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lunes, 30 de noviembre de 2015

Roble de Somogil, Moratalla

"Es toda vida: una legua, dos leguas de vida entretejida, cardada, sin agujeros, como una manta fuerte y nueva, de tanto espesor como el que puede medirse desde lo hondo de la guarida del raposo hasta la punta del pino más alto". De El bosque animado, de Wenceslao Fernández Florez.

Foto 1. Hiedras y musgos, entre otras especies utilizan el roble como sostén vital.

Hemos tomado prestada la descripción de la Fraga de Cecebre para presentaros este roble (Quercus faginea) que, como aquélla, es todo vida; en el hueco que dejan sus tres brazos principales está naciendo una lapa (Rubia peregrina), en ese mismo lugar parece tener su madriguera una gineta (Genetta genetta). Musgos, líquenes, hiedras y una zarzaparrilla viven en y gracias al árbol, además de otras criaturas para las que sirve de alimento o cobijo.

Foto 2. Tronco y cruz del árbol en medio de una  densa vegetación.

Situado a 25 m del cauce del río Alharabe y rodeado de una espesa vegetación, entre la que destacan espárragos trigueros, lentiscos y diversas plantas trepadoras, este viejo quejigo ha resistido, pese a todo, a la deforestación a la que han sido sometidos los quejigares debido a que, al tener una madera de tanta calidad como la de la carrasca pero, sin embargo, ser sus bellotas amargas, han sido talados más a menudo que las primeras.


Foto 3. Vista suroeste del  roble.

Presenta el roble 3 brazos principales que surgen sobre el tronco a 2 m del suelo, éstos fueron desmochados hace unos 40 años a 6 m de altura para extraer su madera, seguramente para aprovecharla como leña o carbón. El brazo en dirección este ha sobre-engrosado para equilibrar la geometría del momento total de fuerzas del árbol (Foto 4), ya que las dos ramas principales que crecen en sentido oeste tienen el crecimiento prácticamente anulado (Foto 5).

Foto 4. Roble de Somogil, obsérvese el gran grosor de brazos principales de lado izqdo (Este)
y la elevada densidad del pinar junto a él.



Como puede comprobarse en varias de las fotografías del presente texto (sobre todo en la Foto 4), el árbol está rodeado de una densa vegetación que, en caso de incendio, provocaría la quema inevitable del mismo, pudiendo éste perecer como consecuencia del fuego, por ello, se recomienda la realización de una faja cortafuegos, con el máximo respeto por el entorno, sin compactar el suelo alrededor del árbol.
Foto 5. Rama principal que se desarrolla en sentido oeste con crecimiento truncado
por sucesivos desmoches.

Las mencionadas ramas principales que crecen hacia poniente, han sido desmochadas fuertemente de modo sucesivo, lo que ha generado un ataque del insecto Cerambyx cerdo que ha provocado la pérdida de vigor de dichas ramas, ya que dichos insectos penetran sobre todo desde las heridas de poda, generando grandes galerías (Foto 6).


Foto 6. Rama principal que se desarrolla en sentido oeste con galerías por ataque de Cerambyx cerdo.

El tronco presenta en la base, lado este, crecimiento de madera de reacción a tensión (Foto 7), para equilibrar el peso de las ramas que se desarrollan hacia el oeste, ya que el roble crece sobre una pendiente orientada en dicha dirección y corre riesgo de vuelco en la dirección del poniente.


Foto 7. En lado derecho de la imagen se observa el recrecimiento extra de madera
que el roble ha colado en ese lado del tronco para no volcar.
Las ramas que nacen desde los brazos principales del lado este están sobrepasando por encima la estructura arbórea hacia el oeste, de este modo el roble suple la falta de ramaje en dicho lado de la copa, a la vez que consigue equilibrar ésta. Sin embargo, dicho crecimiento para paliar la asimetría arbórea ha generado que el brazo principal más grande del lado este presente una fisura (Foto 8), por el exceso de esfuerzos, consecuencia de que él solo constituye gran parte de la copa de árbol, por lo que dicho brazo terminará desgajándose del tronco a corto-medio plazo. Habría que estudiar con detalle el alcance de la fisura para poder tener una idea más precisa.




Foto 8. Fisura (indicada por flecha) entre brazo principal que crece en dirección este 
y el tronco del roble, es probable que el árbol se rompa por dicho punto.





