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domingo, 23 de diciembre de 2018

Pinos de las Cañaicas, Vélez Blanco

En el siglo XXI el paisaje de los alrededores de Vélez Blanco, como el de buena parte del sureste español, está dominado por los pinos carrascos (Pinus halepensis), algunos de los cuales son impresionantes, tanto por sus medidas como por el modo en que han conseguido sobrevivir y adaptarse al terreno.

Foto 1. Pino carrasco I. Las Cañaicas, Vélez Blanco, al fondo el emblemático Mahimón, del que podéis ver una estupenda reseña para una jornada de campo en la web Montañas del Sur de nuestro amigo Jose A. Pastor.

Como ya comentábamos en la entrada de hace unos meses en la que hablamos de la Carrasca del Tello, este paisaje ha cambiado mucho respecto del que divisaban los primeros moradores de esta comarca, allá por el Paleolítico, algunos de los cuales habitaban en la cercana Cueva de Ambrosio hace más de 16.500 años.



Foto 2 Monumento natural Cueva de Ambrosio.

Las formaciones de pinos carrascos, mucho menos habituales en esta zona en aquel momento en pleno período glacial, conviven hoy con enebros y sabinas, así como con los cultivos de secano de los actuales moradores de la comarca de Los Vélez, según observamos en las fotos 4 y 7.

Foto 3. Pino II, dominando el paisaje en mosaico de monte y cultivos de secano.

En concreto, los dos monumentales pinos que visitamos hoy están situados junto a una casa de labor, la de Las Cañaicas, y todo indica a que han servido para proporcionar sombra a hombres, animales y enseres varios en los momentos de descanso.



Foto 4. Pinos carrascos singulares de Las Cañaicas, Vélez Blanco. Derecha de imagen el de mayor perímetro de tronco (I), izquierda  el de cuerda menor (II).

 De hecho, aún guardan en su tronco las argollas que servían para sujetar a las caballerías, y que en parte, ha engullido el tronco del viejo árbol.

Foto 6. Argolla de hierro para atar las caballerías.
Como podemos suponer, las heridas que se le causan a un árbol en su tronco debilitan al mismo, ya que son un foco de infecciones por donde penetran los patógenos, como vemos en la Foto 6, pero es normal en los árboles situados en entornos rurales este tipo de usos y, por otra parte, quizá ese servicio que proporcionaban ha permitido que no fueran talados en su momento, ya que resultaban de utilidad, y por ello han llegado de este modo hasta nuestros días. En cualquier caso, desde el conocimiento actual, no deberíamos realizar heridas de modo gratuito en ningún árbol, pues son una merma para su salud.


Foto 7. Pinos singulares de las Cañaicas en primer plano, en segundo la Muela de sierra del Gigante.
Este primer pino (Foto 1), denominado por nosotros Pino I, detenta un perímetro de 4,92 m, medido en el cuello del tronco (a 0,85 m del suelo), con catorce metros de altura, por lo demás, tiene podadas bastantes ramas basales. Está situado en una pendiente, por lo que ha desarrollado una gran raíz que le proporciona una adecuada sustentación, actuando a tensión y, además, ha ido conformando sus ramas de tal forma que ha conseguido equilibrarse geométricamente y seguir en pie, a pesar de las adversidades del terreno en el que crece. Se puede observar, por ejemplo, como para buscar el equilibrio geométrico y biomecánico ha colocado una gran cantidad de madera a compresión para sustentar sus ramas (Foto 8).



Foto 8. Pino I, obsérvese la madera de reacción a compresión para sustentar la pesada rama,
 madera colocada en la zona más próxima al suelo de la inserción del brazo en el tronco.


En una de las ramas cortadas del segundo pino hemos podido contar los anillos, con lo que podemos afirmar que ambos tienen en torno a 150 años. La propia copa de los pinos nos muestra un crecimiento un tanto tortuoso en algunos tramos que denota la existencia de años de sequía en los que el desarrollo vegetativo no era muy vigoroso (Foto 9).


