domingo, 4 de diciembre de 2016

Carrasca de La Molata, Moratalla

En este día lluvioso, y ateniéndonos al refrán que dice "Quien se cobija bajo hoja, dos veces se moja", no os recomendaríamos visitar la Carrasca de la Molata "Quercus ilex subs. ballota", en Moratalla, pero la podemos conocer a través de estas fotos y descripciones y bien abrigados en casita.

Foto 1. Carrasca de la Molata

Hacia el año 1996 tomábamos la foto 1, en la que se pueden observar sus grandes dimensiones, de hecho, tiene más de doscientos metros cuadrados de proyección de copa. Es un resto de la vegetación natural que en otros tiempos poblaba la zona, y cerca de ella hay otras carrascas y también pinos blancos (Pinus nigra) creciendo dispersos, algunos de estos árboles con un tamaño igualmente espectacular.

Foto 2. Detalle del tronco
En la Foto 2, más reciente, podemos observar el tronco que a ras del suelo presenta un perímetro de 5,5 metros y que, aunque pueda parecer que son tres troncos fusionados, en su base se observa claramente uno solo creciendo en estos suelos calizos que, en primavera nos brindan además la posibilidad de contemplarlos cubiertos, por entre otras, iniestas (Cytisus reverchonii), que con sus flores le dan colorido y alegría al paisaje.

Foto 3. Flores de iniesta (Cytisus reverchonii)

De este árbol se ha aprovechado su fruto para consumo humano y animal,  sus ramas para leña y alimento del ganado, sobre todo en épocas de nevadas en los que escasean otros tipos de comida más del agrado de éste. Por lo demás, también era posible que sesteara un rebaño de más de 200 ovejas bajo su extensa copa.

Foto 4. Detalle del tronco visto desde el lado este.

En esta última foto vemos claramente la base, y desde esta perspectiva observamos lo que hemos comentado anteriormente del tronco que se ramifica en tres grandes ramas casi a ras del suelo, y que ha aportado madera de reacción a comprensión para afianzarse en la pendiente.

Al principio de la entrada hemos comentado medio en broma algo de ir a visitar bajo la lluvia este árbol, y la verdad es que lo primero que habría que hacer para visitarlo es pedir permiso, ya que está en propiedad privada, como otros muchos que, por otra parte, gracias a la indulgencia frente al hacha que le han proporcionado sus dueños han llegado a adquirir el porte que tienen en este momento. En cuanto a otros árboles que no están en propiedad privada y no hay que pedir permiso en principio, tendríamos que seguir otras recomendaciones que hemos mencionado ya por aquí en ocasiones y que esperamos que se respeten, ya que a los que nos interesan los árboles nos gusta verlos y disfrutar de ellos, pero más aún que sigan vivos durante mucho tiempo más. 

Por lo demás, añadir, que esta carrasca es una de las de mayores dimensiones en el sudeste ibérico y por ello ha sido incluida en la recientemente aprobada Ley de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Región de Murcia, desde aquí lo celebramos.

Y para despedirnos, una panorámica de esta parte de la región de Murcia que tan bellos paisajes nos proporciona, el Servalejo en segundo plano y La Molata con su cortijo en primero.

Foto 5. Vista este del pico del Servalejo, marcada con una flecha la carrasca de hoy.




FICHA BÁSICA


Especie
Quercus ilex subs. ballota
Nombre común
Carrasca, encina
Nombre propio
Carrasca de la Molata
Término municipal
Moratalla
Provincia
Murcia
Altitud
1547 msnm
Perímetro
5,20 m
Altura
13 m
Edad aproximada
300 años
Estado de conservación
Bueno
Amenazas
Incendios, rayos
Estatus legal
Ley 14/2016, de 7 de noviembre, de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Región de Murcia
Plan de actuación definido
--

domingo, 20 de noviembre de 2016

Tejo del Calar del Mundo

Si en nuestra última entrada hablábamos de un árbol muerto, hoy visitamos uno cuasi inmortal, un tejo (Taxus baccata), en concreto el que nos encontramos (de ahí su nombre) en el Calar del Mundo, esa plataforma amesetada situada a más de 1.600 m de altitud, cuyo sustrato litológico son rocas calizas del Mesozoico que, sometidas a la acción erosiva del agua han configurado el paisaje cárstico de dolinas, grietas, simas y cavernas con gran cantidad de cursos de agua subterráneos característico del Calar del Mundo, uno de los más bonitos y espectaculares paisajes del sudeste ibérico.