FICHA BÁSICA



Especie
Quercus faginea
Nombre común
Roble, quejigo
Nombre propio
Roble de Somogil
Término municipal
Moratalla
Provincia
Murcia
Altitud
700  msnm
Perímetro
3.90 m a 1 m de altura
Altura
 21   m
Edad aproximada
 125 años
Superficie de Copa
440 m2
Estado de conservación
Regular
Amenazas
Plagas (Cerambyx), colapso de estructura, incendios
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--

martes, 24 de noviembre de 2015

CONCURSO LIBRO "ÁRBOLES Y ARBUSTOS AUTÓCTONOS DE LA REGIÓN DE MURCIA"

Hola a todos, como ya sabéis aquéllos que llegáis aquí desde nuestro facebook, aprovechando que uno de los autores del libro es también coautor de esta página, vamos a regalar tres ejemplares del mismo. Os los enviaremos a casa (sólo en España) por correo a los ganadores del concurso.

Esta mañana ha sido el acto de presentación de este trabajo que se empezó en 2004 y que, tras años de ardua tarea, ha visto la luz, un libro con atractivas fotografías, descripciones y mapas de distribución que nos será muy útil.

Foto 1. Acto de presentación, con los 4 autores del libro, la Consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente
y el Decano de la Facultad de Biología.
Entendemos que los que estáis interesados en conseguir uno de estos ejemplares, lo estáis en la protección de la naturaleza, y ya que la intención de los que escribimos aquí es dar a conocer el patrimonio arbóreo de Murcia y la Cuenca del Segura, con la idea de que podamos concienciarnos todos de la importancia que tiene la protección del mismo, entre las condiciones de este concurso está el contestar a una pregunta relativa a uno de nuestros árboles monumentales. 

BASES 

1. Ser seguidor de nuestra página en facebook (si no lo sois todavía, ya estáis dándole a MEGUSTA ;-) ). Para aquellos que no tengáis cuenta de facebook, podéis haceros seguidores del BLOG.

2. Escribir un correo electrónico a arboleshombres@gmail.com  poniendo en el asunto: CONCURSO, y contestando a la siguiente pregunta:
¿Cual es el pino carrasco más antiguo y con mayor perímetro del mundo, según los datos disponibles? Si no lo sabéis, en el blog está la respuesta.

A partir de hoy y hasta el día 1 de diciembre (día en que celebramos nuestro primer aniversario) podéis participar. El viernes 4  daremos a conocer los nombres de los ganadores.

Para los que estéis interesados en adquirir algún ejemplar



El Centro de Investigaciones Ambientales del Mediterráneo, una pequeña ONG que intenta proteger el Medio Ambiente desde la ciencia y el conocimiento, que colabora con investigadores de universidades y otros expertos para recopilar y publicar resultados de investigación para que sean accesibles al público de forma amena, y que es impulsora de este proyecto, pondrá algunos a la venta en las librerías más conocidas de Murcia, como por ejemplo Diego Marín.



lunes, 23 de noviembre de 2015

Cipreses de las Carmelitas, Caravaca de la Cruz

En Caravaca de la Cruz, en la Calle Mayor, en aquel momento extramuros, se funda en 1576 el Monasterio de San José, de las Carmelitas Descalzas. En su frondoso jardín encontramos dos cipreses (Cupressus sempervirens) monumentales, el mayor de ellos, al que llamaremos Ciprés I, es el cuarto por perímetro de la Región de Murcia.

Foto 1. Ciprés I monumental del Monasterio de San José,
en Caravaca de la Cruz.



Los años no han pasado en balde, y este Ciprés tiene en su tronco varios tumores que parecen ser de Corynobacterium, aunque no se ha realizado analítica pertinente que lo confirme. La genésis de dichas malformaciones también puede deberse a viejas heridas en el tronco que han generado el chancro.

Foto 2. Tronco del Ciprés I, con varios tumores.

Alcanza, no obstante, una altura de 23 m y está en un estado de conservación bastante bueno, destacando por encima de los tejados de este edificio de estilo contrarreformista.


Foto 3. Detalle de la copa del Ciprés I. 
En el entorno tenemos otros cipreses, latoneros, higueras, incluso un nisperero singular, hiedras, amén de otras plantas de jardín, que completan esta magnífica visión del claustro del Monasterio.

Foto 4. Ciprés I y entorno.

Es posible observar en los cipreses abundante madera de reacción a compresión que ha generado el plegado de las ramas hacia el fuste (Foto  5)  como corresponde a cipreses  de porte cerrado, una tipología forma de copa que no es la natural de la especie.


