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domingo, 24 de mayo de 2015

Tejo, "Taxus baccata"

El tejo (Taxus baccata) parece haber perdido gran parte de su área de distribución en Iberia el último milenio, debido, sobre todo, a causas de origen antrópico, aunque también como consecuencia de la paulatina aridificación del clima desde el Holoceno medio (Magri 1995, de Beaulieu et al. 2005).


Foto 1. Tejo en Nerpio.
No es muy agradable empezar la entrada sobre el tejo hablando de su regresión en toda España, incluso de su extinción en la Región de Murcia, a pesar de que hay testimonios de que vivió hasta entrado el siglo XX en las sierras del Noroeste de Murcia, concretamente en la Sierra del Tejo, topónimo éste que, por otro lado nos lleva a pensar que efectivamente hubo ejemplares en ese lugar hasta hace no mucho. Hoy en día, sin embargo, se sitúa en Nerpio (Albacete) el individuo de esta especie más cercano a la misma y a partir de ahí aparece muy puntualmente y disperso en lugares umbríos por todas las sierras de Segura y Cazorla. Es también destacable el hecho que en Los Vélez, sierra de María, donde hoy día el tejo no aparece, el ilustrado Simón de Rojas Clemente, cita la especie en la primera década del siglo XIX.

Pero aunque no nos guste, debemos admitir que en parte por nuestra responsabilidad estos árboles, los más longevos de nuestros bosques y que antaño formaron cuasi selvas en Europa, están en estos momentos reducidos a algunos enclaves apartados aguardando, quizá, el paso de los años, que a ellos no les pesan como a nosotros, y quién sabe, tiempos mejores en los que podamos convivir en armonía. En nuestras manos está el trasmitirle a la futura generación el amor por la naturaleza y la importancia de protegerla.

Foto 2. Tejo en Los Chorros del Río Mundo,
junto al colaborador más joven de este blog.


Y como ya hemos dicho aquí alguna vez, para amar algo, hay que conocerlo, así que pasamos ahora a describir esta especie cuyo nombre genérico, Taxus, parece provenir del griego taxikos (veneno), aunque también podría derivar del griego toxicon (arco), en alusión a que de la madera de tejo se obtienen excelentes arcos, y el epíteto específico baccata por ser su fruto una baya.
Es el tejo un árbol perennifolio, dioico, que puede alcanzar los 15 m de altura, de copa redondeada u ovadocónica y aspecto general muy oscuro. 


Foto 3. Tejo en Cuerda de los Pinos Molineros, Riópar.
Los estudios de edad en tejo arrojan medias de edad de 375 años por cada metro de perímetro de tronco (Cortés et al., 2000), lo cual daría edades próximas a los 1.875 años para algunos tejos de la sierra del Segura como el de Torca Roya, e incluso hay tejos en dicho entorno que alcanzarían edades de 3.000 años, pero este dato siempre hay que tomarlo con cierta precaución, pues no existen estudios de edades de tejos en los territorios segureños, siendo posible que en ellos los crecimientos sean mayores que en otras zonas de Eurasia. 

El tronco puede alcanzar hasta 2 m de diámetro, e incluso más pero se suele quedar hueco, con la corteza pardo-grisácea más o menos oscura, estriada, que se desprende en tiras o placas estrechas.

Foto 4. Tronco de tejo en las sierras de Albacete, obsérvese la oquedad. 

La ramificación es irregular, con ramas extendidas, horizontales, más o menos erguidas y a veces caedizas. Las ramillas tienen corteza pardo-rojiza, y las hojas crecen sobre ellas torciendo sus cortos pedicelos, de modo que se disponen en dos densas hileras enfrentadas; son lineares, aplanadas, de color verde oscuro por el haz y un poco más claras por el envés.


Foto 5. Detalle de ramillas, hojas y conos femeninos ("frutos"), con aspecto de pequeña bellota.
Al ser un árbol dioico, nos encontramos en distintos pies los conos masculinos de los femeninos ("frutos"). Son los primeros globosos, amarillentos, que nacen solitarios en la axila de las hojas; en la base están rodeados por una envoltura formada por una serie de brácteas de color anaranjado. En cambio los conos femeninos son de forma ovoide, negruzcos, rodeados en la parte inferior por una bráctea verdosa con forma de copa, lo que les da el aspecto de pequeñas bellotas. Esta bráctea al crecer se vuelve carnosa y roja, denominándose entonces arilo, envolviendo a la semilla excepto por la parte superior. Florecen de febrero a abril y dan su fruto entre septiembre y noviembre.

