jueves, 26 de febrero de 2015

Latonero, almez "Celtis australis"

El nombre genérico de esta especie es el que le daban los latinos, y el epíteto, también de origen latino se refiere a que procede del sur. Conocido en nuestra tierra como "latonero" o "lironero", el almez (Celtis australis) es un árbol, con alturas comprendidas entre los 15-20 m, aunque puede alcanzar hasta los 30 y, por lo general llega a tener un diámetro de tronco de 1 m o incluso un poco más, aunque en el sudeste ibérico hay ejemplares monumentales que casi alcanzan los 2 metros.

Foto 1. Latonero de la Encarnación

La corteza del tallo y ramas principales es de un color blanquecino muy característico, lisa, con pocas grietas y cuando éstas aparecen, son poco profundas (Foto 2). Las hojas son alternas, de color verde intenso doblemente dentadas y caducas. Florece de abril a mayo, y nos regala los latones (almecinas), su fruto, que es una drupa (fruta) comestible, desde agosto hasta noviembre (Foto 3). Dicho fruto es una significativa fuente de alimentación para un gran número de aves frugívoras. En nuestro territorio es la merla (mirlo), tal vez, la principal consumidora de latones y, por ende, una excelente dispersadora de sus semillas que acabar generando pequeños latoneros en los lugares donde el ave las deposita, toda vez que ha consumido la carne del fruto. Por lo demás, los niños de las zonas rurales de Tudmiria han jugado con el hueso del fruto como proyectiles lanzados con cerbatana.


Foto 2. Almez del Molino de la Olma

Foto 3. Hojas y frutos de latonero

Se extiende por todo el Mediterráneo (Figura 1), sobre bosques de diverso tipo, pero principalmente riparios, sobre terrenos tanto básicos como ácidos, con suelos profundos y relativamente húmedos, más frecuentemente junto a ríos y arroyos, aunque sea en terreno pedregoso, y se ve favorecido por las prácticas agrícolas y podas. No soporta bien las heladas, requiere climas templados y cálidos, por lo que no suele superar los 1.200 m de altitud.

Figura 1. Distribución de Celtis australis en el Mediterráneo. Blanco et al, 1997


En el sudeste ibérico es una especie relativamente común, silvestre, asilvestrada o cultivada, por los encajonamientos del río Segura desciende hasta Archena y Ulea, y ha sido cultivado prácticamente en toda las zonas de regadío tradicional de las cuencas del Segura, Vinalopó y  Almanzora. Hoy día, en las zonas cálidas de vega de dichas cuencas se pueden encontrar almeces asilvestrados en algunos bancales  que no se cultivan desde hace décadas.

Foto 4. Almez de 3 años plantado en un barranco del sudeste.

En la Figura 2 vemos cómo se extiende por gran parte de la
Península Ibérica, aunque es más frecuente en el Este y Sur.


Figura 2. Distribución de Celtis australis en la Península Ibérica. Blanco et al, 1997



El latonero posee una madera bastante elástica y dura por lo que se usa en carretería y para fabricar astiles y útiles de agricultura. Fue también usado para leña y carbón. Además, se emplea para ramón (alimento) del ganado, como ornamental y, como ya hemos dicho, sus frutos son comestibles.



Foto 5. Almez del Molino de la Olma
A pesar de su carácter primocolonizador, el estado de la especie en nuestra área no es muy dinámico, ya que las zonas de vega por donde se extendía han sido muy alteradas o urbanizadas. Los ejemplares mas nobles se encuentran obviamente en el seno de regadíos tradicionales, el Latonero de la Encarnación (Foto 1) y el del Molino de la Olma (Fotos 2 y 5) son unos representantes singulares de esta especie en nuestro territorio y los conoceremos mejor más adelante, en una entrada dedicada exclusivamente a cada uno de ellos.


sábado, 21 de febrero de 2015

Ciprés de Cartagena "Tetraclinis articulata". Un árbol exclusivo del sudeste ibérico.