Foto 1. Tejo del Calar del Mundo, al fondo la sierra del Cujón.

Este tejo hembra vive desde hace unos 1.500 años en la soledad del Calar, casi sin perturbaciones básicamente las derivadas del pastoreo ancestral de la zona y de algunos senderistas que, como nosotros, se acercan a contemplar este tejo "de libro", con su característica copa ovadocónica que vigila desde su atalaya la Sierra del Segura.


Foto 2. Tomando medidas del tronco

Los 1.500 años que suponemos alcanza este tejo los hemos calculado midiendo el perímetro de su tronco a 1,30 m del suelo, como podemos observar en la foto 2, y usando los estudios de Cortes et al, 2000, que arrojan medias de 375 años por cada metro de perímetro de tronco, siempre con todas las reservas ya que, como hemos comentado en otras ocasiones, no existen estudios de edad en los tejos del sureste peninsular.

Sea esa su edad real o no, lo cierto es que este árbol singular donde los haya ha vivido mucho, su tronco nos revela ese ir y venir de ramas que enraízan y vuelven a nacer que le da el status de inmortal gracias a su capacidad de regeneración, como vemos en la Foto 3 en la que contemplamos la albura, con el tono rojizo característico de su madera que siempre nos fascina cuando nos acercamos a un tejo, así como también el agujero en el lado suroeste por el que ha salido algún rayo, y permite ver el duramen.

Foto 3. Tronco del Tejo del Calar del Mundo, obsérvese la oquedad provocada por un rayo.

Ha perdido la guía varias veces, debido a los rayos que le han impactado en las numerosas tormentas que tan bien conocen los serranos de este territorio. Por la mismas razones, también perdió las raíces que alcanzaban el árbol por el lado suroeste, donde hoy podemos observar la oquedad (Foto 3), circunstancia que ha provocado que la copa tenga menos volumen en dicha dirección (Foto 5). Por contra, hacia la dirección noreste del tronco se pueden observar todas las raíces de anclaje y entrada al tronco (Foto 4).

Foto 4. Raíces de anclaje, actuando a compresión, principalmente.


 Rodeado de las especies típicas de esta zona Rosa pimpinellifolia y Erinacea anthyllis entre otras, el paisaje es espectacular tanto hacia el este como hacia el oeste, en concreto, si miramos en esta dirección podemos observar la Cuerda de los Pinos Molineros, con unos bellos ejemplares de pinos blancos "Pinus nigra".

Foto 5. Cuerda de los Pinos Molineros, en el este del Calar del Mundo.
Nos alejamos ya y os recordamos, como otras veces, que los árboles que no están acostumbrados al trasiego humano son más sensibles si cabe y si nos acercamos a ellos, procuremos no pisar en la zona donde están sus raíces, y desde luego, no dañarlos en cualquier otra forma, así seguirán vivos durante muchos años más y las generaciones venideras podrán disfrutarlos como lo hacemos nosotros.

Foto 6. Tejo del Calar del Mundo

PD: Como dato curioso, os comentamos que este tejo es muy conocido, aparece al menos en dos publicaciones  de árboles singulares de Albacete (Velasco 1990; Benllonch & Martín 2015).