Foto 6. Tejo fructificado, con gran cantidad de arilos.
Habita zonas montañosas, sobre riberas, barrancos y laderas umbrosas, en terrenos carbonatados y silicatados. Antiguamente debió estar extendido por ambientes más variados pero en este momento es una especie en franca regresión. Aunque a veces forma tejedas de considerable extensión, lo habitual es que aparezca aislado, en solitario o disperso entre los bosques.

Foto 7. Tejo el Abuelo, Torcaraya, Paterna del Madera (Albacete).

El tejo se distribuye por Europa, mitad septentrional de Asia
y N de África, como vemos en la Figura 1.


Figura 1. Distribución mundial del género Taxus, nótese que el mayor área de distribución
corresponde a T. baccata. (Adaptado de Cortés et al. 2000).

Para las sierras de Segura, es posible comprobar presencia de tejo desde el Pleistoceno (Carrión et al., 2002), e incluso en zonas de dicho territorio donde ya no se encuentra la especie en la actualidad, los estudios paleopolínicos muestran  presencia de la misma. Así, aparece tejo en el NO de Murcia durante casi todo el Holoceno (Carrión et al. 2004) y en una cantidad tan representativa que dejó constancia en el registro fósil polínico  (Figura 2), lo que indica que debió haber una relativa abundancia de árboles. Actualmente se considera esta especie extinta en Murcia, si bien en la sierra del Tejo (Moratalla), hace poco más de una década, miembros de ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono), plantaron varios ejemplares, de lo cuales sobreviven algunos. Por lo demás, el tejo, aunque sea de modo muy aislado y puntual, sí está presente en algunas montañas de Albacete, Almería, Alicante, Granada y Jaén.


Figura 2. Diagrama polínico de El Sabinar (Moratalla), obsérvese la presencia de tejo en cantidades
significativas de polen,  hoy extinto en la zona, (Carrión et al. 2004).

En cuanto a los usos del tejo, su madera ha tenido un alto valor económico (Ametz 1991) y ha sido empleada por su elasticidad y fuerza para la fabricación de armas desde la Prehistoria. En Alemania e Inglaterra han aparecido lanzas con antigüedad 90.000 y 150.000 años, respectivamente (Oria de Rueda & Díez 2003), y era y es empleado para la fabricación de arcos, ya en el inicio de la metalurgia (Spindler 1995) encontramos el arco simple de Ötzi, el hombre del hielo, que vivió hacia el 3300 a.C.,  hecho con madera de tejo.

También tiene un gran valor en ebanistería y tornería, además de usos ancestrales como su quema selectiva por los ganaderos para evitar posibles envenenamientos del ganado, empleo de su leña por su alto poder combustible, o utilización preferente de su madera para usos en ubicaciones exteriores, dada su gran resistencia y duración (Cortés et al. 2000).

Foto 8. Arqueros practicando.

Su toxicidad es bien conocida. Únicamente su fruto, el arilo, una especie de baya roja (foto 6), es comestible. No así la semilla que encierra en su interior, tóxica al igual que el resto del árbol. No obstante, en el siglo XIX se descubrió que el tejo contiene sustancias que pueden actuar  para combatir algunos tipos de cáncer, así los militares británicos en la India observaron el uso que hacían las gentes de aquella tierra para tratar melanomas utilizando taxáceas (Cortés et al, op. cit.).

Ha sido asimismo un árbol muy venerado en las culturas celtas, germánicas y tamazight, todas de gran influencia en la península ibérica. Algunos de los tejos más antiguos de nuestro continente viven junto a ermitas y cementerios, y fueron muchas veces el centro de de rituales, fiestas y juicios. 

Para terminar, os invitamos a ver un documental que nos ilustra sobre este longevo árbol:




domingo, 17 de mayo de 2015

Pino de las Águilas, Cagitán de Mula

Vamos a conocer esta semana el pino carrasco "Pinus halepensis" más antiguo y con mayor perímetro de tronco del mundo, según los datos disponibles (Domínguez & Martínez, 2005), situado en el corazón de la Región de Murcia, entre Cieza y Mula, en el paraje conocido como Cagitán. 

