Al garrofero o algarrobo "Ceratonia siliqua" se le llama en el mundo anglosajón St John's Bread, ya que cuenta una antigua leyenda que Juan el Bautista se alimentó de sus frutos mientras estuvo viviendo en el desierto de Palestina. Esta afirmación se podría deber a que en la Biblia se relata cómo el bautista se nutría con langostas, locusts en inglés, lo que indujo a pensar que el alimento se lo proporcionaba el garrofero, muy abundante en tierras hebreas, y que es llamado Carob Tree o Locust. Aprovechando su nombre en esta semana de San Juan, en la que las leyendas y la magia, el triunfo de la luz y la vida frente a las tinieblas se celebra por todos los rincones de nuestro país, nosotros rendimos un homenaje a este conjunto monumental, los Garroferos de Casa Arcas, que llevan siglos brotando y rebrotando en su particular lucha contra el tiempo y la muerte.
Foto 1. Garrofero de Casa de Arcas, con ramas que son rebrotes tras podas de desmoche del pasado.
Por su propia biología el garrofero es un árbol con una gran capacidad para rebrotar, pues es capaz de hacerlo emitiendo ramas nuevas desde la propia corteza (Foto 2), en cualquier punto donde ésta siga viva, lo cual le permite resistir a fuertes impactos ambientales (incendios, podas severas, etc.).
Foto 2. Rebrote de tallos epicórmicos sobre tronco de algarrobo. |
Si unimos esta particularidad a su gran resistencia a la sequía y altas temperaturas, se puede afirmar que será un importante recurso para las futuras generaciones, pues se trata de un buen puntal para enfrentar las tres principales facetas de la crisis ecológico-social que está atenazando a la humanidad: extinción masiva de la biodiversidad, crisis de recursos y calentamiento climático.
El entorno de los garroferos de Arcas se ubica en la Sierra de Almenara, en una zona con surgencias naturales de agua que han servido para pequeños regadíos e incluso para mover con energía hidráulica ciertos ingenios como molinos harineros (Foto 3).
Foto 3. Molino hidráulico y garroferos centenarios a su alrededor en entorno de Casas de Arcas.
Estos árboles eran utilizados por su excelente cosecha de garrofas, extracción de leñas de poda y como sombra para el ganado. Las mencionadas podas eran practicadas de modo más o menos sostenible, sin acotar las ramas principales del árbol (terciado), hasta que perdieron su utilidad agropecuaria en los años 70 y poco después fueron brutalmente desmochados, so pretexto de "sanearlos", a la vez que se les extraía la mayor cantidad de leña posible, no quedando hoy día más que sus ciclópeos troncos (Foto 4).
Foto 4. Tronco con brazos principales desmochados,
puede observarse la silueta de los muñones que restan de ellos.
puede observarse la silueta de los muñones que restan de ellos.
En cualquier caso, el abandono de unos árboles manejados mediante podas durante siglos, ha provocado que la falta de dicho uso acabe por generar que las ramas rebrote producto de éste terminen creciendo demasiado, y al no haberse desarrollado de modo sincopado con el tronco y no estar por tanto bien ancladas, dichas ramas acaban por fracturarse (Fotos 5 y 6) cuando adquieren un tamaño demasiado grande.
Foto 5. Rotura por exceso de tamaño de ramas originadas por rebrote tras desmoche .
Foto 6. Ramas originadas por rebrote tras desmoche cuyo excesivo tamaño para el mal anclaje
al tronco sobre el que se sustentan acabará por provocar su rotura.
al tronco sobre el que se sustentan acabará por provocar su rotura.
Asimismo, el efecto de las podas generó un fuerte vaciado de madera del duramen del árbol por parte de los hongos (Foto 7), que ha terminado por dejar los troncos huecos (Foto 8) y con mayor riesgo de fractura de éstos o de las antiguas ramas (Foto 9) que pueden estar en las mismas condiciones.
Foto 7. Carpóforo ("frutificación") de hongo xilófago que denota la presencia de éstos en algarrobos de Arcas. |
Foto 8. Tronco hueco por efecto del vaciado del
duramen por los hongos favorecidos por las podas.
Foto 9. Rama principal desgajada del tronco como consecuencia
del ahuecamiento de éste por efecto de los hongos y podas.
Algunos garroferos de Arcas parecen estar todavía sometidos a podas "adecuadas", dando como resultado copas de escaso tamaño con respecto al tronco (Foto 10) que pueden sustentarse sin graves problemas de rotura.
Foto 10. Algarrobo con una copa adecuada para no tener
graves riesgos de rotura, toda vez que está constituida por rebrotes.
En determinadas ocasiones, los rebrotes de ramas basales del tronco pueden llegar a establecer con el tiempo una nueva copa (Foto 11), abandonándose la estructura del antiguo tronco fuertemente podado.
Foto 11. Rebrote basal conformando nueva copa del árbol.
El algarrobo como hemos comentado, es una especie con un crecimiento muy dinámico que para mantener su estructura genera con facilidad, tanto madera de apoyo que actúa a comprensión (fotos 12 y 13), como madera de tensión que funciona como un tensor (fotos 13 y 14).
Foto 12. Garrofero con abundante madera en
la base del tronco actuando a compresión.
Foto 13. Garrofero con madera actuando a compresión
apoyada sobre grandes piedras.
Foto 14. Cordones de madera de tensión sobre la base del tronco en Garrofero de Arcas I. |
Foto 15. Antiguos cordones basales de madera
que debieron sustentar una copa mucho mayor.
Algunos de los viejos garroferos de Arcas son todavía utilizados, tanto por su garrofa como por su excelente sombra (Foto 16) en un territorio falto de ella.
Foto 16. Excelente algarrobo de Arcas refaldado por la ganadería, un uso perfectamente compatible.
FICHA
BÁSICA
Especie
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Ceratonia siliqua
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Nombre común
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Garrofero, algarrobo
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Nombre propio
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Garroferos de Casa Arcas
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Término municipal
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Lorca
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Provincia
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Murcia
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Altitud
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340-360 m
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Perímetro
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De 5 a 8 m
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Altura
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De 6 a 16 m
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Superficie de Copa
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De 48 a 125 m2
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Edad aproximada
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Más de dos siglos
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Estado de conservación
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Regular
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Amenazas
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Si
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Estatus legal (Autonómico)
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Plan de actuación definido
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