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lunes, 24 de octubre de 2016

Higuera de La Mulata, Calasparra

Para los no expertos en el tema de los árboles, a veces habrá dificultades para identificar algunas especies, sobre todo si son del mismo género, nos podemos preguntar si esto es un álamo (Populus alba) o un chopo (P. nigra), o quizá si es un pino negral (Pinus pinaster) o un carrasco (P. halepensis). Sin embargo, el representante del género Ficus que vemos hoy es un árbol tan conocido en el ambiente mediterráneo que nadie tiene dudas de lo que está contemplando cuando se encuentra una higuera (Ficus carica).

La que conoceremos en esta entrada es un viejo ejemplar que se sitúa a unos 40 m del cauce del río Segura, muy cerca de la Presa de la Mulata, en el Cañón de Almadenes, uno de los bellos parajes que nos regala este río que nos sirve de excusa en nuestro blog para conocer los singulares árboles que encontramos desde su nacimiento hasta su desembocadura.

Foto 1. Vista de la Presa de la Mulata
Las higueras son probablemente el primer árbol cultivado en nuestro país por sus ricos frutos, se tiene noticia de ella desde el Pleistoceno, y este anciano ejemplar, con un perímetro de tronco de casi 3 metros es posible que  haya contemplado más de un siglo de la historia de este rincón privilegiado entre Calasparra y Cieza, dos de los pueblos de la Región de Murcia más ligados a los devenires del Segura.

Foto 2. Bajo la gran copa de la Higuera de la Mulata

Sita, como hemos dicho, en el Cañón de Almadenes, lugar en el que se tiene constancia de presencia humana desde el Paleolítico, y en el que se destaca la presencia de la  Cueva-Sima de la Serreta, que cuenta en su interior, además de con las pinturas rupestres que también se hallan en otros enclaves de la zona, con un yacimiento romano, es un espacio protegido desde el año 1992, estando dentro de la Red Natura 2000, con lo que, además de la higuera, si nos damos un paseo por el desfiladero -no apto para quienes padezcan vértigo, ya que en algunos momentos nos permite contemplar el río a más de 100 m de altura- disfrutaremos de la diversidad de su flora y fauna, amén del paisaje kárstico, cuevas, simas y diversas fuentes, siendo una de la más características aquella sita a la salida del cañón que los ciezanos llaman Gorgotón, por el gorgoteo del agua en su interior, como vemos en el vídeo a continuación, en el que los barbos juguetean en este fabuloso jacuzzi que nos regala la naturaleza: 



Y para terminar la descripción del bello entorno en el que vive nuestra higuera, os dejamos aquélla que Al-Zuhri (mejor escritor que nosotros) hizo de él en el siglo XXII:
"Dicho lugar es una de las maravillas del mundo. Creó Dios aquel estrechamiento o garganta partiendo en dos una montaña de mármol rojo, sus dos bordes de derecha e izquierda se elevan cada uno de ellos a una altura de cincuenta brazas y de longitud cuatro parasangas… No penetra el sol sino cuando está por el signo de Géminis (cuando el día es más largo). A través de dicha garganta pasan los troncos de madera traídos de fuera, los cuales descienden por este río hacia la ciudad de Mursiya (Murcia) y su comarca"
Dejamos por ahora el cañón y nos centramos en el árbol que nos ha permitido explorar esta parte del río Segura:

Foto 3. Higuera de la Mulata, a su lado recolección de caña, 1 de marzo de 2016.
Ligada desde siempre a la actividad humana, gracias a sus dulces frutos principalmente, en la Foto 3 contemplamos otra de las actividades que se practican junto a ella, como es el aprovechamiento de las cañas que crecen en su entorno. Además, en la ribera del río que discurre a su lado se han realizado plantaciones de árboles de ribera por parte del proyecto LIFE RIPSILVA. También se obtiene de esta higuera abundante sombra,  y aunque en el momento de la Foto 4 esté esperando la primavera para que broten sus hojas, podemos ver unas piedras en las que se sientan sus visitantes, hecho al que está acostumbrado este viejo árbol ya que sigue teniendo un significativo trasiego humano (decenas de bañistas fluviales), y que por tanto, no daña sus raíces, como sí ocurre con aquellos árboles poco visitados y que de pronto, empiezan a sentir la compactación de la tierra sobre las mismas porque a alguien se le ocurre colocar unos bancos, mesas, etc.