Figura 1. Llegada al Pino de las Águilas, al fondo el Almorchón.
Es el Cagitán una llanura dedicada desde hace ya tiempo a los cultivos de secano: cereales, almendros, vid, olivo e incluso albaricoqueros en secano; sirvió de pastizal a la Mesta cuando bajaban los pastores al sur huyendo de los rigores invernales del clima de la meseta. Encontramos en el blog "Oficio de escribir", una explicación a este topónimo; del árabe ´Ayn Saytan, que significa la Fuente del Diablo, y con el indicativo "campo" de inicio, tendríamos el Campo del Diablo, donde hacia 1703 nació este monumental pino en plena Guerra de Sucesión por la corona española, que ganarían los Borbones.

El nombre propio del árbol "Pino de las Águilas", es debido a que según la tradición popular en el lugar abundaban éstas. Según esta misma tradición, era un un buen lugar para cazar las aves que estaban sobre su copa, para lo cual primero había que disparar al aire, ya que estaba prohibido disparar sobre el árbol.

Foto 1. Vista  este del pino, puede observarse la silueta de su gran tronco.
Ya comentamos en la entrada general del pino carrasco que es excepcional la edad de este ejemplar, así como su majestuoso porte con la copa lobulada en cuyo interior uno parece estar, y lo está, contemplando una obra de arte. Sus ramas esculpidas helicoidalmente a fuerza de nieve y viento no tienen nada que envidiar a las columnas salomónicas del Baldaquino de San Pedro esculpido por Bernini, apenas 70 años antes de que naciera nuestro pino.

Foto 2. Copa desde el interior.

Esta maravilla de la arquitectura natural tiene infinidad de detalles que hacen que se pueda contemplar durante horas, multitud de texturas, la corteza, la resina, hasta una pequeña araña en fase de fosilización, contribuye a hacernos disfrutar como si de un museo al aire libre se tratara. Y sin embargo es un ser vivo, y por tanto merece mayor respeto si cabe ya que es único e irrepetible.

Foto 3. Detalle de la corteza.

El pino, típico árbol de sombra en los campos de secano del sureste nos proporciona un respiro en esta luminosa tarde, gracias a su copa que nos envuelve llegando a posarse en el suelo y dejando una refrescante área en su interior de 305 metros cuadrados, donde da cobijo a especies nitrófilas propias de zonas humanizadas: trigueras, manrubio, bayico, además de diversos líquenes y algún hongo que viven directamente sobre el árbol y de los que hablaremos en una entrada próxima.

Foto 4. Vista desde el interior de la copa.
Podemos apreciar en las fotografías el enorme tronco, de más de 6 metros y medio de perímetro, dividido en dos brazos principales a 1,40 m del suelo, no alcanzando las terminaciones de éstos a tocar el suelo durante el siglo XX (Foto 5), debido al manejo agropecuario que se hacía del árbol.

Foto 5. Pino de las Águilas en 1994.


Tenía un tercer brazo, que fue cortado aproximadamente en el año 1998, aunque en 1994 ya estaba quebrado (Foto 6), por el efecto de un rayo que, de hecho, reventó el tronco del pino, pudiéndose observar todavía los estragos (Foto 7); futuros rayos podrían ser evitados instalando un pararrayos en las cercanías.

Foto 6. Pino de las Águilas en 1994, obsérvese que todavía tiene el brazo principal en dirección oeste que hoy ha perdido (Foto 7),
se puede contemplar también la carbonización de la madera.

El entorno inmediato al pino es hoy un viñedo. El árbol se encuentra en un estado de conservación regular (Foto 7), por su propia edad y los sucesos naturales que ha tenido que soportar y, en un pasado ya lejano, por las acciones agropecuarias inadecuadas (podas inadecuadas, subsolados, etc.). 


Foto 7Vista oeste del pino, donde podemos ver la perdida de un brazo principal
y la profunda herida en el tronco, fruto del impacto de un rayo.

Este año el árbol presenta un gran vigor, fruto de las copiosas lluvias anteriores a la Semana Santa, pudiéndose observar movidas anuales de más de 5 cm de longitud, así como un buen desarrollo de sus piñas del presente año y de años anteriores que se aprovechan de la bonanza pluviométrica acaecida (Foto 8).