Foto 5. Ramas con madera de reacción a compresión que genera
la formación en porte cerrado del ciprés.

Os contamos además, para ubicarnos mejor, que en el Archivo Histórico Municipal de Caravaca se conserva la carta que lleva por título "Memoria de lo que se ha de hacer en Caravaca", fechada el 24 de noviembre de 1575, en el que Santa Teresa de Jesús da instrucciones a la priora, Ana de San Alberto, al no poder venir a fundar ella misma el convento. Después de muchas dificultades, el Rey Felipe II otorga la licencia y se inaugura oficialmente el día 1 de enero de 1576, momento en que empieza a erigirse el actual edificio, que nunca visitó Teresa de Ávila, aunque sí San Juan de la Cruz en siete ocasiones, ya que también fundó en esta población. Aunque la tradición cuenta que estos cipreses se plantaron en el claustro cuando se fundó el monasterio, no creemos posible que el místico abulense los viera, ya que, en nuestra opinión rondan los 250 años, pero el entorno donde medran es magnífico, y probablemente ya crecía allí hace 5 siglos algún ciprés ancestro de los que hoy contemplamos.

El otro ciprés monumental, Ciprés II, que vemos junto al muro, contempla Caravaca desde sus 22 m de altura, está en peor estado de conservación que el I, debido a las podas de realzado para elevar su copa que han provocado la pérdida de  parte de ésta, por lo que no ramifica hasta unos 10 m de altura, bifurcándose el tronco en dicho lugar en dos ramas principales, cuya unión debería ser revisada desde cerca por técnicos especialistas al objeto de detectar o no posibles anomalías en ella. Además, tiene algunas ramas secas orientadas al sudeste. 

Foto 6. Ciprés de las Carmelitas II.
Vemos en primer plano en la Foto 6 el viejo nisperero
que hemos comentado antes ocupaba también
un espacio en este singular jardín.

Foto 7. Parte trasera del Monasterio. Ciprés II en primer plano.
Las religiosas carmelitas dejaron este Monasterio en el año 2004. Nosotros abandonamos también hoy este rincón que parece de otra época en la confianza de que, pase a las manos de quien pase este conjunto arquitectónico, lo mantendrá en buenas condiciones, y en la esperanza de que, al considerar que no son menos valiosos que los edificios estos magníficos cipreses, testigos vivos de la historia de Caravaca, sean igualmente cuidados y respetados.


Foto 8. Claustro del Monasterio de San José, de las Carmelitas Descalzas en Caravaca  de la Cruz.

FICHA BÁSICA


Especie
Cupressus sempervirens
Nombre común
Ciprés
Nombre propio
Cipreses de Las Carmelitas I y II
Término municipal
Caravaca de la Cruz
Provincia
Murcia
Altitud
650 msnm
Perímetro Ciprés I
Perímetro Ciprés II                      
2,86 m
2,30 m
Altura Ciprés I
Altura Ciprés II
23 m
22 m
Edad aproximada
250 años
Estado de conservación
Bueno (Ciprés I), Regular (Ciprés II)
Amenazas
Obras o alteración del entorno.
Estatus legal
--
Plan de actuación definido
--



domingo, 8 de noviembre de 2015

Ciprés, "Cupressus sempervirens L."

El nombre genérico de la especie que conoceremos hoy proviene del latín cupressus que, a su vez, parece derivar del griego Kyprosisla de Chipre, o de Kyparisos, joven pastor amado por Apolo y que fue convertido en ciprés por éste. El epíteto específico se refiere a que el árbol siempre esta verde.

Foto 1. Ciprés, Velez Blanco.

Asociado en todas las culturas mediterráneas a la muerte y la eternidad, quizá por permanecer siempre verde y por su forma de llama dirigida hacia el cielo, lo elegimos esta semana en la que es probable que conservemos muy reciente la imagen de alguno de ellos en nuestras retinas, ya que a primeros de noviembre en nuestro país se rinde culto a los difuntos y quizá hemos visitado los cementerios, poblados en la mayor parte de España por cipreses, como en algunas partes del norte de  Iberia o en Europa septentrional los ocupan los tejos

Fueron los griegos los que empezaron a asociar el ciprés con este simbolismo funerario, consagrándolo al dios de los muertos, constituyendo una paradoja, ya que también lo asociaban a la sensualidad, el erotismo y la fertilidad; anteriormente, los egipcios fabricaban con madera de ciprés féretros, sarcófagos y urnas gracias a que es prácticamente imputrescible, aunque no era para ellos un árbol que simbolizara la muerte. Realmente parece que fue en la Edad Media cuando se asoció este árbol a los cementerios, tradición que perdura hasta nuestros días.