La especie que os mostramos hoy es exclusiva de nuestra región, en el continente europeo solamente se puede encontrar de manera natural en zonas de Cartagena y La Unión. Su nombre científico es Tetraclinis articulata (Vahl.) Master. Tiene distintos nombres comunes como son: sabina o ciprés de Cartagena, sabina mora, asiprés o tuya.


Foto 1. "Frutos", flores masculinas y hojas de Tetraclinis.


Respecto a su origen, es una especie muy primitiva originada en el Terciario, cuyos parientes vivos más próximos están en Oceanía y Sudáfrica. Su extensión debió ser mucho más amplia en la Antigüedad, tanto en el norte de África como en el sur de Europa e islas mediterráneas. Parientes muy próximos fosilizados han aparecido en Sicilia y en el Macizo Central francés. En el sudeste ibérico, desde Almería a Murcia, en un arco de más de 200 kilómetros hay restos de carbones de T. articulata, comenzando en el yacimiento calcolítico almeriense (3.200-2.200 a. C.) de los Millares (Rodríguez Ariza, 1992). Para pasar después a época Árgárica (2.300-1.500 a. C.), cuando aparece en yacimientos como Fuente Álamo, Cuevas de Almanzora (Schoch & Schweingrüber, 1982; Carrión Marco, 2004 y 2005) y Cerro de la Viña, Coy, Lorca (Grau, 1990). Ya en época púnica (siglos VI-V a. C.) se encuentran carbones en Punta de los Gavilanes, Mazarrón (García Martínez & Grau, 2005) y, por último, entra en la historia con los restos antracológicos de ciprés de Cartagena aparecidos en el yacimiento ibérico (siglos IV-II a. C.) de Coimbra del Barranco Ancho, Jumilla (Grau, inédito). Suele aparecer como resto de carbones empleados para la combustión metalúrgica o doméstica, entre otros usos, lo que nos proporciona la idea de que era relativamente abundante, por lo que la hipótesis de que esta especie fue introducida por los fenicios, que aparecen en la historia en torno al 1.200 a. C., resulta improbable, toda vez que que está presente en los yacimientos argáricos y calcolíticos, cuyas culturas son anteriores a la llegada de los fenicios a Iberia.


Foto 2. Yacimiento de Los Millares.
Fuente fotografía: http://www.rutasconhistoria.es/loc/yacimient-de-los-millares

Tetraclinis articulata es un pequeño árbol de crecimiento lento que puede vivir casi 500 años y alcanzar portes considerables. Sin embargo, hasta hace unas décadas en el sudeste ibérico estuvo sometido a una intensa explotación y las masas forestales actuales muchas veces están formadas sólo por jóvenes y rebrotes. Además de su gran interés científico y biogeográfico, los bosques de esta especie desempeñan un papel trascendental para la fijación de suelos en las regiones semiáridas, tan amenazadas actualmente por la erosión. Asiprés es el nombre más antiguo documentado para la especie en la comarca de Cartagena, desde el siglo XVI (Zamora & Grandal, 1999). Como conífera, tiene la particularidad de que sus individuos maduros y parte de los jóvenes de más de 4 cm de diámetro, pueden rebrotar de la cepa tras los incendios (Foto 3) o cuando la parte aérea es talada, ésto unido a la rápida cicatrización de sus heridas, le permite sobrevivir a la explotación humana mejor que otros bosques de gimnospermas. Ésta es la clave del éxito de esta primitiva especie para seguir formando grandes bosques en el norte de África en la actualidad. No obstante, como todo bosque, si la explotación es demasiado intensa y continua, los cipreses también acaban desapareciendo.


Foto 3. Ciprés rebrotando tras un incendio.
Barranco del Moro, Cartagena.