Foto 8. Piñas de varios años de antigüedad sobre el  Pino de las Águilas,
obsérvese también el gran vigor de crecimiento del presente año.

La pérdida de la rama principal que vegetaba en dirección oeste ha generado una apertura en la copa del pino desde la cual puede observarse el impresionante tronco y ramaje principal (Foto 9)

Foto 9. Pino de las Águilas desde el oeste, podemos ver la apertura de la copa
que permite contemplar el impresionante tronco.

Y para despedirnos, una panorámica de los campos del Cagitán, a los que volveremos en ocasiones posteriores en busca de otros árboles singulares que han convivido con los agricultores desde hace siglos proporcionando cobijo a los animales y sombra en los calurosos veranos a todos los que han tenido la suerte de acercarse a ellos, así como para otras visitas al Pino de las Águilas, que os iremos narrando como se merece. 

Foto 10. Vista panorámica del Cagitán.
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FICHA BÁSICA


Especie
Pinus halepensis
Nombre común
Pino carrasco
Nombre propio
Pino de las Águilas
Término municipal
Mula
Provincia
Murcia
Altitud
460 m
Perímetro
6,40 m
Altura
14,75  m
Superficie de Copa
305 m2
Edad aproximada
312 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Si
Estatus legal
No tiene
Plan de actuación definido
No



domingo, 10 de mayo de 2015

"Chopo de la Tercia", Calasparra

Volvemos en el día de hoy a situarnos en la Comarca del Noroeste de la Región de Murcia, en este caso en Calasparra, municipio que limita al norte con la provincia de Albacete y que se halla atravesado de oeste a este por el río Segura.

Este territorio disfruta, como todo el sudeste ibérico, de clima mediterráneo, con ciertas características continentales por encontrarse alejado del mar; los veranos son secos aunque menos calurosos que al sur de la provincia de Murcia  y los inviernos relativamente frescos, con máximos de precipitación en otoño, siendo frecuentes las heladas e incluso pequeñas nevadas. En este marco y en el entrañable contexto paisajístico de los arrozales calasparreños, nos vamos a encontrar nuestro árbol singular del día, el "Chopo de la Tercia", (Populus nigra), especie que suele aparecer en la Cuenca del Segura aguas arriba de la ciudad de Cieza.

Foto 1. Chopo de la Tercia en primavera.

Partiendo desde la Estación de Calasparra por una carretera que surge a la izquierda, podemos continuar por ella  hasta llegar a una casa junto al asfalto, donde al seguir por un camino de tierra encontraremos un cortijo, giramos a la derecha y observamos el árbol a unos 25 m del cauce del río Segura, entre cultivos de melocotoneros, en propiedad privada, por lo que, de visitarlo debemos contar siempre con el consentimiento de los propietarios y por supuesto, respetando el árbol y el entorno.


Foto 2. Primer plano del Chopo de la Tercia, vista este.

Este chopo es de excepcionales dimensiones, por perímetro de tronco (casi 6 metros), y con una superficie de proyección de copa de 650 metros cuadrados. Así, simplemente por su diámetro mayor de la copa, 30 m, estaría protegido y sería considerado monumental en territorios valencianos, gracias a la Ley 4/2006, de 19 de mayo, de la Generalitat, de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunitat Valenciana, que dice textualmente:
"Artículo 4. Protección genérica
1. Se declaran protegidos genéricamente, sin necesidad de resolución singularizada los ejemplares de cualquier especie arbórea existente en la Comunitat Valenciana que igualen o superen uno o más de los siguientes parámetros:
  •  25 metros de diámetro mayor de la copa, medido en la proyección sobre el plano horizontal."

En la Región de Murcia no tiene una protección específica como árbol monumental, aunque sí como especie, pues queda clasificado como "De Interés Especial", en el Decreto 50/2003, por el que se crea el Catálogo Regional Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia.

Puesto que el medio natural no entiende de leyes, aunque las necesita, y a la vista de su porte y perímetro para nosotros es monumental, nos referiremos a él en estos términos de ahora en adelante. Este monumental chopo  se encuentra dentro del Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) "Sierras y Vega Alta del Segura y Ríos Alhárabe y Moratalla", además, está situado a unos 250 m de la Reserva Natural de Cañaverosa, el bosque de ribera o galería más extenso y mejor conservado de la Región de Murcia, que da cobijo a gran número de aves, alguna de las cuales ha hecho del chopo su casa, ya que en nuestra última visita observamos un nido de pito real. Aparte de la excepcional superficie de copa, ésta es tan alta como un edificio de nueve plantas, por lo que el volumen final de la misma es extraordinario (Foto 3).