Foto 2. Valle de Josafat, al fondo Jerusalén.

En tierras más lejanas (Foto 2), en el Mediterráneo oriental, de donde es oriundo, y aunque los cementerios y las costumbres en torno a los mismos sean distintas, podemos encontrar este árbol también en ellos apuntando hacia ese cielo en el que esperan, en algunos casos desde hace siglos, los que allí reposan.

Pertenecen los cipreses al grupo de plantas leñosas denominadas coníferas, como los pinos, tejos, abetos y cedros, entre otras, siendo de los primeros árboles que existieron sobre la tierra, hace más de 280 millones de años. Dentro de las coníferas, la familia de las cupressaceas, en la que se encuadran los cipreses, es la más numerosa. La especie que tratamos hoy, Cupressus sempervirens, puede alcanzar los 40 m. de altura, aunque suele oscilar entre 25 y 30. Tienen los cipreses el tronco recto, grueso, columnar, con una corteza de color pardo grisácea, con fisuras longitudinales y de poco espesor.


Foto 3. Detalle del tronco de ciprés.

Presenta dos variedades de copa el llamado ciprés mediterráneo, una de ramificación abierta, horizontal y otra de ramas muy apretadas, piramidal, abundante y cerrada a lo largo de todo el tronco. Esta última es la más conocida y abundante en cultivo, siendo la horizontal la dominante y casi única en el medio natural. Existen también en los lugares en los que se encuentra al límite de su área de expansión natural cipreses con formas achaparradas, retorcidas y tortuosas, fundamentalmente en cumbres de montañas.


Foto 4. Copa con ramas horizontales.

Foto 5. Copa de ciprés con ramas apretadas, piramidal. 

Sus hojas son escuamiformes y van creciendo imbricadas unas sobre otras muy apretadas, formando las características ramillas, que le dan a este árbol ese color verde, de los más oscuros entre las plantas. Como conífera, sus semillas se encierran en conos, que en el caso de las cupresáceas son un "fruto" (gálbulo) seco, que observamos en la Foto 6.

Foto 6. Ramillas y gálbulo.
Anteriormente al "fruto", este árbol monoico, (con flores masculinas y femeninas en el mismo pie) florece al final del invierno o principios de primavera, teniendo sus flores masculinas forma de clavo, de color amarillento que se tornan oscuras con el paso del tiempo, y las femeninas sin embargo, de color verde, globulares, de entre 4 a 6 mm, y dispuestas en pequeñas inflorescencias, que sueltan su polen para que sea trasladado gracias al viento.


Foto 7. Inflorescencia masculina
Fuente: www.riomoros.com

Gracias a registros polínicos, se tiene constancia de la presencia del ciprés en el área circunmediterránea desde el Jurásico medio, hace unos 170 millones de años. Como ya hemos dicho, su área de distribución original es el Mediterráneo oriental, viviendo en las regiones semiáridas del Este y Sur desde Marruecos a Turquía, bordeando el sur del Mediterráneo y penetrando en Oriente Medio, por el sur del mar Caspio hasta la cordillera del Himalaya. Se encuentra, sin embargo, ampliamente cultivada por todas las zonas de clima mediterráneo, no siendo una especie que se naturalice con facilidad. De hecho, el ciprés común en este momento ha llegado a colonizar los cinco continentes, creciendo desde Australia hasta Chile, pasando por China o Sudáfrica, debido al gran manejo humano que hemos comentado.

Este especie es muy austera, tolera climas áridos y no muy frios, puede llegar a crecer con precipitaciones inferiores a 200 m., pero su óptimo ecológico está en un rango superior. En cuanto a las temperaturas, se resiente cuando aparecen mínimas inferiores a -1ºC. En la península ibérica no sobrepasa los 1.000-1.200 m de altitud y crece tanto suelos básicos como ácidos.


Foto 8. El Albaicín desde la Alhambra.

Ha sido utilizado en nuestro país en la protección de cultivos, como cortavientos, y como ornamental en jardines, centros religiosos y cementerios, como hemos comentado. Asociado históricamente a la cultura romana y árabe, estos pueblos fueron sus grandes difusores, llegando a caracterizar lugares como la Alhambra de Granada, o las ciudades de Toledo o Alcalá de Henares.