de temperaturas generado por el cambio climático, factores antrópicos también son una amenaza para esta arboleda que en el pasado pudo recibir impactos directos por el arreglo del camino y cambio de la tubería anexa, por lo que toda acción de acondicionamiento de dichas infraestructuras debería llevarse a cabo con las suficientes medidas preventivas para no impactar negativamente sobre la ya mermada fresneda. Máxime, si tenemos en cuenta que se halla en el límite de su óptimo ecológico y amenazada por el cambio climático que preconiza un descenso de precipitaciones para el sudeste ibérico y aumento de temperaturas con el subsiguiente incremento de la evapotraspiración.

Foto 4. Talud del camino, cuyo futuros arreglos podría impactar contra la fresneda.
Por lo demás, la zona fue cultivada, al menos hasta hace unas pocas décadas, relegándose los fresnos a los bordes de los bancales, es decir a los ribazos, existentes entre las piezas cultivadas donde eran respetados hasta cierto punto, al tratarse de árboles que producen un excelente ramón para el ganado, sobre todo durante el estiaje cuando gran parte del pasto está seco.


Foto 5. Cultivos atenazando la fresneda en su límite oeste.
Nos hemos puesto un poco dramáticos, pero ya veis que este singular bosquete tiene muchas papeletas para desaparecer, así que esperamos equivocarnos y que, al menos lo que esté en manos humanas, se haga para que no se cumplan estos negros presagios.