domingo, 12 de julio de 2015

Majuelo, espino albar "Crataegus monogyna Jacq."

El majuelo o espino albar "Crataegus monogyna", cuyo nombre genérico viene del adjetivo griego krataios (fuerte, robusto) en alusión tanto a su dura madera como a su longevidad, debe el epíteto específico monogyna, a la única hoja carpelar que posee su pistilo.

Foto 1. Majuelo con porte arbustivo en flor.

Es el majuelo un arbusto o pequeño árbol caducifolio, hermafrodita, espinoso, que puede alcanzar los 10 metros de altura, con porte irregular más o menos oblongo, copa redondeada. 

El tronco, en ocasiones bien definido, un poco tortuoso, con corteza pardo-grisácea, muy agrietada en los ejemplares viejos, como el que vemos en la Foto 2, de unos 40 años de edad.

Foto 2. Espino albar singular, en Haza de San Luis, Ríopar

La ramas son extendidas, espinosas, siendo las más jóvenes de color pardo-amarillento o rojizas, glabras o algo vellosas, y con hojas alternas o agrupadas, con 3 a 7 lóbulos desiguales, con un peciolo generalmente glabro de 8 a 20 mm de largo.


Foto 3. Detalle de hojas y ramas.

Los brotes, tallos y hojas tiernas se utilizaban como verdura silvestre en distintas regiones. Normalmente se comían por el campo, quitando las espinas y pelándolos.

Florece de febrero a mayo en el sudeste ibérico aunque en las regiones más frías al norte de España sigue en flor hasta julio, siendo las mismas blancas, con 5 pétalos y numerosos estambres, con anteras de rosas a rojizas, muy utilizadas en diferentes fiestas, como vísperas de San Juan, Corpus, San Isidro, para adornar puertas y ventanas, altares o imágenes en procesiones, así como para perfumar las casas, puesto que  tienen un olor a miel que se detecta desde muy lejos.

Foto 4. Detalle de flores, con sus numerosos estambres.

El fruto, que aparece de agosto a octubre, es un pomo poco carnoso, ovoide, de unos 10-12 mm de largo, que en principio es verdoso y finalmente rojo, y contiene normalmente sólo una semilla en su interior.

Foto 5. Majuelas.

Estos frutos, llamados majuelas, tienen escaso valor nutritivo, pero han sido muy consumidos en épocas de escasez, era frecuente que los niños los tomaran también como golosina o entretenimiento, y en algunas regiones se llegaban a almacenar para su consumo como pasas o elaboración de mermeladas, y aunque actualmente su empleo en la alimentación humana es poco frecuente, éste parece que tiene un origen prehistórico, según prueban los hallazgos arqueológicos de semillas (Font Quer, 1961).

Foto 6. Detalle de las grandes y fuertes espinas.

Una de las características principales del espino albar son, claro está, sus espinas, que son usadas en la comarca de Sayago, Zamora, donde las llaman “sovinas”, como punzones para cerrar las tripas de los chorizos en la matanza y pincharlos antes de dejarlos curar. Estas espinas también hacen que sea utilizado en setos que ni hombres ni animales se atreven a cruzar, ya que los pinchazos con las mismas son muy dolorosos e incluso pueden llegar a producir infecciones.  

Son sus hábitats los bosques abiertos, matorrales y roquedos, sobre todo tipo de terrenos, desde el nivel del mar hasta los 2.200 m, en ambientes de semiárido a húmedo. En  clima seco-semiárido tiende a refugiarse en los bosques de ribera y otras zonas con compensación hídrica edáfica. En la Foto 7 lo vemos en la Sierra del Gavilán, en Caravaca, junto con Pinus pinaster.


Foto 7. Majuelos y pinos rodenos.

Se distribuye por toda la Región mediterránea, Europa centro-septentrional y, por Asia, hasta Siberia y el Himalaya. En la península ibérica se halla bien distribuido, como vemos en la Figura 1.


Figura 1. Distribución de Crataegus monogyna en la península ibérica.

En cuanto a usos y tradiciones, el majuelo es muy utilizado como pie o patrón portainjertos, normalmente de otras rosáceas, como acerolos, manzanos, nísperos, membrilleros, perales o serbales, de hecho, ya en el siglo XII Ibn al-'Awwan describe esta capacidad, mencionando también su precoz floración y su longevidad.

Por otra parte, es una convicción extendida en algunas regiones de España que el espino albar es una planta benéfica, protectora de los rayos en las tormentas, por ejemplo, creencia que se basa en que Jesucristo fue coronado de espinas; de hecho, sus ramas se usan en algunos pueblos para elaborar dichas coronas en las procesiones de Semana Santa.

En otras zonas también se creía que tenía la propiedad de conservar la castidad, por lo que las madres colocaban ramos en las habitaciones de las hijas solteras (Obón & Rivera 1991)
Quizá esta última creencia, así como la suposición de que sus espinas provocan somnolencia (de hecho uno de los usos medicinales de este arbusto es como relajante) es la que ha llevado a especular con la posibilidad de que "La Bella Durmiente" debe su sueño a un pinchazo con una de ellas (Daniel Climent i Giner. Mètode 71, Otoño 2011.), ya que las ruecas y los husos son uno de los utensilios que habitualmente se han hecho con su madera, y están presentes en algunas de las versiones de este cuento de hadas.


Figura 2. La princesa durmiente. Víctor Vasnetsov.
Fuente: Wikipedia
La dureza y resistencia de su madera, asi como su peso, han hecho que sea utilizada en otros utensilios además de las ruecas, bastones para dirigir al ganado o varear los olivos, mangos de diversas herramientas, como hachas y azadas, e incluso cubiertos y espátulas de cocina.

En cuanto a su uso medicinal está muy extendido, si nos damos una vuelta por la web veremos muchos anuncios de herboristerías, como los que reflejamos en la Figura 3, en los que se vende para diversas dolencias. Estos usos están justificados por su composición química, y las indicaciones terapéuticas aprobadas por ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytotherapy) están referidas a la insuficiencia cardiaca grado II, alteraciones del ritmo cardiaco de causa nerviosa y como coadyuvante en tratamiento de alteraciones de la función cardiaca o circulatoria. Sin embargo, algunos especialistas la consideran no apta para automedicación, debido a la posibilidad de interacciones con ciertos fármacos no descritas hasta el momento, al poder provocar efectos sumativos sedantes perjudiciales como se ha visto en otras especies que actúan sobre el sistema nervioso.

Figura 3. Diversos remedios elaborados con espino blanco.
Fuente: Webs de referencia.


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