FICHA BÁSICA


Especie
Taxus baccata
Nombre común
Tejo
Nombre propio
Tejo del Calar del Mundo
Término municipal
Riópar
Provincia
Albacete
Altitud
1550 msnm
Perímetro
4,05 m
Altura
10,65 m
Edad aproximada
1500 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas
No se observan
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--


martes, 1 de noviembre de 2016

Pino de la Celia (RIP)

Aprovechamos este día en el que recordamos especialmente a esos seres queridos que ya marcharon de nuestro lado, para hacer memoria asimismo de uno de los árboles monumentales que tuvimos la suerte de conocer y que cayó, literalmente, un ventoso día del mes de febrero del año 2014.


Foto 1. Pino de la Celia, marzo de 2014
No muy lejos del decano de su especie, el Pino de las Águilas, este fantástico pino carrasco (Pinus halepensis) estaba situado en el Cagitán de Mula, en un promontorio rodeado de cultivos de secano desde el cual daba sombra a los trabajadores del campo así como a sus ganados, e incluso fue usado en ocasiones como puesto de caza. 


En estos tiempos en los que todo cambia ya no tenía esos usos, aunque nos recordaba otras épocas, no sabemos si mejores o peores, sí distintas, de siestas después de un día de labor o quizá de confidencias y comidas compartidas bajo la sombra de su gran copa, sombra que puede ser nadie eche de menos particularmente, cosa que no podemos decir de su porte.... ¡si nos ha cambiado con su caída hasta el paisaje de El Cajitán!.

Foto 2. El Cajitán con el Pino de la Celia, año 2011

Foto 3. El Cajitán, año 2014, con el pino caído

Cuando alguien nos deja, siempre nos gusta recordar épocas mejores, cuando era joven hacía tal o cual cosa o le gustaba esto o lo otro, en este caso ninguno de los que vea el blog podrá recordar al pino en su juventud, ya que tenía aproximadamente unos 250 años cuando cayó. Más o menos nació cuando Francisco Salzillo empezó a esculpir las tallas que componen los conjuntos escultóricos de La Santa Cena y El Prendimiento, estandartes del arte sacro del sudeste y conocidas más allá de dicho territorio como obras cumbres del período dieciochesco. No vamos a hacer comparaciones con el cuidado a unos y otros "monumentos", pero quizá podíamos reflexionar y mimar un poco también las obras vivas que nos regala la naturaleza.

Y como no tenemos fotos de su juventud, ponemos una de la nuestra, hace ya más de veinte años lucía de este modo:


Foto 4. En el año 1994 tomábamos las medidas de este pino por primera vez

Ya era viejo entonces, y por supuesto, tuvo sus problemas debido a una mala pasada del viento que le abrío una grieta sobre el tronco, consecuencia del fuerte efecto vela que ejercía su extensa copa, problemas que se intentaron solucionar con unos trabajos en los que se colocaron por especialistas en arboricultura cables específicos para intentar evitar lo que sucedió algún tiempo después: su caída.


Foto 5. Trabajos de instalación de cable para evitar la apertura de la estría entre ramas.

Este cableado le mantuvo en pie hasta que unos desaprensivos sustrajeron el principal de ellos, por ser de acero, lo que supuso su ulterior caída en el momento que un nuevo golpe fuerte de viento abrió definitivame la fisura existente entre las dos ramas principales.

Foto 6. Fisura abierta por el tronco entre las dos ramas principales

Así somos los humanos, capaces de lo mejor y lo peor, por supuesto no podemos saber qué hubiera pasado si no se hubiera robado el cable, quizá la racha de viento que derribó el árbol lo hubiera hecho igual, pero al menos nos quedaría el consuelo de que por parte de esta especie que llegó a la tierra bastante tiempo después que la del pino se hizo todo lo que se pudo por evitarlo.


Foto 7. Aspecto del Pino de la Celia en 2011, cuando los que aquí
escriben lo fotografiamos vivo por útima vez

Para terminar y como hemos puesto al principio de la entrada, lo recordamos ya que este día tenemos costumbre en nuestro país de visitar a nuestros seres queridos y ya desaparecidos, y por aquí queremos a los árboles. Aprovechamos también el día ya que esta semana pasada se aprobó en la Asamblea Regional la Ley de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Región de Murcia, algo por lo que hemos luchado desde hace muchos años y que suponemos evitará al menos la indefensión en la que vivían hasta el momento algunos de estos monumentos vivientes. 