Foto 3. Chopo de la Tercia en verano con una extraordinaria copa polilobulada.

La estructura biomecánica de nuestro monumental árbol se sustenta sobre tres brazos principales (Foto 2), de los cuales dos no han sufrido nunca fuertes podas, conservando un excelente y armonioso desarrollo (Foto 4),  mientras que el tercero (dirección este) si ha sufrido desmoches.


Foto 4. Perspectiva de uno de los dos brazos que se ha desarrollado
sin sufrir ninguna pertubación por desmoches. 

Los chopos y álamos autóctonos de Iberia son, como los humanos, dióicos, es decir, las flores masculinas y femeninas están en individuos distintos. Para el caso del árbol que nos ocupa en la presente entrada del blog, se trata de un individuo hembra (Foto 5).


Foto 5. Flores femeninas de chopo.

Se encuentra en un estado de conservación regular, presentando presentando exudados en la cruz del tronco (Foto 6), debido a la unión no del todo adecuada de sus tres brazos principales, circunstancia que a la larga, según crezcan en grosor los brazos podría acarrear problemas mecánicos por el empuje entre éstos y lo precario de su zona de unión.

Foto 6. Detalle de exudado en la cruz del tronco.

Además de la deficitaria unión entre los brazos, se encuentra afectado por el hongo Inonotus hispidus, que está produciendo deformaciones de la corteza (chancro) en la zona de aparición, así como posiblemente el vaciado parcial de la madera de las ramas donde se encuentra. Si bien, por lo común, este tipo de hongo sólo produce roturas de ramas muertas, sería aconsejable estudiar el estado de resistencia mecánica de los brazos mediante técnicas adecuadas (resistógrafo o tomógrafo), con el objeto de valorar la necesidad  o no de proporcionarle sustentación artificial o realizar otro tipo de operaciones para evitar la rotura del árbol. 

Foto 7. Fructificación del hongo Inonotus hispidus sobre brazo principal del chopo.

Por último el árbol presenta cierta inclinación hacia el este, posiblemente como consecuencia de algún desfonde de suelo en los cultivos cercanos que han generado la rotura de raíces principales.

Las principales amenazas son cambios de uso del suelo, sobre todo nuevos defondados del suelo a mayor profundidad que generarían nuevas roturas de raíces, la compactación excesiva bajo su área de proyección de copa y la realización de podas inadecuadas.

Como recomendaciones básicas se aconsejaría dejar de labrar  y compactar el suelo en un radio de 20 metros en torno al tronco.

Y para terminar, os animamos a dar un paseo por este bello enclave de la geografía murciana, para ello podéis visitar la página web de Turismo de Calasparra, que nos ofrece una serie de rutas para disfrutar del magnífico patrimonio natural de esta zona de la Cuenca del Segura.



Especie
Populus nigra
Nombre común
Chopo
Nombre propio
Chopo de La Tercia
Término municipal
Calasparra
Provincia
Murcia
Altitud
292 m
Perímetro
5,85 m
Altura
28,20  m
Superficie de Copa
650  m2
Edad aproximada
90 años
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Si
Estatus legal
"De Interés Especial", Decreto 50/2003, por el que se crea el Catálogo Regional Flora Silvestre Protegida de la Región de Murcia
Plan de actuación definido
No





domingo, 3 de mayo de 2015

Pino carrasco, "Pinus halepensis"

Según los datos del Tercer Inventario Forestal Nacional del Ministerio de Medio Ambiente, la especie que ocupa la mayor superficie arbolada del sudeste ibérico es el pino carrasco (Pinus halepensis), cuyo epíteto específico hace referencia a su presencia en Aleppo (Siria), donde aunque resulte paradójico no es abundante.