Foto 9. Brazo del tronco principal, nótese su crecimiento tortuoso y el escaso vigor vegetativo
 en las zonas verdes con masa foliar, circunstancia que, hasta cierto punto indica el estado ya senectivo del pino.


FICHA BÁSICA

Especie
Pinus halepensis
Nombre común
Pino carrasco
Nombre propio
Pinos de las Cañaicas.
Término municipal
Vélez Blanco
Provincia
Almería
Altitud
985 msnm
Perímetros
4,92 m  (a 0,85) y 3,65 m (a 1,30)
 Altura
14 m
Edad aproximada
150 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Movimientos de tierras en su entorno radicular, podas inadecuadas
Estatus legal
-
Plan de actuación definido
-

lunes, 6 de agosto de 2018

Noguera del Molino I, Nerpio, Albacete

Estimados amigos, hoy seguimos por la cuenca del Segura, en concreto a orillas del río Taibilla, donde en este caso nos volvemos a centrar en el municipio de Nerpio y sus famosos nogales que producen unas nueces de excelente calidad, para las cuales ya hay evidencia científica de que reducen los niveles de colesterol y trigliceridos. Pues bien, en el casco urbano de dicha localidad, se ubica a unos metros aguas abajo del puente sobre el río Taibilla la Noguera del Molino I, muy cercana a un bonito edificio que hacía las veces de tal, permitiendo la molienda del cereal que era cultivado en el entorno de la villa. Hoy día el Molino ha dejado de moler, pero se ha convertido en un acogedor restaurante donde se pueden degustar los platos típicos de la Sierra del Segura.


Foto 1. Noguera del Molino I en el centro de la imagen, detrás junto a dicho edificio la Noguera del Molino II, año 1995.

Más de 23 años separan estas dos fotografías, en la Foto 1 aún vemos los restos del antiguo molino, mientras que la 2 nos muestra el estado actual de la zona.


Foto 2. Noguera del Molino I, junto al puente de madera, detrás la homónima II, año 2018, en primer plano otro nogal joven que ha crecido de modo reciente.

Como vemos en ambas, el árbol sigue produciendo una excelente sombra y junto a él discurre a modo de corriente natural, aunque es el sobrante de una acequia, un bonito curso de agua que se precipita en pequeñas cascadas hacía el río.

Foto 3. Cascadas producidas por el sobrante de una acequia

Por lo demás, en el entorno inmediato de la noguera han ubicado de modo reciente varios aparatos que constituyen todo un parque infantil, alguno de ellos a menos de un par de metros del tronco, lo que sin duda no resulta nada beneficioso para su sistema radicular, como hemos comentado en otras ocasiones al observar cómo se instalan bajo las copas de los árboles bancos, fuentes, cartelería varia o, simplemente, se aparcan coches o se apilan aperos para gozar de su sombra dañando directa o indirectamente, al compactar el suelo, las raíces que son las que garantizan tanto el alimento como el soporte al árbol, este efecto es más peligroso para la salud de éste cuanto más cerca está la perturbación del tronco, por supuesto los árboles que han crecido con un aprovechamiento agropecuario bajo su copa, no tienen por qué resentirse porque éste se siga realizando (dejar aperos, enseres, etc.), pero siempre es mejor compactar lo menos posible bajo la copa y, menos aún si se realizan hoyos o zanjas. 


Foto 4. Parque infantil cercano a la noguera, aunque la sombra es muy buena
para los niños, es peligroso colocar este tipo de infraestructuras bajo árboles de éstas 
dimensiones si no son revisados todos los años por un arborista experto.

Por lo demás, el entorno de la protagonista de hoy también ha sido remozado consolidando o instalando toda una serie de muros, escaleras y barandillas, que en nuestra opinión, no han beneficiado en mucho a la noguera, pues de hecho parece que ésta se ha inclinado en dirección al río, al haber perdido parte del sistema radicular que actuaba a compresión en la pendiente como consecuencia de la remoción del muro que discurre junto al tronco. 