Foto 8. Pino de la Celia, hace 20 años, con su silueta enmarcada entre el Almorchón y sª de la Palera.

Ha caído el Pino de la Celia en la espera, así como algunos otros que iremos recordando, pero hoy nos unimos a Pablo Neruda y le suponemos vocero de los que han seguido y siguen en la lucha:


ESTÁN AQUÍ

He de llamar aquí como si aquí estuvieran.
Hermanos: sabed que nuestra lucha
continuará en la tierra.

Continuará en la fábrica, en el campo,
en la calle, en la salitrera.
En el cráter del cobre verde y rojo,
en el carbón y su terrible cueva.
Estará nuestra lucha en todas partes,
y en nuestro corazón, estas banderas
que presenciaron vuestra muerte,
que se empaparon en la sangre vuestra,
se multiplicarán como las hojas
de la infinita primavera.

Pablo Neruda





FICHA BÁSICA


Especie
Pinus halepensis
Nombre común
Pino carrasco
Nombre propio
Pino de la Celia
Término municipal
Mula
Provincia
Murcia
Perímetro
5,80 m
Altura
26 m
Edad aproximada cuando murió
250 años

lunes, 24 de octubre de 2016

Higuera de La Mulata, Calasparra

Para los no expertos en el tema de los árboles, a veces habrá dificultades para identificar algunas especies, sobre todo si son del mismo género, nos podemos preguntar si esto es un álamo (Populus alba) o un chopo (P. nigra), o quizá si es un pino negral (Pinus pinaster) o un carrasco (P. halepensis). Sin embargo, el representante del género Ficus que vemos hoy es un árbol tan conocido en el ambiente mediterráneo que nadie tiene dudas de lo que está contemplando cuando se encuentra una higuera (Ficus carica).

La que conoceremos en esta entrada es un viejo ejemplar que se sitúa a unos 40 m del cauce del río Segura, muy cerca de la Presa de la Mulata, en el Cañón de Almadenes, uno de los bellos parajes que nos regala este río que nos sirve de excusa en nuestro blog para conocer los singulares árboles que encontramos desde su nacimiento hasta su desembocadura.

Foto 1. Vista de la Presa de la Mulata
Las higueras son probablemente el primer árbol cultivado en nuestro país por sus ricos frutos, se tiene noticia de ella desde el Pleistoceno, y este anciano ejemplar, con un perímetro de tronco de casi 3 metros es posible que  haya contemplado más de un siglo de la historia de este rincón privilegiado entre Calasparra y Cieza, dos de los pueblos de la Región de Murcia más ligados a los devenires del Segura.

Foto 2. Bajo la gran copa de la Higuera de la Mulata

Sita, como hemos dicho, en el Cañón de Almadenes, lugar en el que se tiene constancia de presencia humana desde el Paleolítico, y en el que se destaca la presencia de la  Cueva-Sima de la Serreta, que cuenta en su interior, además de con las pinturas rupestres que también se hallan en otros enclaves de la zona, con un yacimiento romano, es un espacio protegido desde el año 1992, estando dentro de la Red Natura 2000, con lo que, además de la higuera, si nos damos un paseo por el desfiladero -no apto para quienes padezcan vértigo, ya que en algunos momentos nos permite contemplar el río a más de 100 m de altura- disfrutaremos de la diversidad de su flora y fauna, amén del paisaje kárstico, cuevas, simas y diversas fuentes, siendo una de la más características aquella sita a la salida del cañón que los ciezanos llaman Gorgotón, por el gorgoteo del agua en su interior, como vemos en el vídeo a continuación, en el que los barbos juguetean en este fabuloso jacuzzi que nos regala la naturaleza: 