El ciprés de Cartagena, como ya hemos dicho, es hoy día exclusivo de modo natural en la Región de Murcia dentro del continente europeo, aunque aparece escaso en algunas islas mediterráneas como Malta y con muy pocos ejemplares en Chipre, estando la mayor parte de la distribución en el Magreb; existe también una cita en Libia pero hoy no se encuentra la planta (Figura 1). La superficie potencial del asiprés en el N de África es de unas 2.500.000 ha, de las que actualmente quedan sólo unas 800.000 ha. Es decir, se han perdido 1.700.000 ha. de un árbol bien adaptado a las agresiones humanas, que rebrota con relativa facilidad y cicatriza pronto ante incendios y mutilaciones y que, además, vive en terrenos poco aptos para la agricultura, lo que permite hacerse una idea de la magnitud de la intensa y continua destrucción forestal en el Mediterráneo. Esteve & Miñano (2010) refieren 595 hectáreas como el total de la superficie ocupada por el ciprés en Cartagena en el sudeste ibérico, pero siempre en baja cobertura, del total de la vegetación de las zonas donde aparece no suele cubrir más del 3% de la superficie ocupada por las plantas. La población ibérica se compone de dos subpoblaciones al Oeste y Este de la ciudad de Cartagena, siendo mayor ésta última (Figura 2).


Figura 1. Área de distribución general del ciprés de Cartagena (Esteve & Miñano, 2010).

En cuanto al número de individuos de ciprés de Cartagena que constituyen la población de la Región de Murcia era de 8.455 pies (Esteve & Miñano, op. cit.). Tras el incendio de 2011 no se dispone de datos sobre cuál será el número total, pero lógicamente menor, pues aunque  la especie tiene capacidad de rebrote, ésta no es del 100%; de hecho, por debajo de los 10 cm de diámetro de tronco el porcentaje de rebrote es del 10%, siendo éste nulo por debajo de los 4 cm.


Figura 2. Poblaciones y subpoblaciones ibéricas de Tetraclinis articulata.
(Esteve & Miñano, 2010).

Tras el incendio de agosto de 2011 (Figura 1), utilizando para los cálculos fuentes de la Dirección General de Medio Ambiente, se ha afectado al 58,57% del área total del hábitat de Tetraclinis en Murcia y, por ende en Iberia y el continente europeo.


Figura 3. Perímetro del hábitat del ciprés de Cartagena afectado por el incendio de 2011.
Fuente Dirección General de Medio Ambiente.

Como se puede asimilar la tipificación ecológica del hábitat del Tetraclinis a la de la propia especie, hay que hacer notar que la media de la temperatura del mes más frío y la precipitación de invierno son las principales variables moduladoras del hábitat, estando las primeras en torno a los 5ºC como mínimo y la pluviometría por encima de los 90 mm anuales en los meses invernales. Aunque tiene preferencia por los suelos carbonatados aparece también sobre silicatos. Es capaz de vegetar sobre suelos esqueléticos e incluso sobre escorias de minas (Foto 4).


Foto 4. Ciprés de Cartagena creciendo sobre escorias 
de minas en los montes cartageneros.

Aparece el hábitat del asiprés en los montes de Cartagena hasta los 300 m de altitud. En Marruecos hasta los 1.800 m. En las comarcas litorales y sublitorales mediterráneas del norte de África este árbol forma extensos bosques, más o menos puros o mezclado con otros árboles, especialmente con Quercus coccifera, Olea europaea y Pinus halepensis.

Las formaciones arbóreas murcianas que constituyen el hábitat del ciprés de (Foto 5) suelen estar acompañadas en el estrato arbóreo por pino carrasco (Pinus halepensis) y en el arbustivo por cornical (Periploca angustifolia), espino negro (Rhamnus oleoides subsp. angustifolia), palmito (Chamaerops humillis) y arto (Maytenus senegalensis), principalmente y, en zonas incendiadas, aparece también cambrón (Calicotome intermedia). Como herbáceas integrantes del hábitat estaría el esparto (Stipa tenacissima), cerrillo (Hyparrhenia sinaica),  Aristida caerulescens y otras especies, por lo general, menos abundantes. El asiprés suele aparecer en orientación Sur y Este, en pendientes elevadas, casi siempre sobre materiales carbonatados, aunque puede hacerlo puntualmente sobre zonas silicatadas.