Foto 5. Detalle del tronco de la Noguera del Molino, inclinado hacia el río

Hemos dejado lo mejor para el final, el pueblo de Nerpio nos da todo un ejemplo de civismo y buena voluntad que debería cundir en el sudeste, ya que vemos como toda una serie de personas han apradinado al árbol, lo que parece haber sufragado, entre otras cuestiones, la poda del mismo, cortándole ramas puntisecas, como las que hoy en día detenta de nuevo, posiblemente fruto de merma del sistema radicular comentada en los párrafos anteriores que ha generado una carencia de savia bruta que no permite alimentar las partes de la copa más alejada de las raíces.

Fotos 6 y 7. Detalle de los trabajos y padrinos del árbol.

Esperamos que las obras en el entorno del árbol sean las menos posibles a partir de ahora, pues si bien el nogal ha sido capaz de cerrar heridas de 50 cm de diámetro en su pasada juventud (Foto 8), es muy posible que la avanzada edad que ya empieza a tener no le permita responder tan bien a futuras agresiones, ni en su copa ni en el sistema radicular. Por cierto, muy cerca de esta, a unos pocos metros y también en el entorno del molino, hay otra noguera de similares dimensiones, que comentaremos en otra entrada como Noguera del Molino II.

Foto 8. Herida de 50 cm de diámetro, totalmente cerrada
Foto 9. Vista de la noguera, con el centenario Puente de Nerpio sobre el río Taibilla al fondo.

FICHA BÁSICA


Especie
Juglans regia.
Nombre común
Nogal, Noguera.
Nombre propio
Noguera del Molino.
Término municipal
Nerpio.
Provincia
Albacete.
Perímetro
3  m.
Altura
16 m.
Edad aproximada
150 años.
Estado de conservación
Regular, ramas apicales con zonas secas.
Amenazas
Movimientos de tierra (obras) en su zona radicular.

domingo, 15 de abril de 2018

Álamo de Albudeite

Viajamos hoy al interior de la Región de Murcia, al pueblo de Albudeite, en el que crece un vetusto álamo incluido en la Ley 14/2016, de 7 de noviembre, de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Región de Murcia.

Foto 1. Álamo de Albudeite

En la plaza de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Remedios, que empezó a construirse en el siglo XVI, al parecer sobre la cimentación de una antigua mezquita, podemos visitar este anciano álamo (Populus alba) de más de 3 m de perímetro, que es utilizado como árbol de sombra por los vecinos, debajo del cual descansan a la fresca y comparten sus historias.

Foto 2. Plaza de la Iglesia, con el álamo monumental a la derecha de la imagen.

Si alguno de los que lee esto conoce el pueblo de Albudeite, probablemente no podría adivinar que su árbol más significativo sea un álamo, ya que, como vemos en la Foto 3, y a pesar de estar ubicado junto al río Mula es una zona, en general, bastante árida. 



Foto 3. Vista de la población de Albudeite, a la vera del río Mula.

Nos centramos ya en el protagonista de nuestra entrada, lo primero que comentaremos es que es un ejemplar de sexo masculino. Sobre su nacimiento únicamente podemos aventurar que, posiblemente, es un vestigio de un reducto de la vegetación ribereña que debió acompañar en otros tiempos a este afluente del Segura junto al que crece,  y de la que hoy quedan algunos tarays, carrizos y no mucho más, convirtiéndose por tanto en el único álamo que ha sobrevivido a los diversos cambios de uso y de los subsolados de la plaza en la que habita, ayudado en parte por los albudeiteros que han intentado protegerlo haciendo el parterre que vemos alrededor y que, como podemos observar en la Foto 2, intentan mantenerlo vivo y asegurar su descendencia, ya que tiene un heredero a su lado que esperemos garantice que no se pierdan los genes que un día poblaron esta parte de la cuenca del Segura.

