domingo, 19 de febrero de 2017

Latonero de El Niño (RIP)

Hace un par de semanas murió otro de los árboles monumentales de Murcia, el Latonero de El Niño "Celtis australis"; las rachas de viento que azotaron nuestra región hicieron que cayera pero la razón principal de su muerte no fue esa, el árbol ya estaba debilitado y eso sólo le dio la puntilla, como ya hemos comentado por aquí en otras ocasiones.

En la Foto 1 vemos el latonero en el otoño de 1999 en todo su esplendor, a su lado una acequia mayor discurría en aquel momento con su cauce de tierra sin hormigonar, un lustroso herbazal crecía en sus quijeros (márgenes), y nuestro árbol tenía por tanto una gran disponibilidad hídrica que le proporcionaba una gran vitalidad.

Foto 1. Latonero de El Niño. Año 1999.

En el año 2000 hablábamos de este almez en Carrillo, A. F., Sánchez, P. & Guerra, J. 2000. Árboles Monumentales y Singulares de la región de Murcia y territorios limítrofes. Universidad de Murcia-CAM-ASFOREMU. Murcia, y su tronco servía para ilustrar la portada del mismo.


Foto 2. Portada con fotografía del tronco Latonero
de El Niño en primer plano.

Os dejamos la ficha que le describía en aquel momento haciendo notar que ya se habló de que el "entubamiento" (hormigonado) de la acequia de la que medraba el latonero podía perjudicarle gravemente, como desgraciadamente ha sido.


Como si del libro de García Márquez se tratara, en el caso de este árbol podemos hablar de "Crónica de una muerte anunciada", ya que han concurrido muchas circunstancias a su alrededor que han ido mermando su "calidad de vida" y que han influido en esa debilidad que le ha conducido a su apeo hace un par de semanas. 

En la Foto 3, hecha en 2008 observamos una diferencia en el entorno, y es que la acequia ya está hormigonada, hecho que perjudicó las raíces del lado sur-suroeste, ya que algunas fueron cercenadas al realizar la obra, lo que pronto se empezaría a notar en el vigor de las ramas que crecían sobre en dicha dirección. También observamos la vegetación seca a su alrededor, efecto de la aplicación de herbicidas.

Foto 3. Acequia mayor hormigonada junto al latonero, año 2008.
Foto 4. Ramas secas sobre la acequia, año 2011
Muy gráfica es la comparación que hacemos en las dos fotografías siguientes, en las que se aprecia el antes y el después, en la foto de la derecha se ven ya ramas cortadas, probablemente porque se fueron secando, como hemos dicho, y consecuencia de ello y aumentando la imagen de los cortes, podemos contemplar las galerías que han hecho los xilófagos que iban degradando la estructura mecánica del árbol.

Foto 5. Comparativa del lado E del almez, antes y después del hormigonado de la acequia.
Obsérvese en el detalle la prolífica entrada de insectos xilófagos a través de la rama cortada.

Esta no ha sido la única perturbación que ha sufrido el almez a lo largo de su vida, también se construyó un gaseoducto que afectó al oeste de su sistema radicular y le debilitó si cabe aún más, con lo que fueron apareciendo otros oportunistas a degradar su madera, como es el caso del hongo que vemos en la Foto 6, cuya especie le ha afectado negativamente, siendo el principal responsable de la caída del lironero al haber degradado gran parte de su madera.

Foto 6. Perenniporia fraxinea, fructificación sobre Latonero de El Niño
Todos los factores enumerados, amén del colofón final consistente en la construcción de una caseta en su lado noreste (aunque el árbol estaba ya tocado de muerte), ha generado la merma de su vitalidad y la posterior afección a su estructura por hongos (fotos 6 y 7) e insectos (Foto 5), quedándose prácticamente sin soporte interior y perdiendo el apoyo de los cordones de madera de tronco del lado suroeste, lo que ha provocado que el vendaval de la semana pasada se llevara por delante este monumental latonero, uno de los mayores del sudeste ibérico.



Foto 7. P. fraxinea, fructificación (parte blanca) y madera degradada (muerta) por él de más de la mitad de la sección del tronco.

Hemos llegado hasta el final como si se tratara de un capítulo de una de esas series policíacas en la que los forenses son capaces de desgranar los misterios uno a uno, claro, dirá alguien, una vez muerto y ya a posteriori es fácil adivinar... ¿Y por qué no se hizo nada para prevenir si se veía venir la muerte del árbol?