Foto 1. Pinos carrascos singulares en Cajitán, Mula

Su área de distribución ocupa todo la cuenca mediterránea, pero en Anatolia, Balcanes y Palestina puede convivir con otra especie muy similar, Pinus brutia (Figura 1). En España está la mayor superficie de pino carrasco del mundo. En concreto, en el sudeste ibérico, aparece con  una raza o variedad de gran vigor, encontrándose las mejores masas forestales autóctonas en altitudes medias (500-1000 m) de las sierras del Segura, Moratalla, Caravaca, Cehegín y algunas otras zonas más puntuales. 


Figura 1. Área de distribución del pino carrasco y de su equivalente (vicariante) Pinus brutia  en oriente

En la Cuenca del Segura y su entorno, los pinos carrascos forman sus bosques más representativos, sin embargo, son poco valorados en este momento debido a las plantaciones masivas que se realizaron con ellos en la segunda mitad del siglo XX, en algunas ocasiones ciertamente con poco respeto hacia la vegetación autóctona, por lo cual existe ahora una creciente tendencia a manejar estas masas de pinares en pro de la vegetación natural existente en el lugar. Además, el aspecto económico que justificó en parte las plantaciones, ha quedado fuera de lugar, debido al bajo precio de la madera que hace que las mismas no sean rentables, intentándose en estos momentos la recuperación de los bosques y garrigas naturales de carrascas, quejigos, coscojas, lentiscos, sabinas, enebros, acebuches y otros árboles y arbustos que en este momento generan una gran riqueza, no sólo ambiental, sino también económica,  gracias a la caza o al turismo rural.

Foto 2. Repoblación con pinos carrascos, obsérvese  las filas de árboles.


Sin embargo, no deberían eliminarse estas arboledas de pinos de forma sistemática, y por supuesto en ningún caso aquéllas que provengan de masas naturales autóctonas. Las plantaciones de pinos existentes pueden además ser útiles ya que evitan la erosión y actúan como nodrizas, en cuyo cobijo se recuperan otras especies de árboles y arbustos autóctonos. Pero sí que se deberían manejar los monocultivos de pinos plantados que son más bien hileras de árboles, para "naturalizarlos" e intentar generar en ellos una estructura de bosque, no un "ejercito arbóreo". En cualquier caso, en determinados lugares sigue siendo recomendable plantar pino carrasco (por ser la especie arbórea más rústica del sudeste ibérico), aunque utilizando exclusivamente semilla de origen local, lo que daría lugar si se realiza bien la plantación a bosques bien estructurados.


La expansión de estos pinares, que fue favorecida en el sudeste español debido a la destrucción de bosques naturales de todo tipo, pero en especial de fagáceas y lentiscares, por roturaciones, incendios y pastoreo, se debe sobre todo a dos características de estas coníferas que les hacen competir con ventaja frente a cualquier otro árbol a la hora de recolonizar un terreno recién deforestado: la primera es que los pinos son especies heliófilas, es decir, prosperan bien en suelos desprovistos de otra vegetación que les pueda ensombrecer, y la segunda que su crecimiento es bastante rápido. 

Foto 3. Pinar del Cañón de Valdeinfierno, Lorca.
Masa autóctona donde crecen junto a un sotobosque de sabinas, coscojas y enebros.

Por otro lado, existen otros factores que benefician a este género: su adaptación al fuego, tanto por la serotinidad (las piñas permanecen en el árbol con los piñones sin dispersar hasta que el fuego pasa), como porque los incendios reducen la cobertura del sotobosque, eliminando así la competencia. Además, los pinos carrascos son capaces de acumular agua en la albura (parte viva del leño) durante una tormenta de verano, circunstancia que aprovechan fisiológicamente, cosa que no hacen los Quercus.


Foto 4. Piña abierta, que ha dispersado ya los piñones
Pasamos ya a concretar las características del pino carrasco. Este es un árbol perennifolio, monoico, de talla mediana que puede alcanzar los 30 m de altura en determinadas condiciones, aunque normalmente mide entre 5 y 18 m.

Los pies jóvenes tienen aspecto cónico (Foto 2), que pasa a ser una copa irregular en los adultos, aunque generalmente redondeada. Su tronco puede ser estilizado o tortuoso, dependiendo de que el biotopo le sea más o menos favorable, pudiendo alcanzar hasta 1,5 m de diámetro. En las costas mediterráneas, en aquellas zonas más castigadas por los temporales toma con frecuencia forma achaparrada, arbustiva, con ejemplares añosos que pueden alcanzar hasta 1 m de diámetro y apenas 2 m altura.


