lunes, 29 de febrero de 2016

Olivera de Úrcal, Huércal Overa

Enrique García Asensio, en su obra "Historia de Huércal Overa" cuenta que, hacia el año 1626, había unos 2.000 olivos silvestres o acebuches en todo este término. Uno de ellos, que ya era anciano en aquella época, ya que consideramos que debe rondar el milenio, es el que queremos mostraros esta semana.

Foto 1. Olivera de Úrcal, desde el este.
Con los datos disponibles, estaríamos ante el olivo (Olea europaea) más grande del sudeste ibérico, acebuche injertado y podado en varias ocasiones a lo largo de su extensa vida, que tiene 10,30 m de perímetro de tronco, y al que acompañan en la rambla de Úrcal algunos olivos más que consideramos singulares, y que rondan  los 4 m de perímetro. Además, hay que tener en cuenta que gran parte del tronco está enterrado por los sucesivos aportes de material de la propia rambla donde se ubica, por lo que su perímetro podría ser mayor.

Foto 2. Rambla de Úrcal, Olivo monumental y su entorno.
Extraemos del libro Almería hecha a mano, una historia ecológica, unos párrafos que ilustran la historia de estas grandes oliveras:

Durante la gran sublevación de los moriscos del año 1568, un cabecilla de los sublevados, el “negro Farax”, “viendo venir una tropa de vagages con alguna gente de la parte de Vera... se vino a enboscar, con su compañía, en las espesuras vezinas de la fuente de Pulpí... salieron de la espesura de azebuches, taraes y lentiscos... y dieron sobre los pocos christianos, que venían desprevenidos, de los quales algunos se pusieron en huida azia el monte y parte de Vera, quedando algunos muertos en el camino”.

Según los autores, la expansión de los cultivos eliminó, por medio del fuego, el hacha y el arado, las “espesuras” y los “bosques” de acebuches del Bajo Almanzora; pero los mejores árboles y de mayor tamaño sobrevivieron al ser injertados y transformados en olivos, algunos de los cuales podrían ser éstos que contemplamos hoy.

Foto 3. Lado oeste, con roca incrustada entre los brazos principales.

Al contemplar desde el lado norte la olivera, vemos sobre ella el efecto de las sucesivas riadas que ha soportado, incluyendo una enorme piedra que forma ya parte del tronco de este viejo árbol desde no sabemos cuándo, y que le confiere, si cabe, mayor personalidad.


Foto 4. Obsérvese sobre los brazos principales los delgados rebrotes surgidos tras los desmoches.

La feliz circunstancia que ha provocado que estos árboles hayan sobrevivido, su injerto para transformarlos en olivos, ha conllevado su manejo por el hombre, lo que ha tenido otras consecuencias no tan felices para ellos en los últimos tiempos, ya que a veces han sufrido podas inadecuadas, la última de ellas fue practicada con motosierra  hace unas 3 ó 4 décadas, habiendo cercenado de modo brutal sus brazos principales, probablemente con la doble intención de  injertar sobre ellos una nueva variedad de aceituna y, de paso, aprovecharlos como leña. 


Foto 5. Desmoche relativamente reciente con motosierra del brazo principal noreste.
A pesar de ello, y benevolente siempre, la olivera sigue dando su fruto, ese que ha hecho que este mediterráneo árbol  haya sido considerado sagrado en las diferentes culturas que han poblado nuestra tierra desde la Antigüedad.


Foto 6. Detalle de la actual variedad de aceituna injertada sobre el árbol.

Como hemos dicho, casi todos los olivos han sido injertados, sin embargo, en la rambla se puede observar este acebuche que no ha sido manejado con dicha técnica, observamos la gran altura que alcanza, al no haber sido desmochado, lo que le hace parecer mayor que el primero, a pesar de ser más joven, y su perímetro de tronco inferior.


Foto 7. Acebuche de elevado porte en las inmediaciones del olivo protagonista hoy.

Terminamos ya con una fotografía de ese tronco retorcido, tan común en los olivos, que nos invita a reflexionar y, como siempre, al menos a nosotros, nos lleva a la conclusión de lo importante que es respetar a estos ancianos seres, supervivientes (a veces incluso a pesar nuestro) de otras épocas, y a esperar que pongamos un poco de nuestra parte, para que al menos no les estorbemos demasiado y puedan ser contemplados y apreciados en los siglos venideros. 


Foto 8. Tronco milenario.


Especie
Olea europaea
Nombre común
Olivera, olivo
Nombre propio
Olivera de Úrcal
Término municipal
Huércal Overa
Provincia
Almería
Altitud
505 msnm
Perímetro
10,30 m (cuello)
Altura
4 m
Edad aproximada
1 milenio
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Podas indiscriminadas
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--



domingo, 14 de febrero de 2016

Tejo de los Viboreros, Vianos

Hoy tal vez estemos ante uno de los árboles de más edad del sudeste ibérico, un auténtico ave fénix vegetal, capaz de renacer una y otra vez de sus propias cenizas, siempre y cuando se le respete un poco su perímetro existencial, como cualquier ser vivo. Se trata de un excelente tejo (Taxus baccata) macho, según los datos de que disponemos es el de mayor dimensiones de toda la Sierra del Segura y uno de los mayores de Iberia. Al tratarse de un árbol que no ha recibido visitas os pedimos, más que nunca, que tengáis cuidado en vuestra aproximación hasta este auténtico monumento viviente, en particular no pisar sobre su tronco ni sobre las raíces superficiales que convergen hacia él, es más que suficiente para verlo si pisamos sobre la roca y grandes piedras de su alrededor.