Foto 5. Hábitat de la sabina mora.
Peña del Águila, Cartagena.

Se puede considerar que el estado de conservación en los montes cartageneros y unionenses es malo, al menos después del incendio de agosto de 2011, tras el cual, como se ha dicho, se ha quemado casi un 60% del total del hábitat, habiendo rebrotado los pies maduros de ciprés, pero no la mayor parte de los más jóvenes, además, los pinos carrascos presentes en las inmediaciones que también se quemaron, dispersaron durante su combustión un gran número de semillas (piñones) que ahora han brotado en el suelo formando un espeso tapiz de pequeños pinos, los cuales acabarán por ocupar todo el espacio del hábitat, si no son adecuadamente clareados mediante técnicas de selvicultura, al menos parte de ellos, objetivo que, entre otros, pretende cumplir el proyecto europeo LIFE"TETRACLINIS-EUROPA",  que dirige la Dirección General de Medio Ambiente de la Región de Murcia.

El sobre-pastoreo es otro factor que ha conducido a parte del hábitat del ciprés a un mal estado de conservación (Esteve 2009), ya que afecta a un 10% del total del hábitat. Otro factor de amenaza para la conservación del mismo es la mutilación, este factor de presión fue el causante de la mayor parte de la pérdida histórica de ejemplares, ligado a la explotación minera y a su extracción como combustible y, secundariamente, como material de construcción. No obstante, desde mediados del siglo XX, las talas y mutilaciones han ido decreciendo como presión demográfica significativa

A nivel legislativo, no sólo el hábitat del ciprés de Cartagena es un hábitat prioritario, incluido en la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, sino que por la rareza e interés del Tetraclinis articulata ha sido incluido en el “Catálogo regional de flora silvestre protegida de la Región de Murcia (Anexo I del Decreto 50\2003 de 30 de mayo, BORM de 10 de junio de 2003)”, con la categoría de “Especie Vulnerable”.

Aunque, como vemos, en Murcia ha sido una especie estrictamente protegida, sus poblaciones están castigadas por los continuos incendios que asolan su área natural. De ahí que los mejores individuos, que podemos catalogar como monumentales o singulares, están plantados en jardines y antiguas repoblaciones llevadas a cabo por Codorníu en Sierra Espuña. En días posteriores veremos alguno de estos individuos, que llegan a medir más de 13 m de altura. 


domingo, 15 de febrero de 2015

El Pino Galapán ¿Puede morir de éxito?

Estimados amigos:
Hoy comentaremos el que es, entre otras cosas, el pino monumental más alto de la cuenca del Segura, de todas las especies de pinos, no sólo de la suya (Pinus nigra). Se trata de todo un símbolo social, cultural y de identidad para los serranos segureños, el "Pino Galapán", ubicado en los orígenes de la principal arteria de vida del sudeste ibérico. Su nombre significa larguirucho o espigado, haciendo referencia a la gran altura del árbol.


Foto 1. Silueta de la copa del Galapán.

El entorno donde se ubica el mismo es una zona parcialmente deforestada donde los pinos, cuando hay suelo, pueden alcanzar una gran altura,  ya que la precipitación media ronda los 600 milímetros.



Foto 2. Entorno cercano al Pino Galapán.

El Galapán, casi con toda seguridad, creció junto a otros pinos de similar edad pero, en un momento dado se realizó una corta del bosque que le rodeaba, del que pueden contemplarse todavía ciertos restos  (Foto 3), de lo contrario, el árbol no habría necesitado llegar a ser tan alto (39 metros) para captar la luz, pues no constituye ninguna ventaja fisiológica crecer tanto en el altura. 


Foto 3. Entorno inmediato del pino.