En primer lugar, decir que, aunque pueda parecer lo contrario en algún momento, no queremos que nadie se sienta atacado, ya que hemos ido nombrando diversas afecciones que se le han causado y se podría pensar que buscamos culpables. Simplemente queremos poner de relieve que todo tiene sus consecuencias aunque incluso de los males se pueden sacar enseñanzas. También es cierto que hasta el pasado mes de noviembre no había ninguna regulación sobre los árboles monumentales en Murcia, y tampoco podemos cargar sobre los dueños, ya que en muchos casos están en terrenos privados, la responsabilidad de hacer (o no hacer) ciertos trabajos que puedan alargar la vida de nuestros admirados monumentos naturales, ya que los propietarios son los primeros que intentan cuidarlos al ser estos seres vivos más longevos que ellos un recuerdo de sus antepasados, si bien es cierto que "cuidar" un árbol singular requiere ciertos conocimientos técnicos que no siempre coinciden con los de una cultura fruticultora como la nuestra. En cualquier, caso vaya desde aquí, por tanto, nuestro agradecimiento a todos los que han cuidado a alguno de estos árboles y que han hecho que podamos conocerlos.
Por otra parte, y para terminar, vaya también el mensaje de que a veces se pueden calibrar las consecuencias y de que, quién sabe, haber dejado junto al árbol unos metros la acequia sin cementar, un fungicida a tiempo, una reducción de copa bien realizada, unos soportes..., habrían alargado la vida de este latonero. Por lo demás, un diagnóstico y una cura a tiempo puede hacer que otros árboles que tengan alguna merma en este momento sobrevivan para que las generaciones venideras puedan disfrutar de ellos y la biodiversidad resulte beneficiada.


FICHA BÁSICA

Especie
Celtis australis
Nombre común
Almez, latonero, lironero
Nombre propio
Latonero de El Niño
Término municipal
Mula
Provincia
Murcia
Altitud
436 msnm
Perímetro
3,85 m
Altura
17 m
Edad aproximada cuando murió
130 años

domingo, 5 de febrero de 2017

Roble del Servalejo, Moratalla

Una de las ramas del Roble del Servalejo "Quercus faginea", nos enmarca un típico paisaje mediterráneo, en este caso de una zona fresca a más de 1.000 metros de altitud, en el que vemos la ladera ocupada por pinos blancos "Pinus nigra" y carrascas "Quercus ilex subs. ballota".

Foto 1. Vista del cerro Cagasebo desde el Roble del Servalejo
Se sitúa este quejigo, el de mayor perímetro de la Región de Murcia, que sepamos, en el Cerro del Servalejo, en el municipio de Moratalla, muy cerca de la Carrasca de la Molata, que visitábamos hace un par de meses.

Foto 2. Roble del Servalejo, enero de 2017

En un terreno dominado por especies perennes este árbol nos regala ese colorido marrón-dorado tan escaso en nuestros bosques, y del que hace gala dado el carácter marcescente de la especie, conservando las hojas otoñales todavía en sus ramas a pesar de estar en pleno invierno, en espera de que lleguen los primeros brotes de la primavera. De una primavera, pero hace 19 años conservamos esta fotografía en la que se ve con sus hojas aún de color verde claro:


Foto 3. Roble del Servalejo, año 1998, nótese que el follaje no es muy tupido,
lo que indica que el árbol no está en condiciones óptimas de salud.

Nosotros lo conocemos desde el siglo XX, 1995 aproximadamente, pero gracias a su tortuoso tronco podemos descubrir una historia de unos 400 años de edad que, bien por las fuerzas de la naturaleza o por la mano del hombre, lo ha ido "modelando" hasta el día de hoy.

Foto 4. Tronco desde el lado noroeste, donde se aprecia
la abundancia de líquenes que crecen sobre corteza.

Resto de los quejigares que crecían en los suelos más fértiles de la zona, este roble fue respetado como árbol de sesteo para el ganado. También se aprovechó su madera y fue carboneado, ya que se observan rastros de desmoches sufridos hace ya al menos 30 años. Aunque produce bellotas, hoy día no se observa regenerado de nuevos quejigos que nazcan de éstas, debido a la intensa carga ganadera que sufre el lugar, tanto de ganado doméstico (por cercanía de un corral) como silvestre, sobre todo cabra montés (Capra pyrenaica).

Foto 5. Tronco desde  el lado sur, la  herida fue causada por un rayo.

Guarda memoria también este viejo tronco de un rayo que bajando por una rama lo fisuró por completo, aunque con el paso de los años ha sabido el roble crear un labio de cierre, que si bien no ha conseguido sellar por completo la herida, sí gran parte de ella. En 2008, la Dirección General de Patrimonio Natural de la Comunidad Autónoma de  la Región de Murcia llevó a cabo labores de adecuación de su ramaje, suprimiendo algunas ramas secas que añadían peso a la estructura y podían poner en riesgo la integridad del árbol ante alguna nevada.

Foto 6. Roble en el año 2005

Y acabamos con otra fotografía en la que apreciamos su porte dominando el cerro y esperando la llegada de una primavera que volverá a llenar de color y vida sus ancianas ramas, esperamos que por muchos años más:

Foto 7. Entorno del roble, obsérvese la abundancia de iniesta (Cytisus reverchonii),
indicando la intensa perturbación de la zona. 

FICHA BÁSICA

Especie
Quercus faginea
Nombre común
Roble, quejigo
Nombre propio
Roble del Servalejo
Término municipal
Moratalla
Provincia
Murcia
Altitud
1450 msnm
Perímetro
5,82 m
Altura
14,75 m
Edad aproximada
400 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Rayos, incendios, exceso de pastoreo
Estatus legal
Ley 14/2016, de 7 de noviembre, de Patrimonio Arbóreo
Monumental de la Región de Murcia
Plan de actuación definido
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