Foto 4. Copa del álamo. Abril de 2007
En cuanto a su estado general, podemos decir que ha sufrido con las distintas remodelaciones de la plaza, como suele suceder en todos los árboles urbanos, ya que tendemos a no pensar en las necesidades de las raíces (precisan oxígeno), o en que podemos romperlas al hacer alguna obra o cambio de uso del suelo a su alrededor, aparte del compactado que puede suponer el adoquinar o asfaltar (lo peor) alrededor de un árbol que no se ha desarrollado con dichas circunstancias, ya que ello merma la capacidad de aireación del suelo con el consiguiente mal para el sistema radicular que no puede realizar bien la extracción de nutrientes.

Foto 5.  Álamo blanco, abril de 2007.


Estas obras en los alrededores de un árbol, aunque al principio parecen no afectarlo, provocan muchas veces el decaimiento del mismo y que por ese motivo pueda ser atacado por patógenos. En la Foto 6 observamos hongos tipo Rigidoporus ulmarius, aunque el carpóforo está ya muy deteriorado, pero el micelio puede haber afectado negativamente en la mecánica del árbol, por lo que su riesgo de rotura aumenta, habría que hacer un estudio detallado para saber cual es el verdadero estado biomecánico y, por tanto, actuar en consecuencia.




Foto 6.  Restos de carpóforo de un hongo que parece ser 
Rigidoporus ulmarius.

Por lo demás, el árbol también ha sufrido en el pasado por haber actuado como apoyo de cables de acero para colocar pancartas, luces u otras artes similares. Si bien hoy día soporta un cable, éste está embutido en un tubo plástico (Foto 7) para evitar rozaduras sobre el tronco.


Foto 7.  Cable de acero, afortunadamente embutido en plástico para 
no provocar rozaduras al álamo.

En cuanto a su edad, y en base a los anillos que hemos podido contar en un brazo principal que fue cortado, calculamos que puede tener unos 80 años.


Foto 8. Brazo principal cortado, donde se pueden observar los anillos de crecimiento.

A pesar del mal estado del protagonista de esta entrada, esperemos que el joven álamo que crece a su lado todavía tarde mucho en tomar el relevo, si bien éste es bifurcado (Foto 9) y existe ya una codominancia que podrá generar en un futuro un colapso de una de las dos ramas principales. Pese a todo, esperamos que los habitantes de Albudeite puedan disfrutar de ambos álamos todavía bastantes años.



                                   
Fotos 9 y10. Nuevo álamo que parece ser el sucesor del actual monumental.
Si bien la bifurcación del eje principal complicará su existencia.

Foto 11. Vista del álamo desde el oeste en 2018. 

FICHA BÁSICA


Especie
Populus alba
Nombre común
Álamo, álamo blanco
Nombre propio
Álamo de Albudeite
Término municipal
Albudeite
Provincia
Murcia
Perímetro
3,60  m
Altura
10,50 m
Edad aproximada
80 años
Estado de conservación
Malo
Amenazas
Obras en el entorno, cables sobre el hábito.
Estatus legal
Ley 14/2016, de 7 de noviembre, de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Región de Murcia
Plan de actuación definido
--

domingo, 18 de marzo de 2018

IN MEMORIAM

Hoy no es un árbol el que ha muerto y al que vamos a recordar. Recordamos al que podemos considerar fundador de este blog, ahora entenderéis por qué. Yo no he tenido la suerte de conocerlo realmente, lo conozco sólo de oídas. ¿Se puede conocer a alguien sólo de oídas? 

José Carrillo Avellaneda ha muerto esta semana, el 14 de marzo de 2018 nos dejó para siempre, aniversario del gran naturalista Félix Rodríguez de la Fuente al que Carrillo tanto admiraba.

He oído hablar tanto de él que voy a responder a mi pregunta, sí, se puede conocer a alguien sólo de oídas. José Carrillo, Pepe para los amigos, el padre de Félix (la otra mitad del blog), el que le transmitió su amor por las montañas y los árboles, profesor de agronomía que recorrió tierras almeriense y murcianas enseñando a todo aquel que quiso aprender a montar invernaderos, viveros y podar frutales...El hombre bueno (con carácter) que quiso a su mujer y a sus hijos; orgulloso de ellos lo mismo los disfrazaba para el carnaval que les enseñaba con buen tino a hacer raíces cuadradas, cazador hasta el final, y hasta el final también, saboreador de la vida.