Y para terminar la descripción del bello entorno en el que vive nuestra higuera, os dejamos aquélla que Al-Zuhri (mejor escritor que nosotros) hizo de él en el siglo XXII:
"Dicho lugar es una de las maravillas del mundo. Creó Dios aquel estrechamiento o garganta partiendo en dos una montaña de mármol rojo, sus dos bordes de derecha e izquierda se elevan cada uno de ellos a una altura de cincuenta brazas y de longitud cuatro parasangas… No penetra el sol sino cuando está por el signo de Géminis (cuando el día es más largo). A través de dicha garganta pasan los troncos de madera traídos de fuera, los cuales descienden por este río hacia la ciudad de Mursiya (Murcia) y su comarca"
Dejamos por ahora el cañón y nos centramos en el árbol que nos ha permitido explorar esta parte del río Segura:

Foto 3. Higuera de la Mulata, a su lado recolección de caña, 1 de marzo de 2016.
Ligada desde siempre a la actividad humana, gracias a sus dulces frutos principalmente, en la Foto 3 contemplamos otra de las actividades que se practican junto a ella, como es el aprovechamiento de las cañas que crecen en su entorno. Además, en la ribera del río que discurre a su lado se han realizado plantaciones de árboles de ribera por parte del proyecto LIFE RIPSILVA. También se obtiene de esta higuera abundante sombra,  y aunque en el momento de la Foto 4 esté esperando la primavera para que broten sus hojas, podemos ver unas piedras en las que se sientan sus visitantes, hecho al que está acostumbrado este viejo árbol ya que sigue teniendo un significativo trasiego humano (decenas de bañistas fluviales), y que por tanto, no daña sus raíces, como sí ocurre con aquellos árboles poco visitados y que de pronto, empiezan a sentir la compactación de la tierra sobre las mismas porque a alguien se le ocurre colocar unos bancos, mesas, etc.

Foto 4. Piedras que a modo de taburetes acogen al visitante bajo su amplia copa
Y pasamos a describir un poco en detalle algunas características de su tronco y ramas, que se han ido adaptando según sus necesidades:

Así, las higueras tienen una gran plasticidad para rebrotar pese a sufrir fuertes traumas que le ocasionen la pérdida de parte del hábito, en el caso de la presente perdió una rama principal y ha sobrecrecido otra en la misma dirección (Foto 5).

Foto 5. Noreste del árbol, se observa como rama principal es nueva y
ha crecido sobre otra que murió en idéntica dirección. 

Por lo demás, para no alargarnos más, en cuestiones biomecánicas que pueden llegar a ser aburridas para las personas que no son especialistas, pasamos a contaros que las propias ramas de las higueras (determinadas variedades) son capaces de acodarse en el suelo (Foto 6), enraizando y generando un nuevo individuo, circunstancia que observada por nuestros antepasados provocó su cultivo en el entorno de Siria-Palestina hace unos 12.000 años.

Foto 6. Ramas de la Higuera de la Molata enraizándose en suelo para generar nuevos individuos.

Como se ha comentado con anterioridad, la plasticidad que tiene la higuera para rebrotar de tronco o un resto vivo de éste, ha podido hacer que el árbol sobreviva cual Ave Fénix, surgiendo una y otra vez de sus cenizas. Es posible que por ello algunas fuentes bibliográficas consultadas nos indiquen que su edad es de 300-600 años, pero nosotros por precaución estimamos que el actual tronco de árbol anda más cerca de los 100 años que de otra cosa.

