Hace 20 años se declararon Patrimonio de la Humanidad los grabados y pinturas rupestres del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, algunas de las cuales, como las presentes en Cueva Ambrosio, se encuentran muy cerca de la impresionante carrasca (Quercus ilex subsp. ballota) que visitaremos hoy en Los Vélez, Almería.
Foto 1. Hábito de la Carrasca del Tello. |
Según las dataciones de la cueva mencionada, estas tierras ya estaban habitadas hace más de 16.500 años, y en aquel momento aparecen en el lugar extensas formaciones de enebros y sabinas (Juniperus spp.), con pinos blancos (Pinus nigra), que también dominaban gran parte del paisaje del sureste ibérico en altitudes similares a las de la Carrasca del Tello, por lo que los moradores de los abrigos rupestres cercanos a nuestro árbol, incluyendo los que vivían a algo más de 500 metros en el importante yacimiento arqueológico de Cueva Ambrosio, verían un paisaje diferente del que encontramos hoy, totalmente dominado por pinos carrascos (P. halepensis), pero donde continúa existiendo una gran representación de sabina y enebro.
De hecho, amén de las especies citadas y en mucha menor proporción, para la fecha comentada (16.500 años antes del presente), se puede observar la presencia en el yacimiento citado de polen de carrascas, quejigos, boj, avellanos, acebo e incluso tilos (Tilia), especie esta última hoy extinguida en el lugar y en toda la cuenca del Segura, cuyos ejemplares más cercanos se encuentran actualmente en la Serranía de Cuenca.
También la fauna presente en el momento Paleolítico comentado estaba compuesta por especies semejantes a las actuales, aunque con presencia de caballos salvajes y lobos, hoy en día extinguidos del lugar por la acción humana. Para más información paleoecológica consultar López García (1988) y Rodríguez Ariza (2006).
Foto 2. Carrasca del Tello y su entorno. |
De hecho, amén de las especies citadas y en mucha menor proporción, para la fecha comentada (16.500 años antes del presente), se puede observar la presencia en el yacimiento citado de polen de carrascas, quejigos, boj, avellanos, acebo e incluso tilos (Tilia), especie esta última hoy extinguida en el lugar y en toda la cuenca del Segura, cuyos ejemplares más cercanos se encuentran actualmente en la Serranía de Cuenca.
También la fauna presente en el momento Paleolítico comentado estaba compuesta por especies semejantes a las actuales, aunque con presencia de caballos salvajes y lobos, hoy en día extinguidos del lugar por la acción humana. Para más información paleoecológica consultar López García (1988) y Rodríguez Ariza (2006).
Solitaria en medio de campos de cultivos de secano y terreno forestal del que se han hecho dueños los pinos carrascos, esta encina casi pasa desapercibida, hasta que al acercarnos se hacen patentes sus ciclópeas dimensiones, ya que con un perímetro de 6,45 metros y una altura de 14,50 es probablemente una de las más ancianas de la cuenca del Segura y la que mayor perímetro detenta, según los datos disponibles.
Foto 4. Detalle del tronco, obsérvese la oquedad por la pretérita pérdida de un gran brazo principal. |
Este impresionante tronco que vemos en la Foto 4, como la mayoría de los troncos de los árboles ancianos, se ha convertido en la vivienda de una gran variedad de fauna, concretamente en éste creemos que habita algún lirón careto, ya que hemos encontrado rastros que parecen suyos. También los pájaros carpinteros han estado trabajando en sus ramas, como atestiguan los agujeros que han dejado en algunas de ellas, previamente secas por la bajada de un rayo a través de éstas.
Otras aves o pequeños mamíferos y, por supuesto, gran variedad de insectos completan la fauna asociada a esta carrasca que, como otras veces hemos comentado, no es solamente un individuo sino todo un ecosistema, circunstancia que deberíamos tener en cuenta cada vez que nos acercamos a uno de estos árboles para hacerlo con el respeto que se merece, y para concienciarnos de lo que se pierde cuando uno de ellos, a veces por malas prácticas humanas, otras quizá sólo por desidia, cae.
Hablando de árboles caídos, aquí vemos (Foto 6) lo que queda de lo que fue un gran olmo que al parecer pereció por el efecto sincopado del hongo de la grafiosis y la puntilla dada por el corral para el ganado instalado bajo su copa. Por este último motivo, existe cerca un serbal (Sorbus domestica) a punto de perecer también debido en gran parte al cambio de uso del terreno en el que se asienta, ya que ha quedado en el interior de un corral de ganado, lo que le está perjudicando sobremanera. En cualquier caso, es una auténtica pena que mueran árboles singulares incluidos en los catálogos regionales, cuando debería gracias a dicha circunstancia, mejorar su estado de conservación, o al menos cesar las actuaciones humanas que impactan sobre ellos.
