Páginas

domingo, 9 de octubre de 2016

Pinagral de la Muela, Moratalla

Superviviente del devastador incendio que arrasó las sierras de La Muela y el Cerezo, y que acabó con 27.000 hectáreas quemadas en varios espacios naturales que recorrían los municipios de Moratalla, Calasparra, Caravaca, Cieza y Jumilla, vamos a conocer hoy el Pinagral de la Muela "Pinus pinaster":

Foto 1. Pinagral de la Muela. Año 2005

Este majestuoso ejemplar, al que se accede desde Benizar, subiendo por la carretera que se dirige al Sabinar hasta la meseta llamada Altos del Quintero y desde allí por un camino a la izquierda ascendiendo por la ladera, es un resto del pinar de pinos negrales (Pinus pinaster) que dominaba la umbría de la Sierra de la Muela y que fue arrasado en el mencionado incendio del año 1994, cuyas llamas llegaron a unas decenas de metros de su tronco.

Foto 2. Cytisus reverchonii junto a Pinus pinaster, paisaje parecido al que
podíamos ver en la Sierra de la Muela, en este caso es en Molinicos, Albacete.

Vive sobre suelos calizos y a su alrededor hay gran cantidad de iniesta "Cytisus reverchonii", así como otras plantas primocolonizadoras de cultivos abandonados, ya que este árbol tuvo un uso agropecuario en otros tiempos. Sin embargo, estos usos fueron parcialmente abandonados y en las fotos 3 y 4 vemos detalles del tronco y las raíces superficiales en los años 1994 y 2005 respectivamente, en las que se observa como éstas se han desarrollado sin erosión, ni lesiones por pisoteo, pues la corteza que las recubre no está desgastada, lo cual indica buen estado.

Foto 3. Detalle de tronco y raíces allá por el año 1994
Foto 4. Detalle del tronco y raíces, año 2005.

En estos momentos, tal vez gracias a la crisis, y como ocurre en otros lugares, parece que se está recuperando el uso ganadero de la zona, y se ha reinstalado un corral de ganado en las inmediaciones del pinagral, hecho que puede perjudicar al árbol, ya que han pasado probablemente más de 25 años sin que estos usos se realizasen con elevada intensidad, por lo que durante este tiempo el árbol había desarrollado sus raíces más superficialmente, al no tener un pisoteo tan intenso como tuvo hasta hace más de un cuarto de siglo. Sus dueños, en cualquier caso, muestran una gran preocupación por el árbol y éste fue tratado en 2008 por la Dirección General de Medio Ambiente, pues algunas ramas quebradas por la nieve amenazaban con desgarrarse.


Foto 5. Estado del pino en 2013, obsérvese el pisoteo
en su base  y el estado de decaimiento del árbol.

Como hemos comentado ya, este pino, el de mayor perímetro de su especie, que sepamos, de la Región de Murcia, se salvó del incendio que empezó el 4 de julio de 1994 y que fue extinguido seis días después gracias a que en él trabajaron más de 1000 personas, muchas de ellas voluntarios que acudieron desde los pueblos cercanos y que en muchos momentos se tuvieron que organizar por su cuenta y riesgo, debido a que la magnitud que alcanzó el mismo desbordó a las autoridades y medios oficiales en aquella época más escasos que hoy día.

Foto 6. Incendio de 1994, obsérvese la vegetación rebrotando y
la madera cortada apilada a derecha de la imagen.

Las causas del desastre no se saben con seguridad, la gran sequía que asolaba la zona desde hacía varios años, las altas temperaturas, el viento intenso y el difícil acceso contribuyeron a que se expandiera rápidamente lo que, al parecer, empezó con una chispa en un tendido eléctrico, pues además, el fuego no fue detectado hasta que tuvo unas dimensiones ostentosas. Lo cierto es que una gran parte de la masa forestal quedó calcinada, desapareciendo una enorme cantidad de biodiversidad, de hecho, según datos de Medio Ambiente, se perdió más de un 10% del territorio de nidificación de aves rapaces de toda la Región de Murcia, demostrándose, como muchas veces comentamos aquí, que, cuando se pierde un árbol no se pierde un individuo, sino toda la biota asociada.

Foto 7. Sierra de la Muela y su cumbre completamente calcinadas, 1994.

El fuego recorrió unos 90 km, alcanzando la Reserva Natural de Cañaverosa, que vemos arrasada en la foto 8 y que, sin embargo, como el resto de vegetación situada en barrancos, arroyos y ramblas se ha regenerado muy bien constituyendo un refugio muy valioso para la fauna en estos momentos. [GARCÍA MELLADO, A (2011).18 años después del gran incendio de Moratalla. Recuperación de las comunidades ornitológicas. Revista Enclave Ambiental, 29. Recuperado el 09/10/2016, de http://www.murciaenclaveambiental.es/cuarto-trimestre-2011.html?idRe=159&iw4re=33.]

Foto 8. Bosques de ribera  arrasados en Cañaverosa, 1994.

Y para terminar esta entrada en la que hemos hecho un pequeño recorrido a través de la historia reciente del Pinagral de la Muela, nos paramos un momento a contemplar con pena que, lo que por suerte no destruyó el gran incendio del 94, puede acabar arrasado por los nuevos usos ganaderos que se han vuelto a implantar junto a él y que podrían acabar matándolo cuando quizá un simple cercado podría conseguir que no hubiera tanto pisoteo en sus raíces y las cabras u ovejas, necesarias en cuanto actividad económica beneficiosa para la zona, sestearían tranquilamente bajo otros árboles jóvenes de su entorno a los que no afectaría tanto.


FICHA BÁSICA


Especie
Pinus pinaster
Nombre común
Pinagral
Nombre propio
Pinagral de La Muela
Término municipal
Moratalla
Provincia
Murcia
Altitud
1315 msnm
Perímetro
3,30 m
Altura
15 m
Edad aproximada
125 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas o impactos
Compactación bajo su copa
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--

No hay comentarios:

Publicar un comentario