FICHA BÁSICA


Especie
Ficus carica
Nombre común
Higuera
Nombre propio
Higuera de La Mulata
Término municipal
Calasparra
Provincia
Murcia
Altitud
260 msnm
Perímetro
2,92 m
Altura
9 m
Edad aproximada
125 años
Estado de conservación
Bueno
Amenazas
Podas, exceso de visitas, 
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--

domingo, 9 de octubre de 2016

Pinagral de la Muela, Moratalla

Superviviente del devastador incendio que arrasó las sierras de La Muela y el Cerezo, y que acabó con 27.000 hectáreas quemadas en varios espacios naturales que recorrían los municipios de Moratalla, Calasparra, Caravaca, Cieza y Jumilla, vamos a conocer hoy el Pinagral de la Muela "Pinus pinaster":

Foto 1. Pinagral de la Muela. Año 2005

Este majestuoso ejemplar, al que se accede desde Benizar, subiendo por la carretera que se dirige al Sabinar hasta la meseta llamada Altos del Quintero y desde allí por un camino a la izquierda ascendiendo por la ladera, es un resto del pinar de pinos negrales (Pinus pinaster) que dominaba la umbría de la Sierra de la Muela y que fue arrasado en el mencionado incendio del año 1994, cuyas llamas llegaron a unas decenas de metros de su tronco.

Foto 2. Cytisus reverchonii junto a Pinus pinaster, paisaje parecido al que
podíamos ver en la Sierra de la Muela, en este caso es en Molinicos, Albacete.

Vive sobre suelos calizos y a su alrededor hay gran cantidad de iniesta "Cytisus reverchonii", así como otras plantas primocolonizadoras de cultivos abandonados, ya que este árbol tuvo un uso agropecuario en otros tiempos. Sin embargo, estos usos fueron parcialmente abandonados y en las fotos 3 y 4 vemos detalles del tronco y las raíces superficiales en los años 1994 y 2005 respectivamente, en las que se observa como éstas se han desarrollado sin erosión, ni lesiones por pisoteo, pues la corteza que las recubre no está desgastada, lo cual indica buen estado.

Foto 3. Detalle de tronco y raíces allá por el año 1994
Foto 4. Detalle del tronco y raíces, año 2005.

En estos momentos, tal vez gracias a la crisis, y como ocurre en otros lugares, parece que se está recuperando el uso ganadero de la zona, y se ha reinstalado un corral de ganado en las inmediaciones del pinagral, hecho que puede perjudicar al árbol, ya que han pasado probablemente más de 25 años sin que estos usos se realizasen con elevada intensidad, por lo que durante este tiempo el árbol había desarrollado sus raíces más superficialmente, al no tener un pisoteo tan intenso como tuvo hasta hace más de un cuarto de siglo. Sus dueños, en cualquier caso, muestran una gran preocupación por el árbol y éste fue tratado en 2008 por la Dirección General de Medio Ambiente, pues algunas ramas quebradas por la nieve amenazaban con desgarrarse.


Foto 5. Estado del pino en 2013, obsérvese el pisoteo
en su base  y el estado de decaimiento del árbol.

Como hemos comentado ya, este pino, el de mayor perímetro de su especie, que sepamos, de la Región de Murcia, se salvó del incendio que empezó el 4 de julio de 1994 y que fue extinguido seis días después gracias a que en él trabajaron más de 1000 personas, muchas de ellas voluntarios que acudieron desde los pueblos cercanos y que en muchos momentos se tuvieron que organizar por su cuenta y riesgo, debido a que la magnitud que alcanzó el mismo desbordó a las autoridades y medios oficiales en aquella época más escasos que hoy día.

Foto 6. Incendio de 1994, obsérvese la vegetación rebrotando y
la madera cortada apilada a derecha de la imagen.

Las causas del desastre no se saben con seguridad, la gran sequía que asolaba la zona desde hacía varios años, las altas temperaturas, el viento intenso y el difícil acceso contribuyeron a que se expandiera rápidamente lo que, al parecer, empezó con una chispa en un tendido eléctrico, pues además, el fuego no fue detectado hasta que tuvo unas dimensiones ostentosas. Lo cierto es que una gran parte de la masa forestal quedó calcinada, desapareciendo una enorme cantidad de biodiversidad, de hecho, según datos de Medio Ambiente, se perdió más de un 10% del territorio de nidificación de aves rapaces de toda la Región de Murcia, demostrándose, como muchas veces comentamos aquí, que, cuando se pierde un árbol no se pierde un individuo, sino toda la biota asociada.