Comparto con Pepe el capítulo de un libro, primero para mí y último para él, "El melocotón en la historia de Cieza"; buen ciezano, amante de su tierra y amado por ella, ha muerto unos días antes de que llegue la primavera, sin embargo, su pueblo hoy lo ha despedido con esa bella floración de los frutales que han sido trabajo y vida para él.


Que se paren los relojes, que se que corte el teléfono,
que el perro a un hueso jugoso ya no le ladre,
que se callen los pianos y con redobles en sordina
venga el ataúd y entren los dolientes.

Que los aeroplanos que gimiendo dan vueltas en lo alto
escriban en el cielo el mensaje: "Él ha muerto",
que pongan pajaritas de papel en los cuellos blancos de las palomas,
que los policías se pongan guantes negros.

Era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste,
toda mi semana y mi día de descanso,
mi mediodía, mi medianoche, mi plática, mi canción.
Pensé, y estaba equivocado, que nuestro amor duraría siempre.

Ya no quiero las estrellas. Que las apaguen,
que empaquen la luna y desmantelen el sol.
Que sequen el océano y barran los bosques
porque ya nada de lo que venga habrá de ser bueno.  W.H. Auden


Yo creo que habrá muchas cosas buenas de aquí en adelante, aunque la pena de estos momentos quizá nuble el futuro. Seguro que las habrá. Después de criar a sus tres hijos ha tenido la suerte de conocer dos nietos, ramas de un árbol que seguirán creciendo y fructificando y que conservarán el legado de este hombre que enseñó a su hijo los primeros nombres científicos de las plantas y que, pretendiéndolo o no, ha conseguido dejar en herencia a los que le conocían de verdad y a algunos de los que le conocíamos sólo de oídas esa curiosidad y amor por la naturaleza.

¡Hasta la victoria, siempre!

domingo, 28 de enero de 2018

Carrasca del Tello, Vélez Blanco

Hace 20 años se declararon Patrimonio de la Humanidad los grabados y pinturas rupestres del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, algunas de las cuales, como las presentes en Cueva Ambrosio, se encuentran muy cerca de la impresionante carrasca (Quercus ilex subsp. ballota) que visitaremos hoy en Los Vélez, Almería.

Foto 1. Hábito de la Carrasca del Tello.

Según las dataciones de la cueva mencionada, estas tierras ya estaban habitadas hace más de 16.500 años, y en aquel momento aparecen en el lugar extensas formaciones de enebros y sabinas (Juniperus spp.),  con pinos blancos (Pinus nigra), que también dominaban gran parte del paisaje del sureste ibérico en altitudes similares a las de la Carrasca del Tello, por lo que los moradores de los abrigos rupestres cercanos a nuestro árbol, incluyendo los que vivían a algo más de 500 metros en el importante yacimiento arqueológico de Cueva Ambrosio, verían un paisaje diferente del que encontramos hoy, totalmente dominado por pinos carrascos (P. halepensis), pero donde continúa existiendo una gran representación de sabina y enebro


Foto 2. Carrasca del Tello y su entorno.

De hecho, amén de las especies citadas y en mucha menor proporción, para la fecha comentada (16.500 años antes del presente), se puede observar la presencia en el yacimiento citado de polen  de carrascas, quejigos, boj, avellanos, acebo e incluso tilos (Tilia), especie esta última hoy extinguida en el lugar y en toda la cuenca del Segura, cuyos ejemplares más cercanos se encuentran actualmente en la Serranía de Cuenca. 
También la fauna presente en el momento Paleolítico comentado estaba compuesta por especies semejantes a las actuales, aunque con presencia de caballos salvajes y lobos, hoy en día extinguidos del lugar por la acción humana. Para más información paleoecológica consultar López García (1988) y Rodríguez Ariza (2006).


Foto 3. Caballos salvajes en Polonia.

