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martes, 13 de octubre de 2015

Álamos de Fuente Mellinas II

Hace unos meses visitamos los Álamos de Fuente Mellinas, una alameda de Populus alba con varios ejemplares monumentales, que superarían el siglo de edad. Esta semana, al pasar junto a ellos descubrimos con pesar que  uno de estos árboles ha perdido uno de sus brazos principales durante el verano.

Foto 1. Álamo de Fuente Mellinas con uno de sus brazos principales desgajado.
En enero lo veíamos así...


Foto 2. Panorámica general de los Álamos de Fuente Mellinas. Enero 2015.

Hemos pasado a inspeccionar más de cerca, para ver si podíamos averiguar qué había sucedido, descubriendo así que la rama estaba debilitada por una unión defectuosa con corteza incluida, por lo que parece que una racha de viento consiguió desgajarla del tronco principal.


Foto 3. Observando como queda la estructura geométrica del árbol tras la caída de la rama.

Ya en faena, observamos como gran parte de la madera estaba muerta, constituyendo duramen degradado por los hongos. Además, se puede comprobar perfectamente hasta donde llegaba la zona de corteza de rama incluida y por tanto sin unión entre brazo y tronco, ya que ésta presenta un color marrón oscuro sin presencia de líquenes (no  llegaba la luz). También podemos descubrir que en la oquedad existente en la unión entre la rama y el fuste habitaban murciélagos, por la presencia de sus defecaciones.

Foto 4. Brazo caído, obsérvese en lado derecho de la imagen otro desgarre por perdida de otro
brazo principal que no ha podido ser cerrado por el álamo. 

Foto 5. Zona con y sin líquenes sobre la rama caída,
lo segundo denota ausencia de luz y área sin adecuada unión rama-tronco.

Sin embargo, la vida sigue, aquí tenemos el ejemplo, en la rama caída han empezado a fructificar hongos afiloforales (Inonotus hispidus), que tienen una elevada incidencia mecánica y han "ayudado" a la rotura de la rama. Por otro lado, gracias a la degradación de la madera que esta seta produce, otros seres vivos podrán vivir de ella, incluso de su propia carne viven un gran número de larvas de insectos que, a su vez, alimentan a ciertas aves.

Foto 6. Fructificaciones nuevas de Inonotus hispidus, sobre rama caída.

No nos gusta tanto cuando el hongo está sobre madera viva, ya que puede ser peligroso, y hará que antes o después se produzca una rotura. Una acción adecuada habría sido eliminar estas setas cuando aparecen sobre la parte viva del árbol, aunque sólo sea porque son auténticos evaporadores de agua del interior de la rama o tronco y, éstos al ser deshidratados, pueden colapsar y fracturarse, además, de que la madera con falta de agua es siempre aprovechada por potenciales patógenos.


Foto 7. Fructificaciones  de Inonotus hispidus, sobre rama principal
que terminará por provocar al árbol más roturas .

Al igual que estos hongos, otros seres vivos pueden aprovechar esta gran rama para su subsistencia, la utilizarán como refugio o simplemente, cuando se degrade, alimentará a otros álamos hijos suyos que hay alrededor, así que en nuestra humilde opinión, casi debería quedarse como está, para que florezca la vida a su alrededor y ¿por qué no? "in memoriam".

Foto 7. Zona basal del tronco, obsérvese el cordón de madera relativamente nueva
 (sin líquenes todavía) que ha colado para hacer más estable su estructura.

Una última reflexión, ¿se podría haber hecho algo por él? Es cierto que la vejez y la muerte nos llegan a todos, pero también es cierto que en muchos casos merece la pena intentar retrasarlo lo más posible, sobre todo si se trata del conjunto de álamos de mayor significación por perímetro en Murcia. Cuando vemos estos árboles, testigos de otros tiempos en los que ni siquiera habíamos nacido, tenemos ante nosotros un trozo de historia y a veces un narrador de la misma, si se aprovechó su leña en algún momento, si se contaron historias en el lavadero o el abrevadero junto al que crecen, si cayó un rayo durante una gran tormenta... es algo que suponemos o incluso, en ocasiones, por los rastros dejados en el mismo árbol podemos tener certeza, es un narrador vivo de tiempos pasados.

Creemos, por tanto, que merece la pena conservarlos en buenas condiciones... ¿quizá unos apoyos habrían ayudado a la supervivencia de esta gran rama un tiempo más? ¿quizá...? Lo dejamos en el aire o a la consideración de todos aquellos que paséis por aquí y que puede ser que en algún momento podáis (podamos) influir en que se haga algo más por la conservación de nuestro arbolado monumental, en principio y por la biodiversidad en general, recordando que estos árboles reflejan, además, nuestra cultura.


Foto 8. Encina La Terrona, Extremadura, con sus ramas bien apuntaladas para reducir el riesgo de rotura.
Fuente: Turismoextremadura.com

Y para terminar, un poema de uno de nuestros poetas favoritos:

TIEMPO SIN TIEMPO

Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hacer con él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y cerrar
como una puerta

tiempo para mirar un árbol un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo

tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para reaparecer
en un relincho
y para estar al día
para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj

vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.

                                                                                       Mario Benedetti

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