Foto 7. Sierra de la Muela y su cumbre completamente calcinadas, 1994.

El fuego recorrió unos 90 km, alcanzando la Reserva Natural de Cañaverosa, que vemos arrasada en la foto 8 y que, sin embargo, como el resto de vegetación situada en barrancos, arroyos y ramblas se ha regenerado muy bien constituyendo un refugio muy valioso para la fauna en estos momentos. [GARCÍA MELLADO, A (2011).18 años después del gran incendio de Moratalla. Recuperación de las comunidades ornitológicas. Revista Enclave Ambiental, 29. Recuperado el 09/10/2016, de http://www.murciaenclaveambiental.es/cuarto-trimestre-2011.html?idRe=159&iw4re=33.]

Foto 8. Bosques de ribera  arrasados en Cañaverosa, 1994.

Y para terminar esta entrada en la que hemos hecho un pequeño recorrido a través de la historia reciente del Pinagral de la Muela, nos paramos un momento a contemplar con pena que, lo que por suerte no destruyó el gran incendio del 94, puede acabar arrasado por los nuevos usos ganaderos que se han vuelto a implantar junto a él y que podrían acabar matándolo cuando quizá un simple cercado podría conseguir que no hubiera tanto pisoteo en sus raíces y las cabras u ovejas, necesarias en cuanto actividad económica beneficiosa para la zona, sestearían tranquilamente bajo otros árboles jóvenes de su entorno a los que no afectaría tanto.


FICHA BÁSICA


Especie
Pinus pinaster
Nombre común
Pinagral
Nombre propio
Pinagral de La Muela
Término municipal
Moratalla
Provincia
Murcia
Altitud
1315 msnm
Perímetro
3,30 m
Altura
15 m
Edad aproximada
125 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas o impactos
Compactación bajo su copa
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--

domingo, 25 de septiembre de 2016

Noguera de Poyotello, Santiago-Pontones

Más que una entrada sobre un árbol, en esta ocasión la entrada la vamos a dedicar a reflexionar sobre la capacidad del ser humano para estropear (en nuestra opinión, quizá errónea) en muchas ocasiones con la mejor intención, la naturaleza que veíamos, sin embargo, en la pasada primavera en todo su esplendor. 


Foto 1. Llegada a la aldea de Poyotello

Llegamos de mañana a Poyotello, en la provincia de Jaén, pequeña aldea con 19 habitantes (INE 2010), como veis en el cartel indicador...

Foto 2. Entrada a Poyotello, Santiago-Pontones

Exacto, tampoco nosotros sabemos para qué es este cartel indicador, ya que no indica nada. Un poco más adelante sí que hay un cartel en el que podemos ver el nombre de la aldea, pero realmente nos quedamos un poco sorprendidos de que se coloque una estructura de madera en mitad de este bello pastizal para .... ¿?



Foto 3. En primer plano Sambucus ebulus, saúco menor o yezgo, planta tóxica

En los alrededores podemos contemplar estos prados en los que destaca el sabuco menor, y nos dirigimos hacia el sendero que nos llevará hasta la Cueva del Agua, que está aproximadamente a 1,5 km, y que recorremos entre una flora modelada por el pastoreo ancestral del lugar. 

Foto 4. Sendero utilizado antaño por las caballerías y hoy día por senderistas.
Durante toda la ruta, nos acompaña al fondo el río Segura, tan ruidoso que ya lo oímos antes de verlo, y en algunas zonas encontramos... ¡Más madera! (Foto 5).

Foto 5. Pasamanos instalado en un lugar bucólico sin demasiado riesgo para el paseante.
A un paraje como este, al que venimos a disfrutar de la naturaleza caminando por una ruta relativamente costosa ya que ahora vamos de bajada (pero hay que subir a la vuelta) podemos intuir, por tanto, que no es un lugar al que se venga sin un poco de preparación, así que nos hacemos la pregunta de si es realmente necesario este pasamanos en el que se ha gastado madera, dinero, y que genera un impacto ambiental, ya que en un tiempo se degradará, y por último nos preguntamos si habrá en ese momento alguien para arreglarlo .