Siguiendo con el árbol protagonista del día, vamos a comentar ahora las Fotos 7 y 8, en las que observamos el regenerado de pinos carrascos muy ramoneados por el ganado, justo al lado de la carrasca, circunstancias ambas que no favorecen el desarrollo de la misma, además de que no se observa ni siquiera una sola nueva carrasca nacida de las miles de bellotas que produce la protagonista de esta entrada, una prueba más del intenso pastoreo del lugar. Por otro lado, tiene varias heridas en el tronco que no ha logrado cerrar, lo que constituye un foco por donde pueden entrar plagas que la debiliten, eventualidad que esperamos no se produzca en un futuro próximo.
En cuanto a geometría y estado biomecánico del árbol, éste ha hecho todo lo que ha podido para equilibrar la perdida de 2 grandes ramas principales hacia el Este y el Norte, y compensar la existencia de una gran rama en dirección Oeste (Foto 8), ante lo cual ha reaccionado la carrasca colocando madera de tensión en la base del tronco en dirección contraria, así como en menor medida a compresión. En cualquier caso, el tensor creado en el lado Este presenta una lesión de una vieja herida de hacha que no ha podido ser cerrada por el árbol. En definitiva, la rama citada necesitaría un seguimiento pormenorizado, pues puede colapsar y arruinar la centenaria encina.
Foto 5. Ramas con agujeros de pájaros carpinteros. |
Foto 6. Tocón del Olmo (Ulmus minor) del Tello, al fondo serbal homónimo. |
Hablando de árboles caídos, aquí vemos (Foto 6) lo que queda de lo que fue un gran olmo que al parecer pereció por el efecto sincopado del hongo de la grafiosis y la puntilla dada por el corral para el ganado instalado bajo su copa. Por este último motivo, existe cerca un serbal (Sorbus domestica) a punto de perecer también debido en gran parte al cambio de uso del terreno en el que se asienta, ya que ha quedado en el interior de un corral de ganado, lo que le está perjudicando sobremanera. En cualquier caso, es una auténtica pena que mueran árboles singulares incluidos en los catálogos regionales, cuando debería gracias a dicha circunstancia, mejorar su estado de conservación, o al menos cesar las actuaciones humanas que impactan sobre ellos.
Foto 7. Regenerado de pinos carrascos fuertemente impactados por el sobrepastoreo doméstico. |
Foto 8. Golpes de hacha en el tronco |
Siguiendo con el árbol protagonista del día, vamos a comentar ahora las Fotos 7 y 8, en las que observamos el regenerado de pinos carrascos muy ramoneados por el ganado, justo al lado de la carrasca, circunstancias ambas que no favorecen el desarrollo de la misma, además de que no se observa ni siquiera una sola nueva carrasca nacida de las miles de bellotas que produce la protagonista de esta entrada, una prueba más del intenso pastoreo del lugar. Por otro lado, tiene varias heridas en el tronco que no ha logrado cerrar, lo que constituye un foco por donde pueden entrar plagas que la debiliten, eventualidad que esperamos no se produzca en un futuro próximo.
Foto 9. Vista sur de la carrasca, obsérvese el desequilibrio geométrico estructural, generado por la existencia del gran brazo principal en posición casi horizontal. |
En cuanto a geometría y estado biomecánico del árbol, éste ha hecho todo lo que ha podido para equilibrar la perdida de 2 grandes ramas principales hacia el Este y el Norte, y compensar la existencia de una gran rama en dirección Oeste (Foto 8), ante lo cual ha reaccionado la carrasca colocando madera de tensión en la base del tronco en dirección contraria, así como en menor medida a compresión. En cualquier caso, el tensor creado en el lado Este presenta una lesión de una vieja herida de hacha que no ha podido ser cerrada por el árbol. En definitiva, la rama citada necesitaría un seguimiento pormenorizado, pues puede colapsar y arruinar la centenaria encina.
FICHA
BÁSICA
Especie
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Quercus ilex subs. ballota
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Nombre común
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Carrasca, encina
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Nombre propio
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Carrasca de Tello
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Término municipal
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Vélez Blanco
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Provincia
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Almería
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Altitud
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1.025 msnm
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Perímetro
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6,45 m
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Altura
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14,50 m
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Edad aproximada
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350 años
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Estado de conservación
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Regular
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Amenazas
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Rayos, cambios de uso de suelo (apriscos).
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Estatus legal
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Plan de actuación definido
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