Foto 5. Detalle de la corteza en un pino anciano.
Pino de la Fuente del Algarrobo, en Águilas
La corteza es cenicienta, blanquecina, característicamente lisa en las primeras etapas, pasando con la edad de parda a pardo-rojiza y agrietada. Las ramas y ramillas son más delgadas que en otros pinos, estando las hojas agrupadas en parejas sobre una especie de vaina que las envuelve en la base en la terminación de las ramillas. Estas hojas son de color verde claro, flexibles y muy delgadas.


Foto 6. Detalle de conos masculinos y ramillas con hojas
Los conos masculinos son amarillentos, oblongos y se agrupan en gran número en espigas cilíndricas, cerca de la terminación de las ramillas. Los conos femeninos son ovoides, primero verde-rosados, luego violáceos, y dan lugar a una piña aovada-cónica  característica por su grueso pedúnculo leñoso de 1-2 cm. Los piñones son pequeños, con alas de 3 a 5 veces más largas que ellos.


Foto 7. Detalle de piña 
Este árbol florece de marzo a mayo, dando lugar a los frutos en los meses de agosto a octubre del segundo año tras la fecundación. La piña se abre para diseminar los piñones en la primavera del tercer año. Una característica del pino carrasco es que produce piñas serotinas en mayor proporción y longevidad que las del negral (Pinus pinaster).

De los pinos ibéricos, éste es el que mejor soporta las sequías y las altas temperaturas, aparece en ambientes secos y soleados de las comarcas mediterráneas litorales y sublitorales o bien en zonas de escasa altitud cuando es continental. Un factor significativo en su distribución es la media de las mínimas del mes más frío que comienzan a afectarle negativamente si son inferiores a -3 ºC. Puede crecer con precipitaciones inferiores a los 200 mm, aunque su óptimo se encuentra por encima de los 400, y se desarrolla en todo tipo de sustratos, excepto en ambientes con cierta salinidad. Es el más abundante por tanto, en las costas mediterráneas de nuestro país, donde vive desde el nivel del mar hasta los 1.500 m de altitud.

Foto 8. Pinos carrascos sobre dunas de playa, obsérvese su porte sinuoso y achaparrado debido al viento marino.


En nuestro entorno este árbol ha sido utilizado por su madera, leña y carbón, más raramente para la extracción de resina en algunas zonas de la Sierra del Segura (Albacete) y Moratalla. Su madera es considerada de baja calidad, debido a la presencia de nudos y sus fustes normalmente retorcidos, salvo los que crecen en ambientes muy favorables; no obstante, es muy utilizada para la fabricación de aglomerados.

Por otra parte, es un árbol de sombra excepcional, típico en cortijos, donde ha servido tradicionalmente de resguardo a ganados, aperos de labranza, segadores y esparteros. En la actualidad se emplea en jardinería más o menos rústica. Es la especie que más se ha repoblado en el territorio y si bien no corre ningún peligro, las talas indiscriminadas acaecidas en los últimos decenios, así como las roturaciones y los incendios han provocado la casi total extinción de las poblaciones autóctonas más añejas y emblemáticas.

A pesar de esa mala fama que hemos comentado tiene actualmente, este pino ha convivido con las culturas mediterráneas desde la antigüedad; según la mitología griega nace debido a la disputa entre Pan y Bóreas por el amor de la ninfa Pitis. Ésta prefiere a Pan y el dios del viento del norte, de un soplo, la lanza contra una roca. Gea, compadecida de la tristeza de Pan la transformó en un árbol, el pino, llamado "pitys" en griego. También fue un árbol consagrado a Poseidón ya que era y es típico de los arenales costeros.

Figura 2. Óleo de Edward Calvert
Fuente: wikipedia
Y por último destacar que, aunque es el menos longevo de los pinos ibéricos, ya que en condiciones naturales raramente excede los 200 años, en el Cagitán de Mula, Murcia, se ubica el conocido “Pino de las Águilas” que nació en torno a 1703, y que, según los datos disponibles, es el pino carrasco más viejo y de mayor cuerda en el mundo. A este venerable anciano lo conoceremos mejor con una entrada específica en el blog próximamente.


Foto 9. Pino de las Águilas. Cajitán. Mula