Foto 4. Piedras que a modo de taburetes acogen al visitante bajo su amplia copa
Y pasamos a describir un poco en detalle algunas características de su tronco y ramas, que se han ido adaptando según sus necesidades:

Así, las higueras tienen una gran plasticidad para rebrotar pese a sufrir fuertes traumas que le ocasionen la pérdida de parte del hábito, en el caso de la presente perdió una rama principal y ha sobrecrecido otra en la misma dirección (Foto 5).

Foto 5. Noreste del árbol, se observa como rama principal es nueva y
ha crecido sobre otra que murió en idéntica dirección. 

Por lo demás, para no alargarnos más, en cuestiones biomecánicas que pueden llegar a ser aburridas para las personas que no son especialistas, pasamos a contaros que las propias ramas de las higueras (determinadas variedades) son capaces de acodarse en el suelo (Foto 6), enraizando y generando un nuevo individuo, circunstancia que observada por nuestros antepasados provocó su cultivo en el entorno de Siria-Palestina hace unos 12.000 años.

Foto 6. Ramas de la Higuera de la Molata enraizándose en suelo para generar nuevos individuos.

Como se ha comentado con anterioridad, la plasticidad que tiene la higuera para rebrotar de tronco o un resto vivo de éste, ha podido hacer que el árbol sobreviva cual Ave Fénix, surgiendo una y otra vez de sus cenizas. Es posible que por ello algunas fuentes bibliográficas consultadas nos indiquen que su edad es de 300-600 años, pero nosotros por precaución estimamos que el actual tronco de árbol anda más cerca de los 100 años que de otra cosa.

FICHA BÁSICA


Especie
Ficus carica
Nombre común
Higuera
Nombre propio
Higuera de La Mulata
Término municipal
Calasparra
Provincia
Murcia
Altitud
260 msnm
Perímetro
2,92 m
Altura
9 m
Edad aproximada
125 años
Estado de conservación
Bueno
Amenazas
Podas, exceso de visitas, 
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--

domingo, 9 de octubre de 2016

Pinagral de la Muela, Moratalla

Superviviente del devastador incendio que arrasó las sierras de La Muela y el Cerezo, y que acabó con 27.000 hectáreas quemadas en varios espacios naturales que recorrían los municipios de Moratalla, Calasparra, Caravaca, Cieza y Jumilla, vamos a conocer hoy el Pinagral de la Muela "Pinus pinaster":

Foto 1. Pinagral de la Muela. Año 2005

Este majestuoso ejemplar, al que se accede desde Benizar, subiendo por la carretera que se dirige al Sabinar hasta la meseta llamada Altos del Quintero y desde allí por un camino a la izquierda ascendiendo por la ladera, es un resto del pinar de pinos negrales (Pinus pinaster) que dominaba la umbría de la Sierra de la Muela y que fue arrasado en el mencionado incendio del año 1994, cuyas llamas llegaron a unas decenas de metros de su tronco.

Foto 2. Cytisus reverchonii junto a Pinus pinaster, paisaje parecido al que
podíamos ver en la Sierra de la Muela, en este caso es en Molinicos, Albacete.

Vive sobre suelos calizos y a su alrededor hay gran cantidad de iniesta "Cytisus reverchonii", así como otras plantas primocolonizadoras de cultivos abandonados, ya que este árbol tuvo un uso agropecuario en otros tiempos. Sin embargo, estos usos fueron parcialmente abandonados y en las fotos 3 y 4 vemos detalles del tronco y las raíces superficiales en los años 1994 y 2005 respectivamente, en las que se observa como éstas se han desarrollado sin erosión, ni lesiones por pisoteo, pues la corteza que las recubre no está desgastada, lo cual indica buen estado.

Foto 3. Detalle de tronco y raíces allá por el año 1994
Foto 4. Detalle del tronco y raíces, año 2005.