Foto 6. Majuelo en flor

Dejemos por un instante las preguntas sin respuesta, y disfrutemos del camino, los majuelos "Crataegus monogyna" se nos muestran cuajados de flores, y poco a poco llegamos a la Cueva del Agua.

Foto 7. Cueva del Agua

Justo a la entrada, y aunque no sería imprescindible ya que el lugar es fresco, nos regala su sombra un olmo de montaña "Ulmus glabra", y en su interior conviven gran cantidad de especies que necesitan la presencia de agua permanente para poder vivir.

Foto 8. Hojas de olmo de montaña, en primer plano

Antes de abandonar el lugar, vemos otro cartel indicador:

Foto 9. Sin comentarios

Vamos a seguir hacia el Charco del Humo, y en el cañón del Segura nos encontramos con una rica variedad de flora endémica, entre otros vemos el endemismo zapaticos de la Virgen "Sarcocapnos baetica".

Foto 10. Zapaticos de la Virgen

Otra comunidad vegetal no endémica de las montañas segureñas (las más diversas de Europa), son estos helechos de águila que se pueden encontrar en todos los continentes, pero que nos llaman la atención y nos indican, dado su elevada densidad la presencia de abundante humedad en el suelo. 

Foto 11. Denso tapiz de helecho de águila Pteridium aquilinum
Esta vez, para ilustrar el Charco del Humo, en vez de fotografía, os dejamos un vídeo y mientras os refrescáis, nosotros volvemos al punto de partida:



Y en este punto, y a estas alturas de la entrada, alguien pensará que nos falta el protagonista, cierto es. Le toca hacer su entrada en este momento a nuestro árbol singular del día, la noguera de Poyotello "Juglans regia".

Foto 12. Noguera de Poyotello

Vivía tan feliz la noguera hasta que los humanos apreciamos lo bonito que era sentarse a su sombra en verano, y se nos ocurrió acicalar el entorno, un banco aquí, un banco allá. Se nos olvida casi siempre que los árboles tienen raíces, que son ellas las que les proporcionan alimento, y que necesitan respirar. Le pones mucho peso sobre las raíces al lado oeste-suroeste, banco de metal (malo), banco de hormigón y piedra (peor, más pesado), como respuesta pierde la rama correspondiente, como vemos en la Foto 12.

Foto 13. Banco de hormigón a pie de la noguera, letal para las raíces de ese lado.

Que le hacemos un alcorque de cemento en su base para "realzar" su presencia, o no dejamos crecer el tronco  para poner un banco justo en en su base que ocupa media circunferencia del perímetro de fuste, olvidando por completo que los árboles crecen en grosor formando un nuevo anillo todos los años hasta que fenecen, pues el árbol seca un poco más el ramaje, después que mueren las raíces principales del lado donde hemos realizado el banco y el viento vuelca el nogal en sentido contrario. En fin, mientras hay vida hay esperanza, aunque sea para una noguera ya madura y con vejez inducida por un maltrato no intencionado. Pero si no se  quita, progresivamente y con cuidado de no romper más raíces, toda la infraestructura de uso público que hay bajo la proyección de copa, en especial el banco de hormigón apoyado en el tronco, no parece que el árbol pueda aguantarlo mucho.

Aunque parezca otra cosa, ya que nos hemos quejado mucho, el paseo por esta zona merece la pena, es espectacular, y bueno, solamente queremos que esto que vemos nosotros puedan verlo las generaciones venideras, y que no estropeemos demasiado no sólo el paisaje, que es importante por su belleza, sino el ecosistema en el que nos movemos también nosotros, y que a veces podemos destrozar sin siquiera percatarnos de ello.