Solitaria en medio de campos de cultivos de secano y terreno forestal del que se han hecho dueños los pinos carrascos, esta encina casi pasa desapercibida, hasta que al acercarnos se hacen patentes sus ciclópeas dimensiones, ya que con un perímetro de 6,45 metros y una altura de 14,50 es probablemente una de las más ancianas de la cuenca del Segura y la que mayor perímetro detenta, según los datos disponibles.

Foto 4. Detalle del tronco, obsérvese la oquedad  por la pretérita
pérdida de un gran brazo principal.

Este impresionante tronco que vemos en la Foto 4, como la mayoría de los troncos de los árboles ancianos, se ha convertido en la vivienda de una gran variedad de fauna, concretamente en éste creemos que habita algún lirón careto, ya que hemos encontrado rastros que parecen suyos. También los pájaros carpinteros han estado trabajando en sus ramas, como atestiguan los agujeros que han dejado en algunas de ellas, previamente secas por la bajada de un rayo a través de éstas.


Foto 5. Ramas con agujeros de pájaros carpinteros.

Otras aves o pequeños mamíferos y, por supuesto, gran variedad de insectos completan la fauna asociada a esta carrasca que, como otras veces hemos comentado, no es solamente un individuo sino todo un ecosistema, circunstancia que deberíamos tener en cuenta cada vez que nos acercamos a uno de estos árboles para hacerlo con el respeto que se merece, y para concienciarnos de lo que se pierde cuando uno de ellos, a veces por malas prácticas humanas, otras quizá sólo por desidia, cae.


Foto 6. Tocón del Olmo (Ulmus minor) del Tello, al fondo serbal homónimo. 

Hablando de árboles caídos, aquí vemos (Foto 6) lo que queda de lo que fue un gran olmo que al parecer pereció por el efecto sincopado del hongo de la grafiosis y la puntilla dada por el corral para el ganado instalado bajo su copa. Por este último motivo, existe cerca un serbal (Sorbus domestica) a punto de perecer también debido en gran parte al cambio de uso del terreno en el que se asienta, ya que ha quedado en el interior de un corral de ganado, lo que le está perjudicando sobremanera. En cualquier caso, es una auténtica pena que mueran árboles singulares incluidos en los catálogos regionales, cuando debería gracias a dicha circunstancia, mejorar su estado de conservación, o al menos cesar las actuaciones humanas que impactan sobre ellos.


Foto 7. Regenerado de pinos carrascos fuertemente
impactados por el sobrepastoreo doméstico.

Foto 8. Golpes de hacha en el tronco

Siguiendo con el árbol protagonista del día, vamos a comentar ahora las Fotos 7 y 8, en las que observamos el regenerado de pinos carrascos muy ramoneados por el ganado, justo al lado de la carrasca, circunstancias ambas que no favorecen el desarrollo de la misma, además de que no se observa ni siquiera una sola nueva carrasca nacida de las miles de bellotas que produce la protagonista de esta entrada, una prueba más del intenso pastoreo del lugar. Por otro lado, tiene varias heridas en el tronco que no ha logrado cerrar, lo que constituye un foco por donde pueden entrar plagas que la debiliten, eventualidad que esperamos no se produzca en un futuro próximo.


Foto 9.  Vista sur de la carrasca, obsérvese el desequilibrio geométrico  estructural, generado por la existencia del gran brazo principal en posición casi horizontal.

En cuanto a geometría y estado biomecánico del árbol, éste ha hecho todo lo que ha podido para equilibrar la perdida de 2 grandes ramas principales hacia el Este y el Norte,  y compensar la existencia de una gran rama en dirección Oeste (Foto 8), ante lo cual ha reaccionado la carrasca colocando madera de tensión en la base del tronco en dirección contraria, así como en menor medida a compresión. En cualquier caso, el tensor creado en el lado Este presenta una lesión de una vieja herida de hacha que no ha podido ser cerrada por el árbol. En definitiva, la rama citada necesitaría un seguimiento pormenorizado, pues puede colapsar y arruinar la centenaria encina. 