Por lo demás, el perímetro del tronco a 1, 30 metros del suelo es también muy elevado (5,20 m) y su perímetro basal es de 10,40 m. Por tanto, si se analiza la resultante de todas sus dimensiones sería el más significativo de todos los pinos serranos.

Foto 4. Base del tronco del pino.

La copa del pino (Foto 5) es asimétrica y moldeada por el peso de la nieve en los blancos inviernos serranos. El ramaje, esculpido por sucesivas nevadas, en proporción a las dimensiones del tronco es reducido, lo que resulta positivo para el árbol dado que aguanta mejor el empuje del viento y tiene que soportar menos nieve en el invierno, por contra su actividad fotosintética es menor y, por tanto, su capacidad de obtener energía también.


Foto 5. Silueta del Pino Galapán. 
Obsérvese la persona en su base.

El principal problema que actualmente tiene este laricio es el exceso de pisoteo en su base (Foto 6) por los cientos de visitantes que recibe al ser un árbol tan afamado; de hecho se puede observar la tierra compacta en la base del tronco y, lo que resulta más preocupante, la rotura de las raíces por su parte externa, donde han perdido la corteza por lo que éstas no pueden realizar labores de conducción de savia a través de la zona descortezada. Esta circunstancia en un árbol ya anciano (debe andar por más de tres siglos), podría generarle problemas, que pueden con el tiempo provocar, al menos su decaimiento, o muerte en caso de que se siga pisoteando intensamente en su base, por tanto, nos preguntamos ¿No sería una pena que este pino muriese víctima de su propia fama?


Foto 6. Compactación del suelo y rotura de raíces por 
exceso de pisoteo humano.


En fin, os recomendamos no pisotear mucho en su base, el árbol se puede ver igual unos metros más atrás. Aunque pueda parecer exagerado este comentario, algunas de las personas que aquí escribimos tenemos más de 20 años de experiencia en temas de arboricultura, y hemos visto morir más de un árbol por ello. Además, en este enlace podéis ver uno de los ejemplos de árboles en contextos similares al Galapán: El exceso de visitas amenaza a un tejo centenario de Madrid.

Otra circunstancia que perjudica al pino, y lo degrada estéticamente, es la realización de inscripciones en su corteza (Foto 7), afortunadamente no parecen haber atravesado ésta. Pero hay que tener siempre en cuenta que los árboles conducen la savia principalmente por la parte más externa del tronco (la albura), por lo que  las heridas superficiales son muy perniciosas.


Foto 7. Inscripciones sobre la corteza del pino.



Foto 8. Silueta del árbol desde el sur.


AL PINO DEL GALAPAN

Profunda la raíz, sólido el tronco
del pino Galapán en la ladera.
Los vientos le azotaron, truenos broncos
serraron con sus rayos su madera.

Peregrino de Dios hacia la altura,
nacido en corazón de madre tierra
tuyo el honor y nuestra la ventura
de tenerte enclavado en nuestra sierra.

De todos los rincones de mi España
vienen a ver tu talle, oler tu tea,
corazón de gigante, toro hermoso.
A todos vences, y a nadie engañas.

Miden tu cuerpo, un cuerpo de coloso
hecho aliento de Dios, y primavera.

ALICANTE, 16-II-82
El Arco y sus flechas. Naturaleza cordial (Ángel Fernández Alguacil)



jueves, 12 de febrero de 2015

Pino blanco. "Pinus nigra"

En la entrada de hoy no hablamos de ningún árbol  en concreto, vamos a dar unas pinceladas de la especie Pinus nigra en general, y ya en días sucesivos hablaremos de algunos de los individuos que por su edad y tamaño, principalmente, o en ocasiones por otras características como su situación, tradición popular o cultural se han ganado el calificativo de monumental o singular. 