En estos momentos, tal vez gracias a la crisis, y como ocurre en otros lugares, parece que se está recuperando el uso ganadero de la zona, y se ha reinstalado un corral de ganado en las inmediaciones del pinagral, hecho que puede perjudicar al árbol, ya que han pasado probablemente más de 25 años sin que estos usos se realizasen con elevada intensidad, por lo que durante este tiempo el árbol había desarrollado sus raíces más superficialmente, al no tener un pisoteo tan intenso como tuvo hasta hace más de un cuarto de siglo. Sus dueños, en cualquier caso, muestran una gran preocupación por el árbol y éste fue tratado en 2008 por la Dirección General de Medio Ambiente, pues algunas ramas quebradas por la nieve amenazaban con desgarrarse.


Foto 5. Estado del pino en 2013, obsérvese el pisoteo
en su base  y el estado de decaimiento del árbol.

Como hemos comentado ya, este pino, el de mayor perímetro de su especie, que sepamos, de la Región de Murcia, se salvó del incendio que empezó el 4 de julio de 1994 y que fue extinguido seis días después gracias a que en él trabajaron más de 1000 personas, muchas de ellas voluntarios que acudieron desde los pueblos cercanos y que en muchos momentos se tuvieron que organizar por su cuenta y riesgo, debido a que la magnitud que alcanzó el mismo desbordó a las autoridades y medios oficiales en aquella época más escasos que hoy día.

Foto 6. Incendio de 1994, obsérvese la vegetación rebrotando y
la madera cortada apilada a derecha de la imagen.

Las causas del desastre no se saben con seguridad, la gran sequía que asolaba la zona desde hacía varios años, las altas temperaturas, el viento intenso y el difícil acceso contribuyeron a que se expandiera rápidamente lo que, al parecer, empezó con una chispa en un tendido eléctrico, pues además, el fuego no fue detectado hasta que tuvo unas dimensiones ostentosas. Lo cierto es que una gran parte de la masa forestal quedó calcinada, desapareciendo una enorme cantidad de biodiversidad, de hecho, según datos de Medio Ambiente, se perdió más de un 10% del territorio de nidificación de aves rapaces de toda la Región de Murcia, demostrándose, como muchas veces comentamos aquí, que, cuando se pierde un árbol no se pierde un individuo, sino toda la biota asociada.

Foto 7. Sierra de la Muela y su cumbre completamente calcinadas, 1994.

El fuego recorrió unos 90 km, alcanzando la Reserva Natural de Cañaverosa, que vemos arrasada en la foto 8 y que, sin embargo, como el resto de vegetación situada en barrancos, arroyos y ramblas se ha regenerado muy bien constituyendo un refugio muy valioso para la fauna en estos momentos. [GARCÍA MELLADO, A (2011).18 años después del gran incendio de Moratalla. Recuperación de las comunidades ornitológicas. Revista Enclave Ambiental, 29. Recuperado el 09/10/2016, de http://www.murciaenclaveambiental.es/cuarto-trimestre-2011.html?idRe=159&iw4re=33.]

Foto 8. Bosques de ribera  arrasados en Cañaverosa, 1994.

Y para terminar esta entrada en la que hemos hecho un pequeño recorrido a través de la historia reciente del Pinagral de la Muela, nos paramos un momento a contemplar con pena que, lo que por suerte no destruyó el gran incendio del 94, puede acabar arrasado por los nuevos usos ganaderos que se han vuelto a implantar junto a él y que podrían acabar matándolo cuando quizá un simple cercado podría conseguir que no hubiera tanto pisoteo en sus raíces y las cabras u ovejas, necesarias en cuanto actividad económica beneficiosa para la zona, sestearían tranquilamente bajo otros árboles jóvenes de su entorno a los que no afectaría tanto.


FICHA BÁSICA


Especie
Pinus pinaster
Nombre común
Pinagral
Nombre propio
Pinagral de La Muela
Término municipal
Moratalla
Provincia
Murcia
Altitud
1315 msnm
Perímetro
3,30 m
Altura
15 m
Edad aproximada
125 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas o impactos
Compactación bajo su copa
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--