FICHA BÁSICA


Especie
Quercus ilex subs. ballota
Nombre común
Carrasca, encina
Nombre propio
Carrasca de Tello
Término municipal
Vélez Blanco
Provincia
Almería
Altitud
1.025 msnm
Perímetro
6,45 m
Altura
14,50 m
Edad aproximada
350 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Rayos, cambios de uso de suelo (apriscos).
Estatus legal
-
Plan de actuación definido
-

domingo, 7 de enero de 2018

Palmeral de El Rellano, Molina de Segura

"Ya vienen los Reyes Magos
ya vienen los Reyes Magos
caminito de ...."


Foto 1. Vista general del Palmeral de El Rellano de Molina.

... El Rellano, en Molina de Segura, que nos regala una estampa en la que podríamos situar a esos Magos de Oriente que tanto nos hicieron y, ¿por qué no?, todavía nos hacen soñar y volver por algunos días al año a nuestra niñez.


Foto 2. Palmeras, carrizos y restos de antiguos olivos cultivados en la zona.

Situada en una hondonada del terreno con cierto rezume de agua, entre margas y yesos, con presencia de carrizos, lentiscos, esparto y alguna olivera, entre otras especies típicamente mediterráneas que la acompañan, esta formación de palmeras, Phoenix dactylifera, merece un espacio en nuestra retina y, por supuesto en nuestro blog, al situarse cual oasis en la parte central de la Región de Murcia, precisamente unas de las partes más áridas de la misma.

Foto 3. Palmeras de distintas edades que muestran la excelente dinámica de regenerado del palmeral del Rellano de Molina.

Las palmeras han estado presentes en Iberia desde la Antigüedad, como se atestigua por haberse encontrado en el yacimiento de Cueva de los Tiestos (Jumilla) huesos de dátiles de época argárica (3.800 años de antigüedad) y han sido cultivadas tanto por sus frutos como para otros usos, en concreto en las que hoy observamos se ha dado un aprovechamiento muy común en el sudeste ibérico, como es el encapuchado para la obtención de palma blanca que, aunque bien regulado no produciría un impacto inasumible por un gran palmeral, no sería el caso del que estamos tratando por su reducida extensión. En cualquier caso, si esta práctica es excesiva, puede poner en peligro la supervivencia de los ejemplares sometidos a ella, los cuales quedan siempre marcados por un adelgazamiento del estípite ("tronco") en la zona donde se les practicó el encapuchado (Foto 4), que reduce su capacidad de resistencia mecánica a la rotura.


Foto 4. Palmeras sometidas a reiterados incendios y un régimen
 insostenible de encapuchados para extracción  de palma blanca.

Por otro lado, este palmeral denota la presencia del pito real (fotos 5 y 6), también llamado "carpintero" en nuestra tierra, el cual parece alimentarse en el lugar, entre otras cosas, del dañino picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), circunstancia que pudimos observar en el palmeral, y que bien puede estar beneficiándolo en grado sumo, liberando  a muchas palmeras de una muerte casi segura.


Foto 5. Pito real (Picus viridis), pájaro carpintero que hemos detectado alimentándose de picudo rojo en el palmeral.


Foto 6. Agujero de pito real sobre estípite ("tronco") de palmera datilera

Otras posibles amenazas serían los incendios, que vemos han afectado a algunos pies, así como algunos movimientos de tierra que puedan afectar al sistema radicular actual, incluyendo nuevas labores de los antiguos cultivos (abandonados ya más de una década), si éstas que se realizan removiendo el suelo a gran profundidad.

Foto 7. Palmera más antigua del palmeral, con entorno a 90 años de edad.

Y ya para despedirnos hoy, solamente una petición a los Magos y a este año recién empezado, y es que seamos cada vez más conscientes de lo que nos jugamos si no tomamos nota de nuestros errores e intentamos corregirlos lo antes posible para que, en vez de amenazas e impactos para nuestros árboles y para la biodiversidad en general, podemos ir contando más logros y buenas noticias en este 2018. 

¡FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!