Foto 1. Pino blanco como limite  de la vegetación arbórea en altitud.
Pinus nigra J. F. Arnold subsp. salzmannii (Dunal) Franco
[Pino blanco, laricio o salgareño]
El epíteto específico significa negro, pues las agujas de los  pinos austriacos de esta especie tienen un tono verde muy oscuro, el subespecífico es en honor del botánico y médico alemán Philipp Salzmann (1781-1851), que trabajó por España a principios del siglo XIX.

 Foto 2. Corteza de pino blanco, haciendo honor 
a dicho adjetivo en su nombre popular. 
Especie de gran talla que puede llegar hasta los 50 m de altura en condiciones ambientales óptimas. Necesita precipitaciones mínimas de 450-500 mm e inviernos frescos para poder desarrollarse. Su rango altitudinal en la península Ibérica va desde los 500 (Pirineos y sistema Ibérico) hasta los 2.200 m en las sierras béticas. En el sudeste, aparece a partir de los (900)1.300 m, hasta el límite de la vegetación arbórea.


Figura 1. Distribución general de Pinus nigra, Blanco et al. 1997

Figura 2. Distribución de Pinus nigra en la península Ibérica, Blanco et al. 1997

La subespecie salzmanii forma parte del subgrupo homónimo, dentro del complejo de subespecies dispersas en las montañas submediterráneas, sobre todo del Mediterráneo norte y en menor medida en Marruecos y Argelia. En España aparece principalmente en las montañas calizas del sistema Ibérico y en las sierras béticas, donde sus masas casi puras ocupan 405.982 ha.
En el sudeste ibérico se distribuye sobre las sierras béticas, donde aparece la subespecie salzmannii (también llamada clusiana o mauretanica por algunos autores). Aunque existen enclaves disyuntos de dichas montañas como son, sª de María, sª de Filabres, sª del Carche y sª Espuña, no pudiéndose precisar en este último caso qué ejemplares son naturales o repoblados. 

Foto 3. Pinares de pino blanco en las sierras béticas, el 
monte más alto es La Sagra, Granada.




Foto 4. Pinares de pino blanco en el macizo de Revolcadores, Murcia.

El pino blanco se encuentra en el piso superior al ocupado por el pino negral (Pinus pinaster) y, en ocasiones, contacta directamente con el pino carrasco (P. halepensis); a partir de los 1.500 (1.600) m se acompaña exclusivamente de la carrasca (Quercus ilex subsp. ballota) que no llega con él en altitud hasta la frontera de la vegetación arbórea (Foto 1). Resulta una especie muy resistente al frío y al viento.

Foto 5. Pinos blancos nevados.



Este pino es el más longevo de los pinos del SE ibérico, existen ejemplares en la Sierra de Cazorla que alcanzan edades en torno a los 1.000 años (Creu, 1998), bastantes de estos individuos están tipificados como monumentales, algunos de los cuales se les estima una edad similar a la comentada.

Desafortunadamente, gran parte de las repoblaciones efectuadas con pino blanco, corresponden en su mayoría a la subsp. nigra (pino austriaco).

Foto 6. Pino blanco en la sierra de María, Los Vélez, Almería.
Su madera es de gran calidad, teniéndose por la mejor madera de los pinos ibéricos las poblaciones de Cuenca y sierras de Segura y Cazorla. Se utiliza o ha sido muy utilizada en la construcción, fabricación de barcos y, en general, como soporte estructural. En el monte se pueden observar algunos árboles viejos con la parte basal ahuecada, ya que de ellos se ha sacado tea para encender.

Foto 7. Pinos blancos, creciendo con gran vigor.

En resumen, y como hemos comentado al principio de esta entrada, a partir de ahora, intentaremos hablar de la especie en primer lugar y posteriormente daremos datos sobre los árboles del sudeste Ibérico más significativos de cada una de ellas.

En nuestro próximo post, un pino blanco muy conocido por estas tierras, el Pino Galapán, en Santiago de la Espada, Jaén.



domingo, 8 de febrero de 2015

Álamos de Fuente Mellinas


Visitamos Moratalla de nuevo, en el Noroeste de la Región de Murcia, para conocer los álamos
(Populus alba L.) de Fuente Mellinas bajo la nieve.