Foto 1. Tejo de los Viboreros, Vianos, Albacete.

Caminamos por una zona agreste en el Calar del Mundo, a unos 1.600 metros de altitud, donde la precipitaciones suelen ser elevadas, por encima incluso de los 1.000 mm anuales, gran parte en forma de nieve, pues la zona es, además, muy fría, por lo que el periodo vegetativo es corto.

Foto 2. Vistas del valle del río Mundo, desde encima de su nacimiento.

El tejo se ubica a menos de un kilómetro de los términos municipales de Riópar y Yeste, en un enclavado territorial que es municipio de Vianos (Albacete), dentro de una torca (dolina) que recoge el agua de toda la cuenca receptora circundante y desde cuya parte elevada se observan unas excelentes vistas de las Sierras del Segura. Ubicado junto a un majuelo común (Crataegus monogyna) y otro segureño (C. laciniata), además de otras especies capaces de vivir a elevada altitud y soportar el sobrepastoreo presente en el lugar, como salabionda (Daphne laureola) o rosa albardera (Paeonia officinalis).

 Foto 3. Tejo de los Viboreros y vistas del impresionante karts del Calar del Mundo.

Este tejo, como todos los del entorno, se encuentra muy ramoneado desde su base hasta donde alcanza el ganado (Foto 4), porque aunque resulta tóxico para ovejas, vacas o caballos, no lo es para otras especies como el corzo, ciervo o cabra, las cuales tienen todo el entorno fuertemente pastoreado, no permitiendo un adecuado regenerado de  estos milenarios árboles, ni de gran parte de la flora de montaña del calar.

 Foto 4. Tallos re-comidos por el ganado sobre las ramas bajas del tejo.


Tiene 4 brazos principales, tronco hueco, con abundantes ramas delgadas. El que crece más al Noroeste se desgajó la mitad, pero sigue manteniéndose por la madera de tensión que le une a los otros 2 brazos inmediatos, y tiene un contrafuerte vivo que actúa a compresión dentro de la oquedad desgajada (Foto 5).

 Foto 5. Rama  parcialmente desgajada, probablemente por la bajada de un rayo.

Por último os volvemos a insistir en la importancia de no pisotear sobre las raíces superficiales o contrafuertes de madera del árbol, pues podemos deteriorarlos, afectar a la alimentación del mismo y, lo que es más peligroso, a su estabilidad mecánica. Os ilustramos en Foto 6, mediante flechas rojas dichos lugares y, mediante flechas verdes los lugares que por ser roca o piedra pueden ser utilizados para contemplar al impresionante tejo segureño. A riesgo de ser pesados, volvemos a insistir en que este tipo de árbol no ha recibido de modo crónico visitas masivas y 14 personas pesan en torno a una tonelada, lo cual puede compactar el suelo y afectar a un árbol de un aislado entorno forestal como éste.

 Foto 6. Indicamos mediante flechas rojas zonas que no se deben pisar
y con verdes las áreas desde donde podemos apostarnos para contemplar el tejo.

El Tejo de los Viboreros, cuyo nombre hace honor a la abundancia de víboras de lugar (de hecho vimos una), como ya dijimos en la entrada general de la especie, y según los estudios de edad en tejo, que arrojan medias de 375 años por cada metro de perímetro de tronco (Cortés et al., 2000), tendría una edad próxima  a los 2.212 años, si nos ceñimos sólo a este dato. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la medida está realizada sobre el cuello de la base del tronco, y el árbol ha perdido en varias ocasiones parte de su copa, circunstancia que induce al tronco a engordar más deprisa, aunque no es menos cierto que un tejo puede regenerar su tronco después de haberlo perdido casi por completo y ésto haría que incluso pudiese ser más longevo. Por tanto, el dato de la edad hay que tomarlo con cierta precaución, ya que no existen estudios de edades de tejos en los territorios segureños, siendo posible que en ellos los crecimientos sean mayores que en otras zonas o, a veces, que circunstancias singulares de crecimiento de alguno en concreto haga que podamos sobrestimar su edad.

Foto 7. Víbora alojada en el tronco de un tejo cercano.

Especie

Taxus baccata
Nombre común
Tejo
Nombre propio
Tejo de los Viboreros
Término municipal
Vianos
Provincia
Albacete
Altitud
1.591 msnm
Perímetro
5,90 m (cuello) 8,08 m (peana)
Altura
11,5 m
Edad aproximada
2.212 años
Estado de conservación
Bueno
Amenazas
Turismo irrespetuoso
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--