Foto 1. Alameda de Fuente Mellinas.


Foto 2. Los tres álamos singulares del conjunto, el de la derecha tiene el mayor perímetro.

Encontramos estos álamos en la carretera de Barranda-Nerpio, junto a una pequeña alquería que recoge las aguas de la fuente.

Foto 3. Álamo singular en primer plano y monumental en segundo.

Foto 4. Los tres álamos singulares del conjunto, el de la derecha tiene el mayor perímetro.


En el sudeste ibérico estos álamos aparecen formando pequeños bosquetes en fuentes, barrancos, ríos y arroyos. Y es que, aunque no toleran tanto el frío como el álamo negro, en esta zona alcanzan los 1.500 m dentro del piso supramediterráneo, pudiendo soportar heladas de hasta - 15ºC. En el resto de la península ibérica, en general, no suele sobrepasar los 1.000 m de altitud. Prefiere los suelos de naturaleza básica, frescos y arenosos, llegando a soportar ciertos niveles de salinidad.

La alameda de Fuente Mellinas es un resto de la vegetación forestal que ha sobrevivido en la zona, gracias a que proporcionaba sombra al descansadero y abrevadero para el ganado que trashumaba a través de  la Cañada Real de Archivel hacia las sierras de Segura o viceversa, desde éstas hacia Murcia y Alicante.

Por lo demás, el mayor de los árboles (fotos 2, 3, 4, 5 y 6) tiene unas medidas de perímetro de tronco monumentales (6 m) y más de 16 m de altura. Los otros dos (fotos 2, 3, 4, 7, 8, 9) son también de dimensiones singulares dentro de la especie (4,50 m de cuerda de tronco  y sobre los 20 m de altura). 

 Foto 5.  Álamo monumental de Fuente Mellinas. 


Foto 6. Álamo monumental de Fuente Mellinas.

En cuanto a la edad de estos álamos, los de menor perímetro de tronco andan por la centena de años, pudiendo tener el de mayor unos 150. Por sus dimensiones de fuste el conjunto sería uno de los más significativos de Tudmiria.

Foto 7. Álamo singular de Fuente Mellinas.

Foto 8. Álamo singular de Fuente Mellinas. 

Foto 9. Álamo singular de Fuente Mellinas. 

Terminamos compartiendo con vosotros el poema de Juan Ramón Jiménez:

ÁLAMO BLANCO

Arriba canta el pájaro
y abajo canta el agua.
(Arriba y abajo,
se me abre el alma).

¡Entre dos melodías,
la columna de plata!
Hoja, pájaro, estrella;
baja flor, raíz, agua.
¡Entre dos conmociones,
la columna de plata!
(¡Y tú, tronco ideal,
entre mi alma y mi alma!)

Mece a la estrella el trino,
la onda a la flor baja.
(Abajo y arriba,
me tiembla el alma).


jueves, 5 de febrero de 2015

Fauna asociada a árboles y bosques



Hace unos días, en la entrada dedicada a la biodiversidad asociada a árboles y bosques viejos, comentamos que había especies tanto de fauna como de flora, que no podrían sobrevivir sin mantener una estrecha relación con los bosques y árboles maduros, ya que no pueden realizar sus funciones vitales en otros hábitats que los generados por aquéllos. En esta entrada vemos fauna asociada a ellos.
  • Aves

Algunas están muy adaptadas a los viejos árboles, como los pájaros carpinteros, los cuales presentan adaptaciones muy específicas que les permiten vivir con éxito en este medio: dedos diseñados para un mejor desplazamiento sobre los troncos de árboles, pico afilado y fuerte, cráneo adaptado al intenso picoteo sobre la madera, lengua pegajosa que les permite extraer insectos de la madera, etc.

Nidos de pájaros carpinteros en el monumental Roble de Malvariche, Sierra Espuña
Como pájaros carpinteros típicos en Iberia sobre árboles añosos, hay 6 especies, de los cuales el pico picapinos (Dendrocopos major) y el pito real (Picus viridis) aparecen en la Región de Murcia. Aparte estaría el torcecuellos (Jynx torquilla) que, si bien no construye oquedades en los árboles, reutiliza las de los pájaros carpinteros. 

Pito real (Picus viridis) sobre un viejo tronco (estípite) de palmera  datilera (Phonenix dactylifera).
Fuente fotografía: AXENA

Nido de pito real (Picus viridis) sobre palmera datilera en El Garrobillo, Águilas.
 Las tres especies mencionadas son más generalistas, pero el resto de especies ibéricas precisan de bosques y arboles maduros o viejos para poder vivir, alguna de éstas es posible que no aparezca en determinadas zonas del sudeste ibérico, por no existir una presencia significativa de bosques viejos de robles en las zonas donde éstos crecerían si no hubiesen sido eliminados por el hombre.


Agente medio ambiental con pollo de cárabo
caído de un viejo tronco de plátano (Platanus orientalis).

Otro grupo que precisa de árboles senescentes para vivir, son ciertas rapaces nocturnas que necesitan de los huecos que presentan muchos de éstos para nidificar. Así, el cárabo (Strix aluco) y el búho chico (Asio otus) prefieren estos añejos biotopos de madera para anidar. Otras aves presentes en el sudeste ibérico como el trepador azul (Sitta europaea) o agateador común (Certhia brachydactyla) también precisan de árboles añosos como hábitat sobre el que desarrollar sus funciones vitales.
  
  • Murciélagos
Nóctulo mediano (Nyctalus noctula)
Fuente fotografía: www.hlasek.com
No menos de ocho especies ibéricas precisan de las oquedades existentes en los viejos árboles para sobrevivir, incluso algunas de ellas reutilizan nidos de pájaros carpinteros abandonados. Para el sudeste español, el nóctulo grande (N. lasiopterus) y el mediano precisan de viejos árboles para poder desarrollar sus funciones vitales de modo adecuado.
  • Insectos

Un gran número de especies de insectos dependen durante gran parte de su ciclo de vida de la madera en distintas fases vitales procedente de árboles viejos. Los coleópteros son el grupo más abundante entre ellos. De este modo, gran cantidad de especies de varios grupos como cerambícidos, cetónidos, bupréstidos o lucánidos están íntimamente relacionados con la presencia de árboles y bosques viejos o senescentes. Por ejemplo, el ciervo volador (Lucanus cervus), un escarabajo conocido por la forma de cuernos de ciervo que tienen las mandíbulas de sus machos, que aparece en la sierras de Segura y ha sido citado en Murcia (Figura 1), donde casi seguro que aparecería con mayor profusión si existiesen mayor cantidad de árboles viejos.

Figura 1. Área de distribución del ciervo volador.

Y en las imágenes siguientes vemos una carrasca de gran tronco con un enjambre en su base, a continuación un abejaruco con una abeja en el pico. Las grandes cavidades de los árboles viejos favorecen la presencia de enjambres que a su vez pueden polinizar nuestros montes y cultivos y/o dar de comer a la fauna.




  • Otros grupos faunísticos

Hay otros grupos de animales que si bien no están asociados de modo tan específico como los mencionados a los árboles y bosques añejos, si que resultan muy favorecidos por la presencia de éstos hábitats. De este modo, los troncos huecos y oquedades pueden resultar de suma importancia para pequeños carnívoros de Sierra Espuña como ginetas (Genetta genetta), garduñas (Martes foina), gato montés (Felis silvestris) o, incluso, el pequeño lirón careto (Eliomys quercinus).


Lirón careto (Eliomys quercinus)

Félix Rodríguez de la Fuente y el pequeño lirón careto.